𝐏𝐎𝐖𝐄𝐑 𝐈𝐒 𝐏𝐎𝐖𝐄𝐑 | STEVE ROGERS

01 | NIGHT TALES

FUE HACE MILLONES DE AÑOS, cuando los reyes y reinas aún gobernaban la tierra y a los que habitaban su dominio que nació una pequeña niña prometida a un destino sorprendente.
Nacida durante la peor tormenta que hubiera azotado la tierra, ella estaba formada de hielo y sangre.
La llamaron Valentina, la primera de su nombre, protectora de la corte noche y perdición de los príncipes.
Con una piel blanca como la nieve, un cabello oscuro como la noche y una belleza inigualable la princesa creció en sabiduría y poder.
Preparándose para cumplir la profecía que llevaba su nombre.

Sus padres murieron asesinados a manos de sus enemigos cuando era apenas una doncella, sin temor alguno asumió el trono para ser coronada como la reina de hielo.
Jurando al pueblo conseguir la justicia que sus antiguos reyes merecían, se declaró en contra de quienes les habían arrebatado la vida.

La guerra se desató, y la joven reina lideró a su pueblo en la batalla montada en su gran lobo blanco causando admiración y temor.

Al pasar el tiempo Valentina se enamoró, pero su destino estaba escrito.

Ella no estaba destinada a aquel príncipe, ella sabía que era a un soldado a quien su corazón pertenecía, conocía de memoria las líneas exactas que relataba la profecía.
El invierno llegó, y con el la muerte.
Durante la última batalla peleó por el honor de su amado padre, y venció a sus enemigos.
Fue durante un sacrificio que una daga se enterró en su corazón, había dado la vida para salvar la de su amado.
Tan noble y valiente acto había sido reconocido por los dioses.

"La reina de hielo renacerá, en una época muy distinta a la nuestra. Liderará batallas mas grandes y mantendrá con vida al soldado que realize un sacrificio tan digno como el suyo"
Larga vida a Valentina, reina de la noche.

-Conviértete en la reina que necesitan que seas- fueron las últimas palabras que ella en su agonia había escuchado antes de perderse en la oscuridad.

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Y esa es la leyenda de Valentina, la princesa guerrera
—Fin.— dijo el hombre mientras revolvía el cabello de la niña que lo miraba con atención.

—¿Crees que la princesa ya haya regresado de su sueño?
—No lo se, supongo que podría haberlo hecho.
—Yo pienso que ya lo hizo, y es algo así como una súper espía.
—Seguro que lo es, ahora pequeña Stark es hora de dormir.
Alanna adoraba a Jarvis, el mayordomo de su padre, pero odiaba que la mandara a dormir, la noche estaba llena de aventuras posibilidades e historias que contar.
—¿No vendrá papá a darme un beso de buenas noches?

El hombre miró a la pequeña con tristeza mientras negaba—Tiene mucho trabajo que hacer.—

—No importa Jarvis, yo le daré el beso— dijo un joven entrando a la habitación, mientras abrazaba a su hermanita en lo que el hombre se despedía de ambos saliendo por la puerta.
Tony siempre cumplía los deseos de Alanna, esperaba que la infancia de la pequeña no fuera tan solitaria como fue la de el, eran un equipo.
Tal vez lo único que le agradecía a sus padres era el tenerla a ella, Lanna era la prueba de que el muchacho aún tenía un corazón.
-¿Te quedarás conmigo esta noche?

- Claro que lo haré Lanna Banana- Dijo Tony con una sonrisa muy parecida a la de su padre, y por ende a la de ella. Eso había tranquilizado a la niña pues tenía extraños sueños, donde el hielo cubría una especie de avión.

(Se supone que Tony no es tan mayor que Alanna, pero no encontré un gif de Robert cuando era adolescente así que...)