Cap. (11) Pesado viaje.

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Como era de esperarse minutos después, nos tocaba pasar por donde estaba los policías o también conocido como (Alcabala) los cuales se paraban en la vía colocando unos conos rojo en el asfalto. Cruzamos a la derecha del camino para bajarnos, los policías tenían una mesa donde deberíamos colocar nuestras maletas que iban a ser revisadas, enseguida las abrieron y metieron su mano hasta fondo de la maleta, tocaban cada lado de ella asegurándose de no encontrar nada ilegal. Revisaron cada maleta entre 2 policías, todo estaba bien para ellos así que no tuvimos problemas, tal y como me lo imaginé.

Nos subimos rápidamente al vehículo para no producir más tráfico ya que detrás de nosotros había una serie de vehículos esperando para su respectiva revisión.

Seguimos con nuestro camino, ya eran eso de la 1:30 ya teníamos un poco de hambre. Fuimos preventivos y ya teníamos en un bolso unas tazas con comida para esta hora, así que empezamos a almorzar.

Luego de terminar nuestras comidas llegamos a una siguiente alcabala, el policía detuvo el vehículo y dijo:

— Buenas tardes — En un tono serio.

— Buenas tardes — Respondimos todos cordialmente.

— Sigan con su camino — Nos indico.

— Muchas gracias — Agradecido respondió el chófer.

— Que bien, no tuvimos que bajarnos — Dije dentro de mi.

Seguimos con nuestro camino y la verdad ya empezaba a subir un poco la temperatura, ya me empezaba a sentir algo agotado y apenas íbamos menos de la mitad de este pesado viaje.

En mi país el combustible para cualquier vehículo siempre ha sido accesible, mucha más que al país el cual me dirigía, me sorprendió ver al adentrarnos por un pueblito pequeño como vendían el combustibles en botellas, cosa que es totalmente ilegal y aún más pasarlo para otro país, sin embargo, me imagino que lo hacían para obtener algo para su subsistencia.

Próximamente llegamos a otra alcabala, espero y no tengamos que bajarnos. El policía detuvo el vehículo y miro al chófer, nos pidió a todos nuestra tarjeta de identidad y miraba nuestros rostros hizo una expresión refiriéndose a que no encontraba nada fuera de lo normal, luego nos indicó que nos fuéramos sin necesidad de revisar nuestras maletas.

Me asombre, este viaje estaba saliendo bien a pesar de todo, aunque ya empezaba a sentirme cada vez más agotado y la temperatura no ayudaba mucho.

— ¿Ya vamos a llegar? — Preguntaba mi hermano con ansias.

— No, hijo aún falta yo creo que ya vamos a llegar a la mitad de viaje —
Respondió mi padre

— Falta mucho, tengo calor papi — Se quejaba mi hermano

— Venga hijo siéntate en mi piernas para que te refresque un poco con el aire de la ventana que está a mi lado —.  Le ofreció mi mama como solución a la queja de mi hermano.

La vía al parecer estaba más transitada de lo normal y por lo tanto en las alcabalas no se daban abasto para hacer revisión a cada vehículo con sus pasajeros. Por cosas de Dios, el destino y como quieran llamarlo pasamos varias alcabalas y nos dejaron pasar como si nada, hasta mi padre estaba sorprendido, pasamos aproximadamente unas diez alcabalas y por alguna razón no nos detuvieron.

— Ahora empieza la parte del viaje un tanto peligrosa, resulta que los habites de esta zona empezaron desde hace mucho a sacar provecho de esta vía — Dijo el chófer.

— Como así —  Preguntaba yo.

Al parecer mis padres si tenía conocimiento debido a su experiencia ya que note que no les alerto lo que el chófer indicaba.

