Chapter Seven

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Me levanto y boto a la basura la bolsa que tengo en mi mano, que hace unos cuantos minutos estaba llena de frituras, y que ahora bajan hacia mi estómago.

Comienzo a caminar hacia la calle. La euforia por conseguir comida se ablandó. ¿Qué hora...?

Me da un vuelco el estómago. No siento mi teléfono en la bolsa.

Maldita sea.

Reviso la banca donde estuve sentado, el camino que recorrí de ahí hasta la calle, todo el piso, y hasta el basurero donde había dejado la bolsa. Nada.

Solo puede haber una opción.

Miro el brillante letrero rosa neón que pinta: "B&B's Market". Era básicamente la cafetería del colegio.

No me queda de otra, voy a tener que pasar el ridículo.

Tomo la barra para abrir la puerta de la tienda, haciendo sonar la campanilla.

-...el tal Lee y...

Entro al recinto, y veo que ya había acomodado el desastre que dejé en las estanterías.

-Ehmm...- no sabía como preguntar, por poco me quedo mudo- ¿No tienes ni idea de si dejé mi teléfono por aquí? No lo encuentro por ninguna parte.

Jeongin parecía haber visto un fantasma. Se puso blanco y comenzó a morder su labio inferior.

-Ehm, no lo sé- dijo la chica morena sentada detrás de él, parecía extranjera-. Jeongin, ¿porqué no revisas en tus bolsillos, a ver si encuentras algo ahí?

El chico pareció salir de un transe. Me pareció bastante tierno ver cómo movía su pequeña mano hasta su bolsillo.

Sacó de su delantal un celular negro con borde redondeados.

-Ehm, no sé...- el chico parecía perplejo.

-Lo encontró mientras limpiaba tu desastre. Lo guardó porque sabía que era tuyo.

Miré al chico por dos segundos... Vaya, en verdad se parece a...

Las náuseas se apoderaron de mi estómago, sentí un calor horrible subir por mi rostro, como siempre pasaba cuando vomitaba.

-Gracias Eric, es muy lindo de tu parte...

Salí trotando de ahí, tenía que encontrar algún lugar, donde fuera, donde pudiera vomitar y nadie lo viera.

Se me nubló la vista, las ganas de vomitar aumentaban significativamente.

Respira.

Me apoyé en una columna de concreto, todo era espacio abierto, no podría vomitar sin que nadie se diera cuenta.

Respira, Félix.

Agarré mi estómago y lo presioné ligeramente, dolía como nunca. No debí comer tan rápido.

Vamos.

Me obligué a controlar mi mente.

Jeongin no es él, Jeongin no es él.

Tomé dos grandes bocanadas de aire y los dejé salir lentamente.

Y así como así, mis ganas de vomitar cesaron.

Me masajeé el estómago. Ya no dolía para nada, no sabía si de veras había dolido, o solo era producto de mi mente.

Estoy enojado conmigo. Mi adicción está volviendo, y el síndrome de abstinencia está peor que nunca. Sudo por las noches, vomito siempre y ahora imago que Jeongin se parece a la persona por la que pasó todo, aunque ni siquiera es tan grande el parecido.

Necesito ayuda, pero no la conseguiría de mi madre, no de nuevo.

Jeongin no es él. Repito de nuevo en mi cabeza.

«Little Things» |FELIX|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora