58

518 65 3
                                    

Me sentía completamente vacío, los días pasaron pero ya no me percataba del tiempo ni de nada.

Días después, fui a ese lugar donde yacía su cuerpo. Ver su nombre en el mármol resultó ser como un delirio, pensando que mi mente jugaba conmigo me dejé caer al suelo, todos me decían que debía darle un último adiós y dejarlo ir, lo hacían parecer como algo fácil, cuando realmente era imposible para mí. Dije muchas cosas que no tenían sentido, cosas que quise decirle aún. Alguien me abrazaba por detrás, ¿pero como explicar que soobin era la única personas que me podia hacer sentir mejor?

Deje una rosa, prometiendo algo que sólo él y yo sabríamos, llore con todas mis fuerzas, lamentando su perdída, nombrandolo como si aquello lo fuera a traer de vuelta, más no iba a suceder, me retiré con los pensamientos arruinados, un corazón desecho y sin alma, porqué se la había dejado, soobin se había quedado con el.

Amigos cercanos, vecinos, personas que estimaron a soobin acudieron con su familia para darles su más sinceros pésames. Las pocas personas que supieron sobre mi relación con él intentaron acercarse conmigo para brindarme palabras cálidas, era triste porque fueron pocas. Aunque yo no necesitaba de nadie, no necesitaba sus caras fingidas, no necesitaba de su falsa comprensión.

Sus padres hicieron un ultimo homenaje para él, varios socios, CEOS de grandes empresas acudieron, familias, incluso la familia de Baejin acudieron, ví su rostro neutro y de burla que estuve a punto de matarlo con mis propias manos si no fuera por los padres de soobin que me llamaron con ellos. Pues yo seguía sin acercarme a  mis padres, seguían guardando distancia conmigo, supe que no les importaba, al final ya me daba igual.

No había ni un día que no dejara de lamentarme, de odiar a la vida porque me había arrebatado a soobin, detestaba cada segundo, cada día y noche. Todo para mí se volvió un desastre, por las madrugadas las pesadillas se hacían presentes, la realidad me asfixiaba mientras me ahogaba en mi llanto, me deshacía al despertar y no verlo a mi lado.

Un día después de que los padres de soobin se fueran, no pude contenerme, no aguantaba quedarme sólo, tiré todo lo que estaba a mi paso, rompí lo que mis manos tocaban, ya no quería vivir, me encerre en el baño dispuesto acabar con esto, dispuesto a dejar todo porque ya no le veía sentido a nada. Soobin me había enseñado las maravillas del mundo, sonreír a pesar de que teníamos días difíciles, me enseñó amar, a ser fuerte. Pero no estando sin él, entonces todo había sido un fracaso.

- nunca volverás.. -hablaba como un maniático llorando, la navaja afilada podría ponerle un fin a esto o bien tomar una sobredosis de medicamento - soobinnie tengo miedo -era todo un cobarde pero mi mente era la que controlaba mis acciones, cerré mis ojos fuertemente, recordando aquellos momentos cuando fuimos felices, recordándolo a él. Una sonrisa hizo desaparecer mi locura, recordé sus palabras, las escuché con claridad que sentí que él estaba presente. Abrí los ojos, choisi me miraba con atención, acompañándome, ya había crecido bastante, y no podia evitar sonreír al verlo o abrazarlo porque me recordaba a él.

- sabes binnie... No dejaré de amarte - limpie mi rostro que era un asco, entonces pensé que si tomaba la decisión incorrecta, estaría desepcionando a soobin, era lo que menos quería.

𝐒𝐌𝐀𝐋𝐋 𝐃𝐎𝐒𝐄𝐒 ༐ 𝐒𝐎𝐎𝐉𝐔𝐍Donde viven las historias. Descúbrelo ahora