Capítulo 18... Yoonmin...

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YoonGi colgaba del techo, las cadenas sujetaban sus muñecas y él claramente podía sentir como su flujo sanguíneo ya no llegaba a la punta de sus dedos. Hoseok estaba encadenado en el mismo pilar de donde habían amarrado el final de sus grilletes, su primer lobo de sangre estaba inconsciente pero sentado. Le envidiaba tanto, puesto que sus pálidos pies no tocaban el suelo, colgaba como una piñata con los brazos extendidos hacia el cielo. Era la diversión de los Kim.

—Buenos días, YoonGi. Nos alegra tanto que estés despierto.

El alfa dejó caer la cabeza hacia atrás de su cuerpo, muy cansado. Escuchar esa voz sólo significaba que iba a ser torturado de nuevo.

Los Kim eran sólo otro par de chicos como ellos, al mando de su propia mafia, después de su difunto padre. Sólo que ellos habían quedado huérfanos mucho antes y se las habían arreglado para controlar perfectamente todo Busan. YoonGi debía reconocerles el mérito; aunque ahora sólo se veían igual de repulsivos que antes, por más buenos y costosos trajes que usaran, no podrían dejar de ser mierda.

—Realmente me repugna que huelas a nuestro cachorro —habló el otro hermano.

YoonGi no lo vio venir, estaba bastante fatigado para ello, había sido inmovilizado y no tenía caso, aunque eso no significaba que dejara sentir como el afilado cuchillo se clavaba en su costado izquierdo.

—Dinos, ¿dónde está? Y haremos como que no fallaste en la venta de nuestro apreciado omega —uno de los hermanos Kim era frío y serio, mientras el otro parecía divertido con torturarlo y verlo sangrar.

—No... —mordió las palabras entre sus dientes.

La razón por la que no había muerto todavía era por la maldición en su familia, si no tenía una muerte natural, su cuerpo se seguiría regenerando incluso mucho más rápido que un lobo ordinario.

YoonGi gritó cuando otro afilado instrumento entró por su axila, lastimando a todos los músculos del hombro de una forma que jamás imaginó.

Los hombres de los Kim se reían de cómo se retorcía y su lobo estaba tan desesperado, molesto, que incluso gruñó. No servía de nada convertirse, ya lo había intentado, lo terminaban electrocutando y resultaba más incómodo aún.

—Vamos, YoonGi. Hazlo sencillo para todos, tu primero de sangre esta a punto de morir, piensa en él y en el cachorro que su pareja espera

Un hombre de los Kim levantó la cabeza de su mejor amigo, mostrando su rostro demacrado, sangrante y moribundo. Lo pensó, de verdad que lo hizo, sabía que ese cachorro merecía crecer con sus padres y él tenía la vida de ambos en sus manos.

—No... —repitió tan cansado y exhausto—. Mierda... —gruñó cuando su pierna fue abierta por el otro chico con un afilado vidrio.

Las gotas de sangre caían en el suelo debajo de él

—Tan necio como tu padre —habló el chico que lo torturaba, sacando el afilado instrumento para lastimarlo mas— ¿y qué le pasó? Ah, sí... ahora está muerto.

YoonGi gruñó en su dirección y se volvió loco en un instante, transformándose a su forma animal. No le dieron mucho tiempo, pues tan pronto cayó en sus cuatro patas, los hombres de los kim le sometieron con las típicas lanzas eléctricas.

Volvieron a sujetarlo del techo con las cadenas, desnudo, sin importarle ese aspecto a ninguno de los alfas presentes.

—Tranquilo chico, no fue nuestra culpa que tu padre muriera —dijo el más tranquilo de ellos—. Aunque debemos aceptar que fue sorprendente y un alivio para todos —Yoongi estaba casi inconsciente, ya ni siquiera podía sostener su cabeza—. Lastima que su hijo no pudo continuar adecuadamente con su legado.

Illicit -Yoonmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora