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(NARRA KAO)

Es temprano, Pete me está abrazando, dando pequeños besos para despertarme, me gusta cuando me despierta así de tierno. Me giro con cuidado para que vea que ya estoy despierto.

-Buenos días, amor. Levanta, tenemos muchas cosas que hacer. Anoche me dijiste que teníamos que madrugar.

-Buenos días. -Le sonrío mientras me desperezo y sus manos empiezan a hacerme pequeñas cosquillas.



La mañana ha sido algo caótica. Nos acercamos a la obra y nos atendieron muy bien, contestaron a todas nuestras preguntas, dudas y hasta nos dijeron alguna cosa más que a lo mejor no se esperaría el profesor para que nuestro trabajo brille un poco más.

Es un día realmente caluroso, llegamos a la Universidad cansados y casi derretidos, mientras Pete se acuesta en uno de los bancos de la cafetería y yo me quejo del calor infernal que hay fuera.

-Hay sitios que no estén al aire libre, llévame allí. -Me dice sonriendo.

-Ven a mí. -Le digo con coquetería.

-Luego bebé.

En eso aparece June asustado diciéndonos que huyamos y salgamos corriendo cuando una enfadadísima Sandee aparece y se lleva a mi novio con ella. Le pido a June que cuide nuestras cosas, bueno mis cosas, Pete nunca trae nada a clase, utiliza las mías. Les sigo para saber qué es lo que está pasando.

Cuando les encuentro están gritando y peleando sobre la pequeña trampa que hizo Pete para hacer el trabajo nosotros solos. Por lo visto Sandee y Thada se acostaron y ahora las cosas entre ellos es complicada. Yo me siento muy molesto. Joder también soy su amigo y no me habían contado nada, es más mi novio me escondió todo esto que él ya sabía. Mientras los tres hablamos yo me voy relajando y me siento mejor cuando me explican las razones de no confiar en mí antes. Tratamos de ver distintas maneras de como aliviar su situación, pero Sandee se va molesta.

-Solo perdió su virginidad, ¿qué le pasa?

-Porque es una mujer. -Trata de explicarme Pete.

-Cuando perdí la mía, no me arrepentí.

-Tú eres tú. -me responde Pete mientras se sonríe y nos miramos recordando ese día.


TIEMPO ATRÁS


Pete y yo ya llevamos algún tiempo saliendo, se está esforzando y demostrando que puede ser un buen novio. Se preocupa por mí y me consiente, siempre que estamos solos se la pasa dándome besos y acariciándome, le es imposible estar cerca sin tocarme.

Soy consciente de que pronto las cosas avanzaran más de lo que ya están haciendo y que haremos el amor. Así que busqué información sobre todo lo que necesito tener en cuenta para dar ese paso. Tras una búsqueda detallada y sin hablar del tema con Pete ya estoy preparado y concienciado para cuando ese momento llegue.

-Kao, mañana es sábado. ¿Te quedas a dormir en mi casa? Pasaría a recogerte a las seis.

-Claro, a mi madre no le importará. Hace días que no duermo fuera de casa. Hasta mañana.

Algo en su tono de voz y en su forma de mirarme me hace pensar que mañana será el día. Así que para cuando pasa a recogerme al día siguiente yo tengo todo más que preparado, hubo cosas que hice de las que no pienso hablar nunca. Fue demasiado vergonzoso.



Pasa a recogerme y está muy guapo. Mi novio es realmente caliente. Lleva una blusa negra, las mangas remangadas hasta los codos y un vaquero azul oscuro con calzado deportivo. Mi corazón palpita con fuerza mientras se baja del coche y se acerca para abrir mi puerta. Nunca es así de detallista.

-Hola Kao, ¿vamos? Dame tu mochila la pondré atrás.

-Gracias.

Me estoy poniendo nervioso, pero a él le veo tan sereno y seguro de sí mismo como siempre. Cuando llegamos a su casa, los dos hemos estado callados. Pensando en nuestras cosas. Tras aparcar, coge mi mochila y me da la mano. En su casa no hay nadie. Le miro algo nervioso, Pete me sonríe con suavidad.

- ¿Salimos al jardín? -Le sigo. Normalmente a estas alturas lo tengo sobre mí besándome mientras yo intento defenderme de sus juguetonas manos.

