cap.(13) Mirando el Panorama

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— Disculpen, aquí es el terminal por poco los lleva para otro lugar, por eso frene repentinamente —.

Nos dijo el chófer avergonzado por su error.

— No se preocupe — le dijo mi padre mientras le entregaba el dinero al chófer.

Nos bajamos y tomamos nuestras maletas, el terminal estaba muy lleno de gente, era grande y su aspecto muy común, aunque si estaba en mejor estado que el terminal de mi ciudad. Mi padre empezó a contar el dinero para pagar el ultimo bus para llegar a nuestro destino final, ya salo faltaba con suerte 9 horas pero dicen que por producto del tráfico se puede extender las horas hasta 12.

Yo estaba agotado, desde temprano viajando pienso que todos estábamos igual. Mire a mi alrededor y pude notar que habían algunos anuncios en inglés, que extraño, supongo que era para los turista que hablan dicho idioma.

Angustiado mi padre dijo: El dinero está incompleto

— ¡No puedes ser! —  Exclamo mi abuela.

— A de ser por el dinero que dimos en las alcabalas — argumento mi madre.

— Pensé que alcanzaría — añadió mi padre

— Ahora que — Pregunte yo

— Iré a hablar con los conductores de los autobuses, a ver si nos llevan, aunque nos falte un pasaje —  Ofreció mi padre como solución a el inconveniente que se nos presentó.

— Bueno amor, ve nosotros te esperamos por acá — contesto mi madre.

Me empecé a inquietar al decir verdad, ya viajamos muy lejos, ya estamos más cerca que lejos de nuestro destino final de este viaje, quedarnos aquí de brazos cruzados sería una calamidad ¿A donde íbamos a ir? ¿Que íbamos hacer? me entraron muchas dudas pero decidí no preocuparme tanto.

— ya vengo — le dije a mi madre.

Me levante a caminar un poco por todo el terminal; mientras caminaba observe un negocio que era como una especie de cafetería, estaba llena de dulces unos tantos que si conocía y otros desconocidos, habían muchos negocios con cosas interesante que me llaman la atención al decir verdad, pero decide devolverme no vaya a ser que mi padre llegue y yo no este.

Regresa al punto donde estábamos esperando a mi papa y aún no había llegado, prácticamente unos instantes después  llego mi padre diciendo:

— hablé con un asistente de un chófer y al parecer nos dejara ir con el dinero que tenemos, asi que ¡vamos! —.

Nos fuimos en ese momento al  área del terminal donde esta todos los autobuses

A medida que nos íbamos acercando desde lejos observé que un chófer discutía con uno de sus Colectores, asistente, acompañante del chófer  o como quieran llamarlo.

Llegamos a donde estaban ellos, me imaginaba yo que era en ese autobús que nos íbamos a ir.

El asistente avergonzado nos dijo

— El chófer se está negando a llevarlos por su falta de dinero —

intervino mi padre — Pero habíamos quedado en que nos ibas a llevar —.

Añadio mi madre — Ya estamos aquí, ¡por favor! apoyarnos ¡déjenos ir! —.

Menciona el chófer — No los llevaré con su dinero incompleto, lo siento, pero no lo haré, solo suben tienen todo su dinero —.

Dice el asistente — Que pena con ustedes pensé que podría convercerlo, disculpen —. Al decir esto el asisten sube al autobús.

En un tono prepotente dice el chófer — Ya el bus arranca,  cerrare la puerta —.

— ¡No! Exclamé dentro de mi — ¿Después de tantos para que esto se acabe aquí? Me negaba a la idea de quedarnos a la deriva. Mire al cielo y suplique
— ¡Por favor! —.

Mientras el  chófer cerrar la puerta, sorprendete una señora que al parecer escuchaba la problematica entre el chófer y nosotros dijo:
— No los deje por fuera, déjelos subir yo pagaré el dinero restante —.

Wau, quede sin comentarios como después de mis súplica mirando el cielo sucedió eso.

Nos subímos al autobús, este siendo muy bonito, asientos azules bien alconchonados y muy cómodos, aire acondicionado y 2 televisores  que estaban iniciando a reproducir una película.

Cuando me senté sentí una paz, ya  estaba en camino a la recta final de este pesado viaje.

Al instante arrancó y enseguida rodé un poco la cortina de la venta que estaba a mí izquierda para observar el camino, por primera vez ví unas motocicletas de tres ruedas en la cual en la parte de atrás podían llevar dos pasajeros y el conductor en la parte de alante, cosas que nunca había visto en mi país ese tipo de transporte.

Al principio, no me canse de mirar por mi ventana, observar todo y detallar se me hacía muy interesante, me encantó ver cómo se podía contemplar el mar a la orilla de la carretera en una parte de este camino.

Eran aproximadamente las 4:00pm de la tarde y ya empezaba a sentir mucho sueño ya que estaba despierto desde la madrugada y también por producto del cansancio.

En varias partes del camino se subía vendedores al autobús, estos ofrecían diferentes tipos de golosinas bebidas e incluso porciones de carne, realmente ya empezaba a sentir hambriento,  pero tenía también muy en claro que no teníamos dinero para hacer ninguna compra, a duras penas logramos resolver para poder pagar nuestros pasajes.

El corazón tan bondadoso de la señora que nos ayudó a pagar nuestros pasajes, supongo que notó que no compramos nada a estos vendedores y entonces al  próximo vendedor ella nos compró unas porciones de carne y unas bebidas añadiéndole esto unas golosinas para mi hermano, wow esta señora me sorprendía éramos unos completos extraños para ella, sin embargo, ella nos ayudó, ojalá y todos tuviéramos  el corazón tan lleno de bonda como esa señora para ayudar a los demás. No solo ayudar económicamente ya que existente muchas formas de ayudar a las personas.

Después de comer  lo que señora nos brindó no pasaron ni unos 10 minutos cuando caí en un sueño profundo en aquel autobús.
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— llegamos —
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— llegamos —
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Eso lograba oír a lo lejos.
—¿llegamos a donde? —  pregunté

— llegamos al terminar — respondió mi abuela

— ¿Que? — sobresaltado dije,
Si apenas había cerrado mis ojos.

mi abuela reía mientras decia :

— Cerraste tus ojos y también roncaste unas cuántas horas, muchas diría yo —

Mire la hora en mi reloj y eran las 12:45Am

— Vamos a bajarnos — Dijo mi abuela.

Nos bajamos...

Era una noche de luna llena era fresca y agradable el clima.

— ¿Ahora que?¿A quien  llamamos pregunto? mi Madre —.

— Esperen por aquí ya vuelvo — Indico mi Padre.

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