El chófer me dio como respuesta:

— Los habitantes empezaron a montar una especie alcabalas por si solos, claro, ellos no nos revisaran ni harán nada de lo que hacen los policías. Ellos nos pedirán dinero, no piden mucho, el caso está en cada cierto espacio de distancia hay otro alcabala de ellos, ahora son más sus alcabalas que los mismo policías —

En ese momento intervino mi abuela diciendo:

— Y que sucede si no le damos dinero—

Respondió el chófer:
— Ellos están armados, si nos rehusamos a darle un poco de dinero no nos dejaran continuar nuestro camino y sacaran sus armas —

— Los policías no pueden hacer nada —  pregunte yo

A lo cual el chófer responde:

— Como sabrás la ley y el poder que pueden tener los policías no valen mucho actualmente en nuestro país, y en esta zona menos ya que aún estamos en territorio de nuestro país. Te lo explico de otra forma, anteriormente antes de caer esta terrible situación esta carretera era muy poco transitada y el gobierno casi no hacían nada por los habitantes de por aquí por estar muy retirados de la ciudad, incluso estos individuos de por acá aún tiene mucho de la cultura originaria de este lugar, incluyendo su rostro. Entonces cuando llegan los policías a tratar de controlarlos, ya es muy tarde, los habitantes de aquí están incluso mucho más armados que los policías y no temen en asesinarlos si es necesario y por decisión de autoridades mayores no hacen nada al respecto con estas nuevas alcabalas que en cierta forma son ilegales —

— Muy bien entonces hay que darles lo que nos piden, para evitar problemas —. Comento mi padre

— Así es caballero — Amablemente respondió el chófer.

Seguimos con nuestro camino y a lo lejos había una chica, el chófer le hizo señas como para que se montara ya que había un puesto disponible en la parte de atrás, al aparecer el chófer la conocía lo cual me pareció algo un tanto extraño.

No sé si fue por lo que paso aquella noche del robo pero, cuando ella se montó me causo una mala espina y estuve alerta, yo estaba en los asiento de adelante y ella en los de atrás, eso no impidió que la analizara, se notaba que era habitante de esta zona, pues los rasgos de su rostro la delataban, por otra lado, su representación no inspiraba mucha confianza, era algo ruda, su ropa algo rasgaba y sucia, además su cabello algo descuidado y maltratado.

El chófer hizo un buen comentario que me nos tranquilizó a todos:

— Disculpen si le incomoda esta chica, ella es una vieja amiga, ella es habitante de por aquí, cuando pasemos las alcabalas que les dije nos ayudara a no pagar en algunas —

— Si, mis sospechas fueron acertadas, bueno solo en la parte de que ella era de esta zona, ya no estaba preocupado, ella nos va ayudar, aparentemente... —

Nos aproximamos a una alcabala pero esta es de policías, note que esta era diferente, estaba al frente de una estación de policía grande, un policía alto y muy serio miro el vehículo, mientras frunció el ceño indico cruzáramos a la derecha para la revisión.

Nos bajamos con nuestras maletas, y en una mesa amplias que allí había, al instante el policía reviso muy bien una tras otra  maleta y rápidamente encontró la laptop que llevábamos, yo sabía que la llevamos aunque me pareció raro que no la notaron en la revisión anterior, quizás sí, pero no le dieron importancia, además duda que sea ilegal o tal vez si? Entro un poco de preocupación en mí.

— Factura de esto —. Exigió seriamente el policía.

— Aquí tiene señor —. le dijo mi padre mientras le hacía entrega de la factura

Mientras el policía leía detenidamente la factura frunció el ceño y le indico a mi padre de nuevo en un tono serio

— Venga conmigo caballero —. Ingreso mi padre a la estación policía junto con el policía.

— Que habrá pasado — Murmuro mi madre con mi abuela algo preocupada.

— Al parecer hay algún inconveniente. — Añadí yo a la conversación

Esperábamos la salida de mi padre, pasaron cinco, diez, quince y veinte minutos y aún no salía.

Todos nosotros empezamos preocuparnos.

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