Jimin despertó solo, como todas las mañanas. No había ruido alguno en toda la casa, o al menos no lo percibió; el pálido tampoco lo observaba directamente desde el pequeño sillón junto a la cama, así que supuso no estaba.
Siempre solía asustarle que el blanquecino estuviera tan absorto en sus pensamientos y que no apartara la vista de él, que se quedara sólo contemplandolo sin ninguna expresión, como si buscara en Jimin alguna solución o fuera la causa de todos sus males.
A veces tenía tantas ganas de levantarse y ayudarlo, pero el pálido siempre lo mantenía sedado.
Justo ahora estaba cansado, sus extremidades ardían sin razón aunque... no había anestesia, podía sentirlo. Si movía un dedo su cuerpo obedecía y si doblaba la pierna sobre la cama, podía sostenerla. Al final del día, ese chico no le inyectó el fármaco, como otras veces cuando se negaba a obedecer.
Despacio -de hecho, mucho-, se sentó en la cama; observando el tazón de avena que el pálido le había dejado. No le gustaba la avena, así que frunció la nariz al percibir el aroma, sin embargo también era lo único que había para alimentarlo, así que comenzó a comer.
Dejó el tazón vacío a un lado en la cama, necesitaba ir al baño. Quería asearse incluso, quitarse el sudor de la piel, así que apoyándose en la orilla de todos los muebles para sostenerse llegó hasta la puerta y empujó para entrar.
Había flujo de agua en la ducha pero no había caliente. Claro. Suspiró profundamente al saber que no tenía de otra si quería lavarse.
Se quitó con cuidado los boxers y la camiseta que olía a ese agradable chico, dispuesto a ducharse.
Estaba dejando que la lluvia se llevara la espuma y sus preocupaciones, cuando la voz áspera y una mano entrando a la ducha, lo hicieron caerse en la bañera.
— ¡¿Acaso crees que esto es un hotel?! —YoonGi había cerrado el grifo y lo miraba furioso.
El no quería. No creyó que le molestaría o que llegase tan temprano para sorprenderlo.
—Yo no-...
El chico pálido lo tomó con brusquedad de un brazo y lo sacó tan rápido que Jimin tropezó cayendo muy humillado a sus pies. Estaba desnudo, el piso era demasiado frío y estaba siendo agredido, así que comenzó a llorar.
— ¡Cállate! —YoonGi miró con desaprobación todo el desastre en el suelo, ignorándolo por completo—. Sécate de una buena vez y vuelve a la cama, cuanto antes. Es una orden.
Jimin apenas tuvo tiempo de sujetar sus pertenencias para correr asustado de regreso a la habitación.
YoonGi suspiró cansado, el piso estaba resbaloso ahora y tenía que limpiarlo. Maldita sea. Miró sus pantalones y gruñó por lo excitado que aún seguía.
No esperaba encontrarse con semejante imagen en realidad. Al principio se había asustado, pensando que el chico había escapado de alguna forma, cuando no lo encontró sobre las sábanas. Había llegado con la intención de acariciarlo un poco mientras dormía profundamente pero no estaba.
Furioso pensó en las salidas más cercanas y lo mucho que pudo correr lejos, hasta que escuchó el agua caer en el baño.
Verlo completamente desnudo y de pie, le sorprendió. Observar como deslizaba las manos, lavando su sensual cuerpo resultó más sexy de lo que pensó. Quería ser el agua para deslizarse por su piel, meterse entre cada pliegue del chico y acariciarlo con devoción.
Deseaba empotrarlo contra las baldosas frías de la pared y hacerlo suyo hasta que gritara con fuerza que parara o que continuara más duro.
Se frotó el rostro desesperado, cuando despertó y se percató que permanecía sólo en el baño. No poder tomarlo para entregarlo intacto como los Kim querían, lo estaba volviendo loco.
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Illicit -Yoonmin-
Hayran KurguCuando la red de crimen organizado de su padre cae; Suga se ve obligado a escapar con el omega más valioso de todos. Debe completarse la venta a como dé lugar; él debe llevar al omega recién capturado a los compradores más adinerados del país. "Us...