Epílogo

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La felicidad no solo había tocado su puerta una vez, si no que ahora lo hacía por segunda vez. El repentino embarazo de la duquesa de Namikaze había apaciguado las críticas y los chismorreos. Ahora todos hablaban del abultado vientre y lo hermosa que lucía la duquesa embarazada. Algunos rumoreaban que el vientre era muy grande para tratarse de un solo bebé.

Y la realidad era que estaban en lo cierto. Hinata no esperaba uno si no que dos bebes. Lo que la hacía lucir más vulnerable ante los ojos de Naruto, quien adoraba con locura a su hermosa esposa.

–Hoy es un buen dia para caminar. ¿No te parece querido?

Naruto tomó la delicada mano de su esposa y le proporcionó un tierno beso.

–Estoy de acuerdo querida, pero recuerda que el doctor indicó reposo. Pronto te irás de parto.

–Tonterías, faltan unos días. Quiero disfrutar del aire fresco.

–Como desee mi esposa– Naruto la guió por el jardín y ambos comenzaron a platicar de lo mucho que habían cambiado las cosas en el pueblo. Las chismorreos sobre la duquesa ramera se habían opacado cuando la notica del embarazo se hizo pública. También se hizo público los chantajes y negocios sucios de Toneri por lo que fue condenado a la orca. Cosa que Naruto disfruto.

–¿Ya pensaste en los nombres?

–Aún no. Si son niños me gustaría Boruto y Mitsuki.

–¿Y son niñas? –Pregunro Hinata con cierto recelo.

Naruto entendía muy bien la presión sobre sus hombros. El eventualmente necesitaría un heredero varón, pero tenía todavía una larga vida por delante para buscarlo. No le importaría tener una docena de niñas, ya era feliz con lo que la vida le había regalado.

–Si son niñas me gustaría Hime y Himawari.

Hinata sonrío abiertamente.

–Me gustan– en ese momento sintió una punzada de dolor en la espalda baja. Y un cálido líquido rodar por sus piernas.

–¿Que sucede mi amor? – pregunto Naruto preocupado al notar la incomodidad de su esposa.

–Creo que es hora Naruto, los bebés viene En camino.

Entonces Naruto mandó a llamar a los lacayos que estaban cerca y lo ayudaron a llevar a su esposa hasta sus aposentos. El médico no tardaría en llegar.

Kushina y su hermana Ino estaban allí para ayudar en lo que fuera necesario y el estaba más que agradecido. Su único deseo era que sus bebés y su mujer estuvieran bien. Había oído hablar de lo peligroso que podía ser el parto y eso lo tenía más tenso aún.

El médico llegó y rápidamente comenzó el parto. Naruto había optado por quedarse en la habitación. No quería perderse ni un solo segundo de aquel maravilloso acto.

Vio al doctor sacar a uno de los bebés.

–¡Es un niño!– grito el doctor.

Naruto lo tomó en brazos y se lo acercó a Hinata.

–Boruto– susurro ella y Naruto sonrió.

Al cabo de unos minutos volvieron las contracciones y Hinata entró nuevamente en labor de parto. Ino tomó al pequeño Boruto y Naruto se acercó a Hinata para tomar su mano.

–Vamos cariño, puedes hacerlo mi amor. – la alentó Naruto.

Con último gruñido, el llanto de otro bebé inundó la habitación.

–¡Es una niña! – grito el doctor.

Naruto le brindó una hermosa sonrisa a su esposa y luego la besó.

–Himawari– susurro él al culminar el beso.

Una hora después, Hinata se encontraba amantando a sus pequeños bebés. El
Pequeño Boruto era un hermoso niño
De ojos azules y cabellera dorada. La misma imagen de su papá. Mientras que la pequeña Himwari tenía la melena oscura de Hinata y los hermosos ojos azules de Naruto.

Después de que los bebés comieron. Naruto tomó a la pequeña Hima en brazos y la paseo por la  habitación atontado con lo hermosa y frágil que era. Miró a Hinata que tenía en brazos al pequeño Boruto y entonces comprendió que no
Existiría un momento más mágico y perfecto que aquel.




Fin.

Gracias por su enorme paciencia.
Por sus votos y comentarios. Tuve dos semanas difíciles que nublaron mi imaginación y por tal razón no pude sentarme a escribir, pero seguimos en pie. Besos 😘💓

Joven y Bonita (NH)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora