11. La apresurada Boda

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–¿A donde me llevas con tanta prisa?– pregunto Hinata al sentirse arrastrada por el largo pasillo  de la mansión Uzumaki.

–A casarnos.

Hinata se detuvo bruscamente. ¿Había dicho casarse?

–La boda es la semana que viene, ¿De que estás hablando?

Naruto tomó sus manos y las besó tiernamente.

–¿Confías en mi?

Hinata asintió.

–Con mi vida.

–Pues sígueme.

Atravesaron el largo pasillo hasta llegar al jardín. Allí les esperaba una hermosa capilla decorada solo con rosas blancas y rojas. Hinata también notó al sacerdote que estaba de pie al final y al lado había un hombre de algunos setenta años que por su apariencia dedujo que sería el abogado.

Entonces Hinata se dio cuenta de que era verdad. Volvió a detenerse y se soltó de su agarre.

–Naruto, ¿Que esta pasando? ¿Por que esta decisión repentina?

Naruto se acercó a ella y volvió a tomar sus manos.

–Te necesito Hinata, no puedo esperar una semana para tenerte en mis brazos.

Hinata estudió su respuestas. Ella sabía que el estaba al límite y ella también lo estaba. Los últimos días no había dejado de soñar con aquellas caricias. Pero no entendía por que algo no iba bien. Algo no se sentía del todo cómodo.

–Por favor , confía en mi.

Otra vez esas palabras. Ella asintió y tomó su mano. Hinata observó a las personas allí presente. Estaba Kushina junto a Ino, vio a Kakashi y a Lee, en ese momento sus ojos se llenaron de algunas lágrimas. Quizás la impulsividad de Naruto había sido muy exasperada pero ver a las personas importantes allí reunidas le causaba una hermosa sensación. Caminaron juntos hasta el altar y allí pronunciaron sus votos. Menma y Sakura fueron sus testigos y con un apasionado beso sellaron su hermosa unión.

Todos se acercaron a felicitar a los recién casados. Hinata se sentía dichosa al poder compartir con tantas personas cercanas a ella. Un momento estaba tomando el té con su cuñada y su suegra y al otro ya estaba casada con el hombre que amaba.

–Mamà quiere hacer un baile para presentarte en sociedad, aprovecharemos para hacer la celebración de boda ese día.

–Me parece muy bien. ¿Y ahora que?

–Ahora– le dijo Naruto en el oído– vamos a la fase dos...

Con una breve despedida Naruto y Hinata se marcharon de la mansión Uzumaki y emprendieron un viaje en coche hacia una de las propiedad cercanas que ahora pertenecían a Naruto.

–Este lugar es hermoso.

– Me alegra que te guste.

Bajaron del coche y caminaron hacia casa. Hinata estaba maravillada con el lugar. Era tranquilo y lleno de un Aura tan diferente al que solía experimentar en su Cabaret. Entraron en la casa y se percató de que no habían lacayos que lo recibieran, miró a Naruto y este la
Tomó por la cintura y la atrajo hacia el.

–Quería que esto fuera muy privado, mi querida esposa.

Hinata le sonrió y entonces, ambos se envolvieron en un apasionado beso que les arrebató el sentido. Naruto la
Tomó en sus brazos y tan pronto entró a la casa subió las escaleras en dirección a su habitación. Con delicadeza la bajo al suelo y luego comenzó a acariciarla, primero en el pelo, soltando su elaborado moño, luego por su cuello haciéndola estremecer de placer. Con sus dedos ágiles descendió por su espalda hasta encontrar los lazos del vestido. Los desató uno por uno hasta que el delicado vestido cayó al suelo.

Joven y Bonita (NH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora