EXTRA #1... Yoonmin...

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Sin los Kim en el negocio, las cosas habían ido muy bien para la mafia Min. Ahora encabezaban la lista de las más adineradas mafias de todo Sur Corea y por supuesto, la lista de los más buscados por la policia federal.

La detective no lo había encontrado tal como YoonGi había prometido y para su sorpresa, descubrió que era divertido jugar con ella en alguna ocasión, dejando pistas sin sentido en los lugares donde su mafia llevaba a cabo algún crimen. 

"A veces estar a la vista de todos, resulta menos sospechoso que ocultarse"; ese fue uno de los valiosos consejos que le dio su padre.

Oh, el venerado y difunto señor Min. YoonGi expulsó el humo de su tabaco hacia el cielo, recordando lo bueno que fue su padre los últimos momentos que estuvieron juntos en esa antigua bodega. Parecía bastante lejano ya y las cosas que alguna vez le hicieron enojar sobre su extraña actitud, ahora parecían bastante divertidas.

El nuevo líder alfa volteó hacia el interior de la bodega. Las cosas eran exactamente como al principio, Hoseok apostaba con sus hermanos de sangre y eso le hizo reír porque no entendía cómo es que sus hombres no se daban cuenta de sus trampas.

Taehyung debía estar tranquilo en su departamento, una bodega llena de humo y ciertas sustancias toxicas, no eran lugar para un bebé; así que le dio una baja temporal al omega que bien merecido lo tenía, pues a pesar de su estado, había traído más remuneraciones que su alegre alfa.

Todo estaba bien salvo un pequeño detalle.

YoonGi llenó por completo sus pulmones, inhalando fuertemente ese peculiar aroma en medio de tantas cosas. Alzó ligeramente la comisura de sus labios.

—Tus maneras para atraerme, realmente van a hacer que me vuelva loco —masculló el chico pálido mientras abría la puerta del baño en su habitación.

Solamente el líder, claro, podía poseer una recamara en medio de una guarida como esa. Jimin sonrió inocentemente, era increíble su forma de encandilar al alfa con tanta facilidad.

—No me gustan los supresores... —susurró haciendo un pequeño puchero.

La espuma hacia un trabajo perfecto acariciando el bonito cuerpo del omega dentro de la bañera y censurando algunas cosas que al mayor le hubiese gustado mirar de inmediato.

— ¿Ah, no? —cuestionó YoonGi desabrochándose la camisa tan lento, que era casi imposible distraer a Jimin para que se perdiera detalle alguno de ese suceso— ¿Quieres que te obligue a tomar unos?

—No —respondió el adorable chico, sumergiendo los labios dentro del agua como si eso impidiera que el alfa lo realizara.

— ¿Hay mejores maneras de controlar tu celo, cierto? —Jimin asintió despacio, casi gimiendo de manera necesitada cuando vio a su pareja desnuda.

La bañera era amplia y Jimin se había vuelto un poco descarado debido al celo o quizá simplemente no podía resistirse a la atracción inmensa que sentía por el chico frente a sus ojos; así que a YoonGi no le costó deslizarse en medio de los muslos de su pareja e iniciar un juego previo, con besos muy húmedos de por medio. Jimin chilló bajito casi de inmediato.

Con el tiempo YoonGi había aceptado que estaban destinados, tal vez no podía decirlo en voz alta pero por la manera en que lo acariciaba y le daba su lugar frente a todos, Jimin lo sabía. 

Diablos, amaban el sabor y los movimientos de los labios del otro. Al omega le encantaba hacer pequeños ruidos en cada beso caliente que se daban y el mayor no podía evitar sonreír por ello.

Sus manos eran tan hábiles que Jimin se deshacía tan pronto YoonGi empezaba a reconocer su cintura y su espalda. El agua se caía en pequeñas cantidades a causa del movimiento aunque no parecía importante, porque aún cuando disminuía la temperatura de la bañera a cada segundo, en su cuerpo aumentaba más rápido.

Jimin gritó cuando YoonGi invadió su cuerpo, un escalofrío de placer hizo que arqueara la espalda y mirara al alfa con una sonrisa suave para tranquilizarlo, quería que se moviera rápido.

Pequeñas marcas comenzaron a pintar su piel, a medida que los embates incrementaban y él no se pudo quedar tranquilo tampoco, marcando sus uñas en la piel porcelana del otro o jugar con pequeñas zonas con sus carnosos labios.

— ¡Hyung! —lo abrazó disfrutando excesivamente lo que estaba pasando.

—Maldición, Jimin... —gruñó YoonGi cuando el menor comenzó a mover sus caderas en suaves círculos y después parecía un experto haciendo el todo el trabajo—. Oh, tan sexy...

—Hyung, no te detengas —reclamó el menor tras notar como el otro se quedaba viendo hacia su intimidad erguida contra su vientre de manera tan desvergonzada que le hacia sonrojar.

—Lo lamento, no sabía que podías moverte tan bien... —sonrió el pálido, mordiéndose los labios como si observara un platillo muy delicioso y se inclinó a besar sus labios al mismo tiempo que acompañó los movimientos del otro con suaves y firmes embates.

— ¡YoonGi! —Jimin gritaba por todo. Probablemente todos sus empleados sabrían lo que le estaban haciendo por los agudos gritos que el cachorro alcanzaba con su voz. 

YoonGi no podía negar lo mucho que aquello le excitaba.

Oh, infiernos. Aceleró y el pequeño sólo se aferró más a su cuerpo, encantado con ello, casi babeando por el intenso idilio que vivía.

Se besaron, amaban hacerlo y más cuando el nudo sujetaba de esa forma al omega, provocando que sintiera toda la semilla derramarse en su interior tan única y especial. 

Tembló por mucho tiempo, abrazado al alfa que amaba y que lo sostenía cada que caía de la nube más alta.

El agua fue drenada, tomaron otro baño así abrazados, sin moverse, disfrutando de pertenecerse mutuamente, uno al otro. No se arrepentían de nada, de cualquier cosa que hicieron hasta llegar ahí, a su sitio. Porque finalmente los dos tenían uno en el mundo y nadie podría quitárselos.

—Te amo... —susurró Jimin cuando fue recostado en la cama para evitar así un resfriado, YoonGi a su lado.

—Lo sé... —Jimin tenía tanto sueño que sólo sonrió sin reclamo—. También te amo —susurró el otro cerca de su oído, abrazándolo más cerca de su cuerpo—. Es probable que pronto tengamos un cachorro, hueles demasiado a mí ahora.

Jimin asintió despacio, enredando sus extremidades a su novio, su prometido y se quedó dormido siendo el chico más feliz a pesar de estar ahí, en medio de una mafia.

Min YoonGi era consciente de que todo lo que podía darle, todo el amor que sentía por él, así como todo aquello que refería al pequeño Park Jimin siempre sería completamente...  

Illicit.
(Ilícito)
 

Illicit -Yoonmin-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora