Capítulo 38

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Neo


Me coloco el auricular en el oído para subir al escenario. Marco me mira de reojo, está tenso, a la espera de que haga alguna tontería. Falta menos de cinco minutos para que 4Points termine de tocar y en ese momento será el nuestro. Me siento en la parte más alejada, sé que en cualquier momento entrarán mis hermanos...

La puerta se abre de golpe y antes de que pueda girarme para ver Basha ya me está tomando desde el cuello de la camisa.

—Tú y yo no hemos acabado de hablar —dice furioso y no aparto mi mirada ni un solo segundo.

Aparto la mano que me sostiene de muy mala manera.

—No quiero escuchar nada más de ti.

Apolo entra en el momento para intervenir de la misma manera que lo ha venido haciendo desde ayer. Él sabe que no sería capaz de levantarle la mano a ninguno de mis hermanos.

—Cálmense los dos. Ya bastante malo es que tengamos que lidear con el escándalo para que tenga que estar aguantando su drama también.

—Pues todo esto es culpa de Basha...

No alcanzo a terminar la frase cuando el puño de Basha se impacta en mi cara con tanta fuerza que me hace tambalear hacia un lado. Duele horrores, pero me siento más dolido por dentro. Antes de que pueda enfrentarlo él se lanza por más, sus ojos están rojos por el enojo, lo cual es irónico porque el culpable de esta situación no soy yo. Los gemelos llegan justo en el momento para evitar que vuelva a golpearme y antes de que pueda darme cuenta somos el centro de atención de toda nuestra familia, no sé en qué momento llegaron nuestros padres y los demás de mis hermanos, pero creo que ya vieron lo suficiente.

—No sé qué mierdas tienes en la cabeza Basha, pero no voy a permitir que vuelvas a ponerme una mano encima. Cuando yo causé todo el escándalo tú fuiste uno de los primeros en darme la espalda y dejar de hablarme. —Siento el sabor metalizado de la sangre en la boca, creo que me ha roto el labio, pero no quiero comprobarlo en este momento—. Ahora es tu turno, admítelo, la cagaste. La cagaste de la misma manera que lo hemos hecho todos en algún momento. Afróntalo y supéralo como todos. Deja de huir como un cobarde.

—¡Suéltenme! —exige Basha a los gemelos que no aflojan su agarre—. No tienes una puta idea de lo que estás hablando, mocoso. No te vengas a hacer el maduro luego de que te abandonaron.

—¡Basta! —interviene Larissa. La veo y se encuentra al borde de las lágrimas—. ¡Deténganse! Dejen de hacerse daño.

Mi padre la abraza y la saca de la habitación. Apolo les hace una seña a los gemelos para que se lleven a Basha del lugar. Una vez nos encontramos solos se vuelve a mí y se deja caer en una silla sin dejar de verme.

—Neo, esta vez si te pasaste.

—¿Qué yo me pasé? El que anda en amoríos es otro, colega.

Se pasa una mano por la cabeza y suspira profundamente.

—Sí, y tiene derecho a hacerlo, igual que tú. O debo recordarte que tienes una relación con Sarah. Nadie te obligó a que hables de ello, de la misma manera que no lo hicimos con Athan. No entiendo cuál es tu afán en fastidiar a Basha ahora.

—Es simplemente que debe ser algo muy malo para que deba ocultarlo hasta de nosotros. Es una bomba de tiempo y lo sabes.

—Estoy de acuerdo con eso, pero aun así no nos da el derecho para obligarlo a hablar. Ayer dijiste cosas muy hirientes y no tienes idea de lo que Basha ha tenido que pasar hasta este momento. —Se pone de pie y palmea mi hombro—. Espero que te disculpes con él antes de que subamos al escenario.

SAGA LUX II | El amor de NeoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora