Sarah
No puedo parar de llorar en lo que dura el vuelo hasta Boston. Aún no me puedo creer como pude mantenerme tan firme cuando enfrenté la mirada de Neo. Y es que no necesito decir una sola palabra, su mirada dolida dijo más que mil palabras.
Quería irme, desaparecer sin hacer ruido, sin decir nada. Para cuando Neo se hubiera dado cuenta estaría en Boston y habría podido poner una excusa barata. No digo que eso no le hubiera dolido, pero estoy segura de que en este momento nos dolería menos a ambos.
Dentro de mí se libraba una batalla entre lo que sentía por Neo y mi miedo porque la prensa descubriera mi pasado. Sinceramente no sabía cual de estos era más grande. Aunque sentada en este avión creo que la respuesta había sido clara y mi instinto de supervivencia había sido mucho más grande.
Mi padre no ha dicho nada en todo el camino, sé que como tal me apoya y por eso está aquí, pero no está de acuerdo en como he hecho las cosas, pero aún así respeta la decisión que he tomado.
***
Respiro agitada. Estoy en la última serie del día. Siento mis músculos quemar, aunque según mi entrenador esa es una buena seña, yo, no estoy tan segura. Lo cierto es que en esta primera semana mis entrenadores se han dedicado a fortalecer los músculos de mis piernas para que estos puedan soportar mejor la presión al momento de realizar saltos y más.
He mantenido mi mente enfocada en eso. Solo pensando en el momento en que pueda volver a tocar el hielo. Lo necesito, tanto como respirar... tanto como necesito a Neo.
El dolor de cada sesión de rehabilitación lo he tomado como una purga por lo que hice y sigo haciendo. Cada noche me martirizo a mi misma cada vez que reviso mi celular en busca de un mensaje o una llamada. Y mi corazón se rompe cada vez que no encuentro nada. No sé que espero, fui yo la que se fue, pero dentro de mí esperaba que Neo me buscara, que me pidiera una explicación, que me gritara, no sé que hiciera algo, pero lo único que he tenido de su parte es silencio.
Athan por su parte ha sido cortante. Le envié un mensaje cuando llegué a Boston y su única respuesta fue un «ok», tal vez por solidaridad a su hermano o simplemente está muy enojado conmigo. Tampoco sé, pero siento que he perdido a dos partes esenciales de mi vida en un solo momento. Con cada día que pasa siento más que me equivoqué, así que trato de sacar el mayor provecho posible a la rehabilitación esforzándome tanto como el cuerpo aguanta, por que sino creo que me volvería loca.
Veo a Carolina acercarse desde lejos con el celular en el oído y es que desde que llegamos no ha parado de hacer preparativos para que pueda hacer mi regreso y aunque no estamos seguros de que esté lista para las nacionales. Ella quiere adelantarse a todo, así es su fe en mi recuperación.
—Hola, preciosa —me saluda sonriendo y colgando con quien sea que estuviera al teléfono—. Acabo de hablar con una representante de ESPN, quieren hacerte una entrevista esta tarde.
Me detengo en cuanto la escucho. No huí de New York para alejarme de la prensa, para ofrecerme en bandeja de plata aquí.
—Caro...
—Antes de que me vayas a decir que no —me interrumpe señalándome con el índice—. Por favor no compares a la ESPN con la prensa rosa, además, si lo que quieres es tener a la prensa a raya, lo mejor es darles lo que quieren, así ya no tienen que buscarlo.
—Pero no puedo decir nada de los Lux.
—Y claro que no lo harás. Ya no tienes que ver nada con ellos, así que, de hecho, estarías diciendo la verdad.
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SAGA LUX II | El amor de Neo
RomanceAdorable, encantador y tierno. Es la mejor forma de describir a Neo Lux. Es un hombre vivaz y sensible, capaz de hacer lo que sea por los que ama, pero la vida le tenía preparada la mayor de las pruebas. Nunca penso que la vida fuera fácil, pero no...