3. Madame Hyuga

2.6K 223 35
                                    

–¿No vas a salir a saludar esta noche?

Hinata se quitó la máscara y la puso sobre el tocador. Las lágrimas no habían parado de bajar. Era él. No podía ser otra persona. Reconocería esos ojos azules y esa dorada cabellera donde fuera. Quizás su rostro se veía más envejecido pero era el. Naruto Namikaze. Estaba allí, la había visto bailar. ¿Acaso se dio cuenta de que era ella?

–Querida... ¿Por que estás hecha un mar  de lágrimas? ¿Que pasa contigo?– le pregunto su tía Kurenai muy preocupada.

–Lo siento tia... no creo que pueda salir esta noche. No me siento muy bien.

Kuranei se acercó a ella y levantó su rostro.

–No se por que estas en este estado, pero escúchame bien Hina, eres una Hyuga, y las Hyuga somos mujeres fuertes. Sea lo que sea que viste para que estes en ese estado, debes enfrentarlo. Ahora seca esas lágrimas y ponte la máscara. Vamos a saludos a nuestros invitados. Escuche que el nuevo duque de Namikaze está entre el público y quiere conocerte.

Hinata palideció. No. No podía enfrentarse a él. Era muy pronto. Necesitaba prepararse para estar frente a él. No sería capaz de mirarlo a los ojos y no sentir... pero por otro lado no podría esconderse para siempre. Si él estaba devuelta, tarde o temprano tendría que enfrentarlo. Además, ella había usado su máscara, quizás él no la había reconocido. Ella, al igual que él, había cambiado mucho a lo largo de los años.

–¿Hinata, querida?

Hinata tomó un pañuelo y secó sus lágrimas, comenzó a retocar el maquillaje y acomodó su máscara. Lo vería frente a frente, pero no bajaría su rostro. Era el momento de enfrentar el pasado y poder seguir hacia delante.

Si tan solo la carta no hubiese llegado cinco años tarde, las cosas quizás hubieran sido diferentes...

Hinata se puso de pie y alisó su vestido blanco. No se molestaría en cambiarlo.

–Vamos tia, es hora de saludar a nuestros invitados.

                     ~~~~*~~~~


Naruto estaba impaciente y muy ansioso. Había pasado más de una hora y ella aún no hacía acto de presencia. Estaba  seguro de que había dejando en claro que quería conocerla, y él no quería hacer abuso de su poder como duque pero no encontraba otra solución. Lo había casi exigido.

–¿Está seguro que saldrá esta noche?– Pregunto a su hermano algo impaciente. Para él la paciencia no era una virtud.

–Ella siempre sale a saludar. Se paciente– se burló Menma. Conocía muy bien a su hermano para saber que él no solía ser el padre de la paciencia. En parte podía entenderlo. Era su misma reacción cuando vio a Madame Hyuga en escenario. Estaba igual de ansioso por conocerla.

En ese momento Hinata hizo su aparición entre la multitud. Comenzó a saludar primeramente a las damas, que a pesar de aparentar cierto respeto  no podían ocultarse el desagrado y las miradas de envidia. Pero quien las culparía, Hinata era una diosa tal y como había mencionado su hermano. Otra vez comenzó a sentir que ardía, las manos comenzaron a sudarle y el corazón a latirle con fuerza. ¿Que Demonios le pasaba? El era un experto con las mujeres, entonces porque se ponía en aquel estado.

En ese momento Menma se acercó a ella y la tomó del brazo para luego brindarle un beso en cada mejilla. A pesar de que se trataba de un saludo formal, Naruto no pudo evitar sentir una punzada de celos.

–Madame Hyuga, es para mi un honor presentarle a mi hermano Naruto Namikaze, duque de Konoha.

–Excelencia– Hinata hizo una reverencia.

Naruto se acercó y le tomó la mano, en ese momento sintió un escalofrío recorrerle por todo el cuerpo. Lo ignoro y poso sus labios  sobre la mano de ella.

–Ha estado usted espléndida esta noche.

–Gracias, me alegra saber que disfruto del espectáculo.

–Oh, Vaya que lo disfrute– Naruto soltó levemente la mano de Hinata. Y le
Dedicó una seductora sonrisa.

Hinata se sentía entre la espada y la pared. Al parecer él no la había reconocido, lo que hizo sentir un gran alivio y a su vez una profunda decepción.

–Me querida Madame, si no es molestia, me permite llevarla a tomar un poco de aire fresco, debe estar abrumada entre tanta gente.

Hinata se sintió algo insegura. Entre la multitud podía esconderse y pasar desapercibida, pero a solas con él, cabía la posibilidad de que él descubriera su identidad.

–Me temo que es algo inapropiado excelencia, que dirán de mi– respondió  ella brindándole una encantadora sonrisa que hizo que Naruto pediera el aliento.

–Estoy seguro que nadie se atrevería hablar de usted en mi presencia, ni mucho menos a mis espaldas– en ese momento le extendió el brazo y soltándose tímidamente del agarre de Menma tomó el
De Naruto. – Discúlpame hermano, te la devuelvo más tarde.

Menma asintió y le dedicó una sonrisa sardonica a su hermano.

En vez de salir al patio, Hinata convenció a Naruto de mostrarle el lugar. Además de la lasa de juegos, la barra y el área de presentaciones. La Mítica Bohéme tenía muchos pasillos y habitaciones. Hinata lo llevó hasta el area de los pasillos, donde era más retirado y el bullicio no podía distraerlos.

–Tengo que recalcar que ha estado usted maravillosa esta noche Madame. Me ha sorprendido como no tiene idea.

–Me alegra escuchar eso Excelencia– Hinata sentía que su brazo se encendería en cualquier miembro. La proximidad y el calor del cuerpo de Naruto la hacían sentirse algo mareada y aturdida. Había olvidado las maravillosas sensaciones que solo él podía provocar en ella.

–Tengo una curiosidad– Naruto se detuvo un momento y la miró a través de la máscara.

–¿Si?– Pregunto  Hinata tímidamente.

Naruto se quedó observándola por unos segundos. Había algo tan familiar en ella,
Pero aún no lograba identificar que. Podía apreciar su larga cabellera y entonces se dio cuenta de que, aquellos destellos azulados no eran parte de las luces. El solo había visto un cabello así de extraño una sola vez en su vida...

–¿Por que nunca se quita la máscara?– terminó por preguntar apartando su mirada de ella. No podía ser posible lo
Que estaba pensando.

–Ah, eso... digamos que me gusta mantenerme en las sombras.

–No lo entiendo. Es usted la mueve más famosa de todo Konoha.

–A eso me refiero. Lo que quiero decir es que cuando deseo salir a la calle puedo hacerlo libremente sin tener que preocuparme por que la gente me reconozca.

Naruto volvió a observarla y esta vez deseo con todas su fuerzas poder arrancár esa máscara.

Madame Hyuga, hay algo que deseo proponerle.

Hinata se quedó paralizada unos minutos.

–¿Que cosa?– logró articular tratando de mantener el temblor de su voz.

Naruto se paro frente a ella y la agarró por los hombros suavemente, haciendo que el cuerpo de Hinata se estremeciera.

Madame Hyuga, necesito que haga la excepción conmigo.

Hinata lo miró algo confundido ¿a que se refería?

Naruto clavó su mirado sobre la suya y en ese momento sintió que estaba perdida.

–La necesito en mi cama, y no me importa el precio que tenga que pagar, la quiero para mi, esta misma noche.

.



.


.





Continuará...

Joven y Bonita (NH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora