Mientras sus mundos son atacados uno por uno, ¿podrán los héroes de distintas Tierras unirse para detener el Apocalipsis?
Se necesitará la fuerza conjunta de Lucifer, Green Arrow, una nueva Suprema y otros cientos de héroes -y villanos- para derrota...
—Tienen que entender que hay mucha gente rara que sólo quiere ver el lugar de cerca —comenta John, vendedor de bienes raíces—. Bien, voy a verificar algunas cosas y ya vuelvo.
—No hay manera de que lo logremos —se queja Madison en cuanto el vendedor sale de la habitación—. Parecemos las peores versiones de Heidi Klum y Seal.
—¿Alguna vez dejas de quejarte? —pregunta Behold masajeando su sien.
—Tengo derecho a quejarme, el consejo me envió porque creen que soy descartable.
—Y yo tuve que usar pantalones caqui, fue un día difícil para todos. ¡Entonces cállate!
—Bien, Sr. y Sra. James —dice el vendedor regresando a su escritorio—. La transferencia bancaria llegó. Ahora sólo tienen que firmar.
—No puedo esperar para comenzar a hacer bebés en la nueva casa —comenta Madison fingiendo alegría y dando unos aplausos, lo que provoca una mueca por parte del hechicero.
—Antes de que comiencen, hay algunos temas que la ley me obliga a advertirles —dice John entre dientes, temiendo que su venta se caiga—. Ésta casa estuvo vacía durante mucho tiempo. Solamente durante la década pasada hubo una cantidad sin precedentes de invasiones, denuncias de personas desaparecidas, y claro, lo más perturbador...
—¿La gente murió ahí? —lo interrumpe Madison—. Ya lo sabemos.
—¿De las treinta y seis personas? —pregunta el vendedor alzando su ceja.
Madison traga saliva por la sorpresa. Definitivamente Cordelia la odiaba tanto como para mandarla a esa misión suicida.
—¿Qué puedo decirle? —se adelanta Behold al ver la reacción de la bruja—. A ella le encantan las cocinas estilo granja.
—Bien, para que quede claro, no somos legalmente responsables de cualquier accidente. Sea fatal o no —continúa el vendedor, achinando los ojos, par después agregar con una gran sonrisa—. Quitando eso... ¡Felicidades por su nueva casa!
—¡Yei! —celebra falsamente Madison alzando sus brazos.
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Después de un largo viaje, los hechiceros finalmente llegan a la "Murder House". Una casa bastante grande y con un jardín increíble, que sin duda sería el sueño de cualquiera. Cualquiera que no conozca su historia, desde luego.
Madison abre el portón y avanzan lentamente hasta la puerta de la casa. De reojo puede ver cómo su compañero se retuerce incómodo por las malas vibras del lugar.
—Tranquilo, quemaremos salva —se burla ella.
—Ya veremos si sigues así de graciosa cuando los fantasmas quieran echarnos de su hogar.
—Abre la puerta —le responde Madison rodando los ojos.
Él le hace caso, pero tan sólo con meter la llave a la puerta, ésta se abre provocando un chirrido desagradable.
