Cap. 14

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- Yo... Lo siento Chris, pero no. Yo amo a Joshua. - Me solté de su agarre y corrí hasta donde Joshua, lo tome de las solapas de su traje y lo bese.

Y así es como una pequeña broma casi me cuesta la vida. Jajaja, ¿enserio creían que iba a ir en contra de su elección? Pues no mis amores.
Ahora comencemos con el capítulo.

Lo mire directo a los ojos, los cuales me miraban con súplica. No puedo negar que deseo decirle que si y seguir a mi corazón, pero mi cabeza se hace una película en dónde termino con el corazón partido. ¿Qué debo hacer? Esta lucha interna parece no tener final.

Mis dos posibles son que me arriesgue y gane, o que me arriesgue y salga lastimada. Pero...¿No hay amor sin dolor cierto? El amor verdadero es el que más duele. ¿Y si me arriesgo?

- Si. - Susurré. El me miró sorprendido.

- ¿Que? - Frunció el ceño.

- Que sí, te doy una oportunidad. - Sus ojos brillaron y me abrazo levantándome en el aire. - Pero recuerda, es solo una oportunidad. Tu la cagas y te olvidas de mi. - Esa soy yo señores, arruinando mementos desde tiempos inmemorables.

- Tranquila, te juro que nunca dudarás de mi. - Me sonrió de oreja a oreja.

Narra Christian.

Prometo que nunca le haré daña, nunca dudará de mi. Bueno... Si dudará de mi en algún momento, pero será cuando le esté preparando la forma de pedirle matrimonio. ¿Me adelante mucho? Creo que sí. Pero es que con ella es imposible no pensar a futuro, los dos casados, en nuestra luna de miel, ella con una barriga enorme, una mini ella o un mini yo. Me hace ilusión, y se que apenas vamos empezando, pero se que seremos felices, sin dejar de lado al pequeño Marcus, obviamente.

Narra Skyler.

Seguimos bailando con Chris, en un cambio de parejas a él le tocó una señora un poco mayor rellenita y a mi me tocó con Monroe. Le sonreí y bailamos. Podía sentir la mirada de Chris, se que está celoso pero no tiene porqué estarlo, para mí solo está él. Monroe es solo un amigo.

Monroe me contaba sobre sus bromas en la escuela y yo reía como loca.

- ¡No puede ser! - Chilla para luego reír. Mi risa paro de repente y todo el mundo hizo silencio. Un ardor insoportable se instalo en mi espalda. Lleve mis manos hacia atrás y retire la daga de plata. Mire a Chris quien me miraba preocupado, mire la daga ensangrentada en mis manos y lo mire a él. Deje caer la daga y caí de rodillas al suelo, para luego caer por completo. Lo último que vi fue a Chris y a Joshua correr hacia mi, luego todo fue negro.

Narra Christian.

Un ardor de instalo en mi espalda. Lleve mis manos hacia la zona pero no tenía nada. En ese momento todo el mundo quedo en silencio. El olor a sangre llego a mis fosas nasales. Al voltearme ví a Skyler llevarse las manos a la espalda. Luego, todo fue en cámara lenta. De su espalda saco una daga de plata bañada en sangre. Me miró, miró la daga y me volvió a mirar. Cayó al suelo y en ese momento reaccione.

Corri hasta ella y la tomé en brazos. Mi vista se volvió borrosa y mi pecho dolía. Sentí que la perdía y no lo podía permitir.

-¡Un doctor! ¡Llamen a un doctor! - Grite esperando que alguien lo hiciera. A los minutos llegó el doctor de la manada, quién me pidió que la llevara a su habitación. Marlen al ver a Skyler se puso a llorar y saco a Marcus de la habitación intentado calmar el llanto del pequeño.

El doctor me pido que saliera y así lo hice, me tragué los celos esperando que ella se pusiera bien.

¡Joder! Estas cosas me pasan a mi únicamente. Hace poco minutos me había perdonado y ahora estoy a punto de perderla.

El doctor salió, me miró y negó. En ese momento pensé lo peor y las lágrimas bajaron sin control.

- Ella está estable. - Joder, me asusto el maldito doctor. - Pero todo depende de ella. Las siguientes horas son desicivas.

- Gracias doctor. - Suspiré y entre a la habitación. Ella está acostada boca abajo, sin nada puesto en la parte superior. En otro momento me hubiera excitado, pero ahora lo único que causa en mi es miedo. Miedo a perderla, ver la venda llena de sangre que tiene en la espalda me llena de temor.

Narra Skyler.

Abrí los ojos y parpadee unos segundos. Mire mi mano, con la cuál estoy sujetando una cuerda dorada. Mi vestimenta es una simple vestido blanco.

Sentí como alguien colocaba su mano en mi hombro, asustandome y provocando que voltee.

Un hombre con aspecto sombrío me miró sonriendo tiernamente.

- ¿Quien eres? - El se alejo unos pasos y luego respondió.

- Yo soy Hades, dios de la muerte y rey del Inframundo. - Se cruzó de brazos.

- ¿Debería temerte? - El se encogió de hombros.

- Muchos me ven como un ser malvado y de poca luz, pero eso no es cierto. Fui enviado aquí para ayudarte. - Fruncí mi ceño.

- ¿En qué? - Ahora El frunció el ceño.

- ¿No lo recuerdas? - Todo llego de rrepente a mi mente. Un ardor en mi espalda, la daga ensangrentada en mis manos, la mirada preocupada de Chris, yo callendo en el suelo y luego en la inconsciencia. - Veo que si. - Se rascó la nuca.

- ¿Dónde estoy? - Mire a mi alrededor lo que parecía ser un campo sin fín. - ¿Qué es esto? - Mostré mi mano.

- Estás en el limbo, un lugar entre la vida y la muerte a las que muy pocas personas consiguen llegar. Esa cuerda que sostienes, es lo que te queda de vida. Tu decides, si la sueltas todo se acaba, si la jalas vivirás. - Mire la cuerda en mis manos.

¿Qué debo hacer?

Terminar ya con esta vida de mierda que tuvo sus cosas buenas. O seguir. Quizás en un futuro yo sea feliz.

Cerré los ojos y me ví a mi dentro de unos años con una panza enorme y a Marcus, más grande, con su cabecita apoyada en ella mientras que Chris me abrazaba por atrás.

- Eso que estás viendo es una parte de tu futuro. - La imagen cambio, para ver a un Chris derrotado, durmiendo en un sillón. El sostiene una mano, al seguirla puedo ver mi cuarto boca abajo tendido en mi cama. - Ese es tu presente. - La imagen volvió a cambiar para verme a mi de más pequeña abrazando a mi papá cuando volvió de trabajar y como mi madre nos miraba con esa calidez, amor y ternura que solo ella sabía dar. - Y ese es... - No lo deje terminar.

- Mi pasado, lo sé. - Sonreí. Mi vida no es una mierda, es lo que yo creo al enfocarme solo en las cosas malas que me da la vida y no el las buenas que tengo y que tuve, cómo a mis padres, a Chris, a Lu, a Marcus, a Marlen. No los voy a abandonar. Jale con fuerza de la cuerda y mire hacia atrás a Hades, quién me miraba con una sonrisa.

- Adiós. - Le sonreí y me despedí con mi mano.

¡Hola! Por acá les dejo este nuevo capítulo que, la verdad, me encantó escribir. Espero que les allá gustado.

¡Bye!

RECHAZADA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora