Joven y Bonita (NH)

9. Se mía

–Me pides demasiado Toneri, ¿Como Demonios se supone que haré tal cosa?

Toneri miró amenazante a su buen amigo Zabuza. Años de amistad y negocios clandestinos habían creado cierta cercanía entre ambos hombres. Pero esta vez Toneri había sacado las garras. Zabuza le debía ciertos favores y Toneri se los estaba cobrando.

–Es sencillo, solo necesito que no quede absolutamente nada de ese maldito negocio. Si ella piensa burlarse de mi, le demostrare que con un Otsutsuki no se juega.

Zabuza volvió analizar la petición de su amigo. Encender en llamas un negocio tan famoso y visitado era una misión muy riesgosa. Pondría en peligro la vida de mucha gente. Sin embargo la otra parte del trato le atraía grandemente. La hermosa y seductora Madame Hyuga sería solo para él, acompañado de una buena cantidad de dinero. Si, era perfecto.

–De acuerdo. Pondré en marcha tu plan.

Toneri sonrió abiertamente y asintió a su amigo. Todo caería en su lugar. Primero el robo y luego la destrucción total de aquel cabaret. Al final su querida Hinata no tendría a quien recurrir y el estaría más que dispuesto en recibirla. La haría su esposa y le haría pagar una por una sus humillaciones.

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No le quedaba otra opción que enviarle una carta. Habían pasado dos días desde que Naruto había intentado dar con su paradero y había sido inútil. Ahora solo confiaba en que su carta pudiera llegar a sus manos y aceptar el encuentro.

Necesitaba conocer sus sentimientos. Saber si ella aún lo amaba con la misma intensidad que el a ella. Pero no habría forma de saberlo si ella se empeñaba en no verlo.

Doblo el sobre y se lo entrego a Iruka.

–Procura que esto quede a discreción.

–Si, excelencia– contestó Iruka mientras hacía una reverencia y abandonaba el lugar.

Solo esperaba a que ella respondiera a  su carta.

–Estas muy serio hermano– Menma había entrado al mismo tiempo en que Iruka abandonaba la biblioteca con la carta.

–Tengo muchas cosas en la cabeza, eso es
todo.

Menma optó por servirse algo de
Tomar y le ofreció a su hermano quien negó el trago.

–Entonces es cierto lo que dice mamá– dijo mientras se sentaba. – Has decidió no tomar más.

–Tomare alcohol cuando pueda arreglar el desorden que llevo en mi vida– respondió Naruto con sorna.

–Puedes contarme.

Naruto miró a su hermano y tenía razón. Quizás si le contaba  él podría darle otra perspectiva sobre el asunto. Aunque ya tenía claro lo quería hacer, el sabía que Menma había rondado más tiempo en Konoha, quizás podría darle más información sobre Hinata.

–Se quien es en realidad Madame Hyuga.

Menma no se inmutó dándole espacio a que se explicara.

–Algunos años atrás conocí a una muchacha de la cual me enamoré profundamente. Cuando tome la decisión de hacerla mi esposa ella se negó y eso me destrozó.– Naruto hizo una pausa y estudio el rostro de su hermano tratando de descifrar la expresión de su cara. Nada. No había ni una pizca de sorpresa. Entonces se dedicó a continuar–. Sabía que había algo familiar en Madame, sólo que no entendía cuan familiar.

Menma escuchó a su hermano desahogar las penas de su corazón. Ahora entendía porque de su repentino adiós hacía años tras.

–¿Que piensas hacer al respecto?– pregunto Menma intrigado. Con la reputación de aquella mujer no había forma en que la alta sociedad la aceptara. Aunque el sabía que a Naruto le importaría en lo mas mínimo quizás para ella no sería igual.