CAPÍTULO 30| SAN ANTONIO

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CATALINA

Mi cuerpo se movía al ritmo de una bachata lenta, las manos de Mathias sabían exactamente cómo unirse a las mías haciendo del baile mucho más sensual. 

— Te mueves de la hostia —Comento en mi oído haciendo soltar una pequeña carcajada. Nunca en mi vida imagine que alguien usara ese término y ya vez, nunca digas nunca.

— Me estas jodiendo ¿cierto? Ni que lo hiciera tan bien —La cara de Mathias se torna confusa y continuo a eso suelta una risotada.

— ¿Sabes lo que estás diciendo? —Pregunta desconcertado y divertido.

— Claro, te pregunto si te burlas de mi ¿Por que?

— En mi país, si dices algo como eso en conjunto con el resto de palabras que usaste, pensaran que tuvimos sexo y quieres saber sobre tu desempeño en la intimidad —Me quedo enmudecida. Agradezco las luces de la discoteca no permitan que se percate de lo roja que estoy gracias a lo avergonzada que me siento. Igual no fue mi culpa, acá es otra definición, no tengo la culpa que en españa lo vean desde un punto sexual. 

Termina la canción y huyó a la mesa con mi prima quien me regala una gran sonrisa.

— ¿Como la estas pasando?  —Dice en miedo de la bulla.

— Demasiado bien, es solo que me sigo sintiendo incompleta —Una sonrisa forzada fluye de mi y ella lo nota.

— No te preocupes, todo mejorará; pero ahora debes disfrutar del momento. Más bien bebe un poco de esto. 

Las margaritas bajan una tras otra por mi garganta hasta que no siento mis manos, mis piernas se tambalean y me olvido de todo lo que hace un instante me inquietaba.

Salgo a la pista nuevamente con mi prima y los dos rubios para dejarme ir por los diferentes ritmos de la noche. 

...

— Cata, ten cuidado —Siento la voz de mi prima algo distante, mi cabeza palpita del mareo y siento que en cualquier instante me iré de bruces. 

— Estoy bien —Comentó, sin embargo estoy lo suficiente mareada para desmayarme y no despertar en tres días.

— Creo que te excediste en margaritas enana —Valentina me recuesta en la cama y me quita los zapatos— Estas demasiado ebria, te traeré algo para eso. 

Me siento nuevamente recostando mi espalda a la cabecera, mi mundo da vueltas pero si sigo acostada las náuseas serán peor. Diviso mi bolso a mis pies y como puedo lo alcanzó. 

— ¿Qué estarás haciendo pedazo de idiota? Ni un día puedo estar alejada sin sentir que te extraño —Comento para mi.

La pantalla se ilumina y sin medir consecuencias marcó su número. 

— Hola! ¿Donde estas? Esta mañana fui a tu habitación pero jeremy me comento que te fuiste repentinamente de viajo y no me quiere decir donde —Su voz me hace calmar un poco la ansias de querer agarrar el vuelo más cercano acabando de llegar y volver a cartagena. 

— Estoy lejos y no te dire donde —Muerdo mi labio inferior de solo sentir su respiración al otro lado de la línea.

— ¿Estas ebria Catalina?.

— ¡Wao! Que inteligente eres, pareces un genio —Suelto una pequeña carcajada y mis ojos parecen querer cerrarse del mareo.

— ¿Donde estas Catalina? ¿Con quienes? Además ¿Por qué estas bebiendo? Tu apenas y pruebas el licor —Frunzo el ceño por el interrogatorio, él sabe cuánto me enfada el que me acorralen con preguntas.

Un candidato para catalina "TERMINADA" Donde viven las historias. Descúbrelo ahora