Capítulo 30

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Neo

La observo detenidamente mientras se retuerce las manos con su mirada baja, llevamos varios minutos sumidos en un silencio profundo que amenaza con volverme loco. Solo espero que a Athan le esté yendo mejor que a mí.

Noto de inmediato ciertos cambios que ha sufrido Valerie en el tiempo que no ha estado aquí, ha ganado algo de peso, se la ve mucho más sana que en el momento en que se marchó, también su piel tiene un tono saludable y su cabello tiene mucha más vida. Es evidente que la vida en Alemania le está sentando muy bien. Y sinceramente me siento aliviado por eso.

—Has cambiado. —Su voz es tan baja que por un segundo pienso que me lo imaginé.

La miro fijamente y recuesto mi cabeza en mi mano.

—Es curioso, tenía algo muy parecido en mente.

Por primera vez ella levanta su mirada café hacia mí con una tímida expresión.

—Estoy segura que no nos referimos a lo mismo.

—Probablemente —aseguro—. Val, pediste hablar conmigo y aquí estoy, pero no creo que haya sido para hablar de mí.

Su mirada se fija en la mía, siento como si de alguna forma buscara en mí una respuesta que desconozco.

Quiero acabar con esto pronto porque no me siento cómodo, siento que la herida aún no está por completo cerrada y no quiero que se haga más grande. Quiero cerrar este ciclo con ella, quiero que también sea capaz de seguir adelante con lo que tenga planeado y pueda tener una vida feliz, una vida que se merece, y yo también poder seguir con la mía de la misma forma.

—Había imaginado cientos de veces cómo sería esta reunión, pero esto no se acerca ni un poco. Repace una y otra vez lo que te quería decir, pero ahora simplemente no encuentro las palabras para hacerlo. Aunque, creo que decir que lo siento es una buena manera de comenzar.

La miro entrecerrando los ojos, de alguna manera la Valerie que está frente a mí no es la misma que se fue hace algunos meses y es justo porque yo tampoco soy el mismo. Hay cierta seguridad en ella que no había antes y puedo notarlo por la forma en la que acaba de hablar sin titubear.

—Sí, creo que es una buena forma. —Me recuesto en la silla y adopto una postura relajada o al menos es lo que intento— ¿Qué pasó, Val?

Sonríe con tristeza, mientras me imita.

—Es probable que para ti todo lo que vaya a decir te va a sonar como excusa, pero es cómo sucedieron las cosas. —Toma aire antes de comenzar—. La respuesta más sencilla es que me aterré. En tu cumpleaños pensaba decirte de la oferta de Alemania, estaba emocionada porque era la primera luz de esperanza que tenía de ser normal, de poder caminar y quizás tener una vida como cualquier otra persona, era la primera vez que podía ver un futuro más allá y yo te veía en él. Quería contártelo y que tú también lo sintieras como una oportunidad para nosotros.

»Pero tú te me declaraste y me asusté, a mi mente vino en cómo reaccionaría la gente, en qué pensaría la prensa y todas las pestes que hablarían de mí y eso me sobrepasó. Y me alejé, fue la respuesta que encontré en ese momento, pensé que lo mejor sería que desapareciera y te evitara la vergüenza por la que estabas a punto de pasar, pero debo admitir que no lo pensé correctamente, todo aquello a lo que temía realmente sucedió y si lo pongo en perspectiva no fue tan aterrador como lo había imaginado. El problema es que cuando me di cuenta de eso ya era demasiado tarde, ya habían miles de kilómetros de distancia entre nosotros.

—¿Por qué no me dijiste nada después de eso? Pudimos haberlo hablado.

Asiente.

—Lo pensé, cientos de veces, pero siempre que levantaba el teléfono para hacerlo me congelaba. No tenía el coraje ni el valor para eso. No era lo suficientemente fuerte y lo lamento cada día. —Sonríe con tristeza y niega con la cabeza—. No, creo que ahora es tarde para lamentarlo. Neo, quizás no exista una explicación que sea suficiente para ti, pero es eso lo que sucedió para mí. Te quería de una manera que me aterraba, pero me aterraba más el pensar que no era suficiente para ti.

SAGA LUX II | El amor de NeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora