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Tal vez paso un buen rato antes de que uno de los dos hablará. Deje qué durmiera un momento y yo mantenía los ojos cerrados mientras aún lo sostenía de la mano y él me mantenía cerca.

- ¿no crees que ya es mucho tiempo? - dije causando que él se removiera un poco.

- lo sé, pero esta vez será solo una semana -dejó un pequeño beso en mi mano y giro para quedar frente a frente conmigo - después pasare mucho más tiempo contigo, lo prometo - sonreí y suspire dejándome ser abrazado completamente, en ese entonces respiraba el dulce y delicado aroma que emanaba de su cuello.

- perdón por exigirte tanto -me alegraba la idea de que pronto pasariamos más tiempo, tanto soobin como yo nos quitariamos cargos de encima, pero aún existía ese silencio ante los demás, pensé varias veces en decirlo todo sin importar nada, pero no era el momento y no llegaba a presentarse.

- descuida, yo igual lo empezaré hacerlo - reímos los dos.

- me parece -me asegure de acunarlo entre mi pecho, pero de la nada comenzo a tocer al parecer se había ahogado con su propia saliba así que procure darle palmadas en la espalda para que recuperará estabilidad.

- no te preocupes estoy bién -sonreía pero tocia cada vez más agresivo, se levanto rápidamente y salió de la habitación, aveces soobin era un poco torpe, al igual que yo ciertamente.

Me levanté también para ir a buscarlo, obviamente me preocupaba. Ví la hora y habria pasado tal vez más de dos horas, ya estaba anocheciendo, baje con soobin a la cocina, lo vi de pie sosteniendo un vaso de agua, su seriedad me desconcertó un poco.

- ¿cariño te encuentras bién? -me acerque un poco preocupado

- sí, creo que me pase algo - asintió sonriente para enseguida tocarse el cien de la cabeza.

- bien, ve a ponerte algo de ropa, pediré algo para cenar - él obedeció y subió para cambiarse.

Cuando él bajo nuevamente tras una ducha, yo veía mi celular, la comida recién había llegado así que nos ocupamos en comer tranquilamente aquel menú de fideos y guisados, me entretenía mirando de re ojo cuando el comía pues era gracioso la manera en que masticaba y sus suaves cachetes se rellenaban, para nada me resultaba asqueroso sino tierno.

- cuidado, te puedes ahogar de nuevo - reí despacio mientras el sonreía apenado.

- eso no pasará..

- si tú lo dices - seguimos comiendo, pero como era de costumbre al final terminamos jugueteando de alguna u otra manera, éramos ya jóvenes adultos, aunque vamos. Todos conservamos un niño dentro, o algo así me dijeron - no te atrevas! -le adverti levantándome de mi lugar pues quería hacerme cosquillas, no lo iba a permitír, no de nuevo.

- ¿por qué? Tú no debiste haber lanzado éso a mi comida -dijo con una enorme sonrisa casi de victoria, se levantó para seguirme pues yo fui más inteligente y comenze a correr lejos de él.

- tarado tú fuiste el que me lanzo agua en la cara - no supe como pero me alcanzó, y cai sobre el sofá, no dejaba de hacerme cosquillas y yo no dejaba de reír, debí pensarlo dos veces supongo - lo siento lo siento lo siento, no vuelvo hacerlo!

- ¿como puedo saberlo?

- porqué lo prometo ¿esta bién? -me estaba muriendo con su tacto, sabía soobin que era muy cosquilludo y por eso siempre recurría a eso cuando le hacia alguna broma.

- okey tu ganas - se detuvo con una sonrisa situada en su rostro, más no se alejó y sostuvo mi mandíbula para poder besarme unos segundos, bueno varios, luego me separe y me senté un poco, de repente me había puesto sentimental.

- ¿siempre estaremos juntos verdad? - y como no hacerlo si él era el amor perfecto hecho en vida, sentía que era demaciado bueno para mí y eso me daba miedo aveces.

- Yeonjun, sabes que siempre - respondió conmovido, él sabía que yo era muy sensible así que me acerco para abrazarme, suspire convencido, me sentia tranquilo, solamente quería estar así por mucho tiempo.


𝐒𝐌𝐀𝐋𝐋 𝐃𝐎𝐒𝐄𝐒 ༐ 𝐒𝐎𝐎𝐉𝐔𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora