Hey nena - Capítulo 14.

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Lo observé con asombro, no sabía como reaccionar sobre la situación

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Lo observé con asombro, no sabía como reaccionar sobre la situación. Una gota, otra gota hasta convertirse en una lluvia, ambos nos estabamos mojando pero ¿Qué importa?
-¿Celos? ¿Después de tratarme como una más?
-¡Perdón!
-¿Perdón? Me trataste como una zorra, te burlaste de mi y te fuiste con esa mujer en vez de quedarte conmigo a arreglar las cosas.
Se quedó en silencio, desvió los ojos hacia otro lado.
-¿Y vienes ahora? ¿A cuantas más te llevaste a la cama con ese verso?
-No es ningún verso-dijo volviendo a verme.
-¿Ah no? Total tienes a todas a tu merced, albino de ojos celestes, cuerpo de infarto capaz de hacer así-chasquee los dedos-y tiene a todas a su alrededor.
Tensó la mandíbula.
-¡¿Por qué mierda te fijaste en mi?!-inquirí sintiendo un nudo en la garganta-¡Sabes que yo no soy ese tipo de mujer! ¡¿Por qué?!
Sin previo aviso me tomó del rostro y deboró mis labios. Maldición, eran tan dulces que me maldije por caer rendida a ellos sentía mi cuerpo que explotaba de todas las emociones que experimentaba. Se apartó y pude ver su rostro y sus ojos conteplarme bajo esos mechones blancos  mojados que caían sobre su rostro.
-Porque me gustas ___-dijo pegando su frente con la mía-lo supe desde el primer momento que te vi. Tu forma de ser, tus gustos, tu voz, tu sonrisa contagiosa, esa forma de vestir tan especial que me encanta. Desde que te fuiste te pensé, no hubo día que no lo hiciera aunque quisiera lo contrario me era imposible, te necesito ___.
-D-Dante-nombré sintiendo las mejillas calientes.
-En ese momento que vi a ese maldito tocarte juro que me contuve pero te juro que iba a explotar e iba a ser peor si me quedaba allí.
¿Acaso era real o solo un sueño?
-___, quiero que estes a mi lado por siempre ¿Aceptas?
-Si, acepto-respondí rodeando los brazos en su cuello, sonrió y volvió a juntar sus labios con los mios en un dulce beso.
La lluvia no había parado en ningún momento, llegamos a su agencia totalmente empapados pero no nos importó porque rápidamente fuimos escaleras arriba y metimos a su cuarto. Tras cerrar la puerta voltee a ver que Dante ya se había quitado la parte superior del traje y estaba tendido sobre la cama observándome con una sonrisa en los labios.
-¿Qué haces?-me hice la tonta mientras me acercaba a él.
-La ropa estaba empapada, no me la voy a dejar puesta-respondió y desvió los ojos a mi cuerpo-también deberías hacerlo antes de que tomes un resfrío.
-Cierto-dije asintiendo apenas, tomé la remera y la ascendí lentamente sin perderme su rostro con la mirada me deboraba por completo.
Me la termine por quitar quedando en corpiño, en ese momento Dante se incorporó y me tomó de la cintura haciendo que me sentara en su regazo con las piernas a sus lados.
-Mucho mejor-ronroneó acercando sus labios a los míos, depositaba besos a la vez que con una mano acariciaba mi mejilla y cuello de manera lenta como si no tratara de lastimarme-eres hermosa.
Mis manos pasaron por sus brazos musculosos que se tensaban por mi tacto, era tan perfecto que no me podía imaginar con estaba así con él en estos momentos.
-¿Qué sucede?-preguntó mirándome atentamente.
-No me puedo creer que este aquí así contigo-respondí sonriendo.
-¿Por qué no lo puedes creer?
-Porque eres perfecto y yo...
-Shhh...-chitó dándome un casto beso en los labios-repites eso y me voy a enojar.
Sonrió soltando un leve suspiro.
-Eres hermosa, incluso no hay hombre que no te quede viendo.
-Ay si-reí divertida.
-No te hagas-dijo alzando una ceja.
-Yo no me doy cuenta.
-Mejor-me rodeó en sus brazos-así nadie te quita de mi lado.
-Nada, ni nadie lo hará-correspondí a su abrazo rodeando mis brazos en su cuello.
-¿Lo prometes?