-Pete, que sorpresa. -En el jardín, cerca de la piscina hay una pequeña mesa con dos sillas. Rodeada de pequeñas luces, una música suave comienza a sonar. - ¿Preparaste una cena romántica?

-Espero que te guste la sorpresa.

-Pete, me encanta. -Estoy feliz, aunque una pequeña parte de mí piensa a cuantas chicas les habrá preparado lo mismo.

-La verdad que es la primera vez que hago algo así, me apetecía mucho. Me encantó la cara que pusiste cuando lo viste. -Se acercó a mí y me da un leve beso. Yo le abrazo para profundizarlo un poco más. -La cena la traje de uno de mis restaurantes favoritos. Espero que tengas hambre y que te guste.

-Claro, no ibas a cocinar tú, si no morimos de hambre. -Me río feliz. - ¿Y tu padre?

-No regresa hasta el martes, por temas de trabajo, ya sabes como es.

Me siento a la mesa y rápidamente Pete entra en la casa para sacar algunos platos que se ven deliciosos. Mientras cenamos, se va haciendo poco a poco de noche y todo se ve más romántico con las pequeñas luces, la piscina, el jardín, las miradas de mi novio. Yo me voy sintiendo más relajado y feliz mientras comemos y conversamos. Hasta que la cena llega ya al final.

Me tiende una mano y me insta a que me levante de la mesa. Se acerca a mí con lentitud, sus ojos se clavan en los míos y su sonrisa ladeada hace que un fuego arda en mi interior mientras comienza a besarme.

Sus manos me acarician con suavidad mientras su lengua se abre camino hasta alcanzar la mía. Nuestras lenguas se buscan y juegan mientras sus manos se van colando por debajo de mi ropa, yo me apoyo en su cuerpo dejando que haga todo lo que quiera, solo jadeo levemente entre sus brazos mientras sigue besándome, haciendo que hasta mis piernas tiemblen.

- ¿Subimos a mi habitación? -Su voz algo ronca por la pasión es lo más erótico que escucharé nunca.

-Vamos.



NARRA PETE

Ya llevo saliendo un tiempo con Kao. Estoy locamente enamorado de él, me divierte y me gusta cuidarlo y consentirlo. Es muy romántico y cariñoso. Muchas veces, mientras estudio, en los apuntes que me va dejando, encuentro notas muy cariñosas y lindas que me escribe.

Cuando estamos a solas no puedo despegar mis manos de su cuerpo, poco a poco me va dejando avanzar más y tomarme más libertades. Llevo tiempo pensando en llevar nuestra relación a otro nivel. Pero con Kao las cosas tienen que ir más lentas y hacerle sentir querido. Mi padre me dijo que el fin de semana siguiente no estará en casa por temas de trabajo. Ya no se preocupa tanto de dejarme solo. Desde que estoy con Kao no me meto en peleas y estudio mucho.


A lo largo de la semana voy haciendo planes, este fin de semana haré el amor con Kao. Como será su primera vez, busqué información y tengo todo listo para hacer de ese día uno mágico e inolvidable. Al menos eso espero.

Cuando le recojo en su casa, me pongo algo nervioso. Está tan guapo y sereno. Lleva una camiseta que me encanta de él, es como un paraguas formado con el hemisferio norte. Va con unos vaqueros que se le pegan a su redondo y goloso culo. Me pongo nervioso de las ganas que tengo de besarle.

Llegamos a mi casa y le muestro la sorpresa. Una cena romántica en el jardín. Veo la emoción en su rostro y quiero que sepa que es la primera vez que hago algo así. Que es solo para él, por él. Desde que le recogí, hasta este momento he estado muy nervioso. Ahora empiezo a relajarme y la cena resulta amena y divertida.

Ya no puedo esperar más, deseo que esté preparado para dar este paso. Me paro frente a él y cuando se levanta le beso, ya no puedo contenerme más, mis manos se pierden bajo su ropa mientras mi lengua invade esa boca tan exquisita. Kao se deja hacer, no me aparta ni me rechaza, creo que él está dispuesto.

- ¿Subimos a mi habitación? -Le pregunto lleno de nervios. Sé que entiende la connotación y si me rechaza no sabré que hacer, le deseo tanto que ardo.

-Vamos. -Su voz algo ronca por la pasión es lo más erótico que escucharé nunca.

Continúa>>>

Nuestros besos (Pete Kao)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora