2. El Reino de los Duelistas

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La isla privada de la familia Crawford era uno de los lugares más emblemáticos para los duelistas de todo el mundo. Fue allí en dónde Yugi Muto obtuvo su título de Rey de los Duelistas. También, el Duelo de Monstruos nació allí. Pegasus había contado la historia en numerosas entrevistas: cómo pasó meses aislado del mundo en su castillo, creando las bases de Magic & Wizards, el juego que, con el tiempo, evolucionó al Duelo de Monstruos. Por estos motivos, la isla –llamada Reino de los Duelistas en memoria del legendario torneo que albergó– se convirtió en la Meca de los duelistas del mundo.

Judai tuvo el primer vistazo a la isla mientras el helicóptero de su padre se preparaba para aterrizar. Era muy grande. Sobre todo, si se considera que era el hogar de tan solo dos personas y sus empleados. Tenía una playa, un puerto, pastizales, huertos, invernaderos, un frondoso bosque e incluso una zona montañosa. Todo el paisaje era dominado por el espectacular castillo europeo en la cima de un acantilado.

El helicóptero aterrizó en un pequeño helipuerto ubicado en un claro del bosque, el cual se conectaba con el castillo con un camino de adoquines.

Los empleados que habitaban la isla ya estaban allí para recibirlos. Una mujer de edad avanzada, posiblemente en sus sesenta años, dio un paso al frente en cuanto Pegasus descendió de la aeronave.

—¡Bienvenidos! —los saludó—. Esperamos que haya tenido un viaje tranquilo.

—Algo cansados por volar desde Japón —respondió Pegasus tratando de mantener su usual tono jovial—, pero nada que una noche de sueño no arregle.

Judai esperó hasta el último momento para descender del helicóptero. Iba vestido con un pantalón de mezclilla negra y una chaqueta de cuero a juego. Su expresión estaba un poco apagada, aunque se esforzó por sonreírles a las personas allí reunidas. Fue una sonrisa débil y vacilante.

—Y tú, pequeño, debes de ser el señorito Judai —lo reconoció la mujer mayor con tono maternal, mientras revolvía el cabello.

Judai bajó un poco la cabeza. Ese gesto de la anciana le hizo recordar a su madre, ya que ella hacía lo mismo todos los días cuando iba a recogerlo a casa de Osamu tras un largo día en el trabajo.

Quizá intuyendo los pensamientos de Judai, la anciana le sonrió con dulzura y apartó la mano.

Todos en la isla sabían las circunstancias que llevaron a su jefe a adoptar al pequeño. Por ese motivo, estaban dispuestos a hacer lo necesario para ayudar al niño a recuperarse. Igual que en su momento lo hicieron para ayudar a su joven maestro cuando sus padres y, más tarde, la señora Cyndia murieron.

Una vez concluidos los saludos de rigor, la mayoría de los empleados se retiraron para continuar con sus labores diarias. Quedando solamente Pegasus, Judai, Crocketts y la señora Mary, la anciana ama de llaves que los había saludado antes. Ella se dedicó a informar a Pegasus de los acontecimientos ocurridos en la isla durante su ausencia.

Pegasus decidió tomar el camino largo hacia el castillo para que Judai pudiera conocer un poco más de la isla. Además, siempre le apetecía estirar las piernas tras un viaje en helicóptero.

Durante el camino, Judai se distrajo mirando a su alrededor.

Pegasus casi no escuchaba lo que su ama de llaves le decía, pues estaba más ocupado vigilando a Judai. Se sintió satisfecho cuando vio el brillo de curiosidad propio de los niños aparecer reflejado en sus ojos. Esto le hizo preguntarse en qué podría estar pensando el niño. ¿Acaso imaginaba cómo se sintió estar allí durante el Torneo del Reino de los Duelistas? ¿Estaba tratando de descifrar si Yugi Muto había caminado por ese mismo lugar?

Adoptado: Judai CrawfordDonde viven las historias. Descúbrelo ahora