Aquella noche John se encerró en su habitación con un semblante bastante sombrio, Samantha hizo lo propio y no hubieron los comentarios habituales.
John no pudo hallar descanso a sus pensamientos, besar a Samantha fue lo más sublime y hermoso, tenerla entre sus brazos y sostenerla lo extasiaba, queria correr hacia su recámara y continuar lo que dejó pendiente, más no pudo y estampó su puño contra la pared. No podía continuar así, viviendo dentro de esa casa, lo mejor sería inventar un viaje y marcharse tal vez la distancia debilitaría los lazos.
Por su parte, Samantha estaba de lo más confundida ¿Qué era lo que sentía por su hermano? Quizás era amor, no sabía si era su mirada o su forma de estar, no sabía que era lo que había salido mal. Pensó tantos años en vengarse de Lord Essay porque todavía lo amaba y no aceptaba que él la engañara tantos años y finalmente se decantara por otra dama. Cuando se reencontró con John, vio en él a su cómplice su compañero de aventuras para su venganza y así iba el plan, bueno en un principio....
Samantha, se puso el salto de cama y conocía las consecuencias de sus actos, pero a ella le gustaba lo que hizo John y generó un efecto en ella. Estaba presa de sus sentimientos sino tomaba valentía y le decía a John cómo se sentía nunca lo haría, estaba a punto de cruzar una línea de la cual no habría retorno. Giró como 200 veces en su habitación y salió.
Camino en medio de la noche por aquellos corredores que le eran tan familiares, hasta que llegó a la habitación de John. Llamó varias veces a la puerta y no obtuvo respuesta, dio un resoplido y cuando estaba a punto de dar media vuelta, sabiendo que era una pésima idea, alguien la llamó en la penumbra.
—¿Samy?
—¿Quién anda allí?— dijo Samantha para luego pensar que era la pregunta mas tonta que se había echo en años.
— No deberías estar aquí, no es un buen lugar— respondió John con cierta pesadez
—Quiero hablar contigo— con timidez—¿Podemos entrar a tu recamara?John se acercó a Samantha y fijo sus ojos en el rostro angelical de su hermana.
— No es buena idea, ni siquiera que estés aquí— tragando saliva— con respecto al teatro... Yo creo que te debo una disculpa.
—No...no no digas eso ¿Por favor podemos hablar?— con nerviosismo en la voz.— Sami en mi recámara ¡No!si quieres vamos al jardín— con tono exasperante
—Pero hace frio afuera y mira cómo estoy— haciendo un ademán con sus prendas.
—Entonces, será otro día— pasando por su lado
—¡No! Espera— sujetándolo del brazo y fijando sus ojos en la figura de su hermano.
—Camina entonces— y se adelanto, haciendo que Samantha de zancadas para alcanzarlo.
Una vez en el jardín, la luna estaba en su apogeo y se podía notar una estela de estrellas. Samantha por un momento contempló tal panorama pero luego volvió en sí, hablar con su hermano y confesar sus sentimientos ya no parecía tan buena idea. Sin embargo, John se sentó en la banca que estaba próxima a un frondoso árbol y al verlo tan solitario, tomó valentía y camino hacia él.
Se mantuvo parada frente a él, mientras que éste elevaba la mirada para contemplarla.
—John, sé que esto es malo muyyy malo— con cierto nerviosismo— Estoy enamorada de ti... Ese beso que nos dimos simplemente confirma mis sentimientos por tí. Sé que es malo, prohibido, inmoral, impúdico y se me vienen un montón de palabras para describir lo que sucede— tomando aire— no quiero perderte... No quiero que te alejes de mí. Ámame mucho, quiéreme prometo luchar por esto— Con lágrimas en los ojos
—Oh Sami— incorporándose para abrazarla, la atrajo hacia su pecho y le dijo—Que nos perdone Dios— fundiéndose en un apasionado beso, del cual sólo la Luna era testigo.
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Inalcanzable Amor
Historical FictionSamantha una joven que cree en el amor, pero ¿Qué pasaría si el amor no es como lo imaginaba? John un joven inusual que adora lo prohibido. Podrán estos dos superar las barreras y el repudio de una sociedad.