Alcé el dedo meñique ante él.
-Lo prometo-alzó el suyo y los unimos.
Volvimos a besarnos pero con más deseo, las ropas comenzaban a molestar y prenda por prenda iba desapareciendo de nuestros cuerpos hasta quedar solo en ropa interior.
-Mmm...-me quejé cubriendo con las manos el rostro en cuanto me quitó la última prenda que era el corpiño.
-¿Qué sucede?
-Me da verguenza que me veas así.
-¿Por qué?-oí su confusa voz.
-Porque mírate, tienes un cuerpo perfecto y yo soy esto.
-___-me nombró entre suspiro, me tomó de las muñecas-déjame verte.
-No-negué.
-Anda.
Negué rotundamente.
-¿Me dejas ver el rostro de la mujer de mi vida?-preguntó en un tono dulce-o lo haré a la fuerza.
Tras decir eso sus manos traviesas pasearon por mi cintura y comenzaron a hacerme cosquillas.
-Ya, ya para-reí quitando las manos y el corazón dió un sacudón al verlo sonreír dulcemente con la cabeza apenas inclinada a un lado.
-¿Por qué eres tan perfecta?
¿Por qué me haces sonrojar a cada segundo? Maldición Dante.
-A mi me encanta tu cuerpo, es hermoso desde donde se vea-se arrodillo entre mis piernas-tu rostro-pasó una mano por mi mejilla y siguió descendiendo-tu cuello-acarició esa zona lentamente.
Aclaré un poco la garganta en cuanto su mano acarició un pecho.
-Tus pechos...
Siguió bajando por el abdomen, rodeó la cintura a la vez que los nombraba.
-Tus caderas, tus glúteos-nombró y su mano acarició mi zona baja haciendo que me tensara un poco-ella también-agregó alzando los ojos y sonrió pícaramente.
Sus dedos acariciaban mi clítoris, sentía cosquilleo y a la vez una corriente que invadía todo mi cuerpo.
-Y su interior no me quiero ni imaginar-dijo a la vez que acercaba un dedo al orificio.
-¡E-Espera!-dije rápidamente, alzó los ojos celestes grisaceo hacia mi-s-soy virgen.
Una gran sonrisa que mostraba todos sus dientes blancos se formó en su rostro ¿Por qué tan derepente?
-¿Q-Qué sucede?
-Seré tu primera vez y también la última, estoy realmente feliz.
-Idiota-bufé desviando los ojos hacia otro lado, mi rostro estaba caliente a producto de un rojo.
-Haré lo posible para que sea perfecto para ti, mi amor.
Aquellas últimas palabras me derritieron por completo.
-Solo disfruta ¿Si?
Asentí suavemente y vi como se apartaba y posicionaba la cabeza entre mis piernas. Tragué fuerte un poco nerviosa ¿Quién no lo estaría en esta situación siendo la primera vez? Su lengua rozó sobre mi clítoris produciéndome un sacudón y a la vez arrancándome un gemido de la garganta que no pude evitar, de parte de Dante lo disfrutaba por mi expresión. Una, dos, tres lamidas y así sucesivamente arrancándome gemidos feroces, a veces no podía controlar el apretar las piernas a su cabeza pero a él le encataba y disfrutaba. Lentamente ascendió sus manos hasta mi torso y tomó mis pechos a la vez que seguía entretenido allí abajo.
-D-Dante-jadee, ascendió una mano y metió dos dedos a mi boca los cuales comencé a chupar y a pasarle la lengua como si se tratara de una paleta.
Completamente mojados los quitó y bajó hasta mi feminidad a la cual comenzó a introducir lentamente, gemí con fuerza aferrando mis manos en su cabello dolía pero a la vez era placentero, se detuvo y comenzó a moverlos lentamente en un vaivén que me enloquecía. Sentía algo dentro del abdomen, un calor agradable que se expandía en dirección a la zona baja y que en cualquier momento iba a explotar, las piernas me temblaban, el corazón me latía con más.
-¡Dante!-gemí su nombre apretando las piernas contra su cabeza y sentí que algo salía de mi pero era limpiado por la lengua de Dante. Dejé caer la cabeza sobre la almohada y vi como se acomodaba sobre mi con los brazos a los lados que sostenían su peso.
-¿Te gustó?
Asentí suavemente a la vez que pasaba las manos lentamente por su espalda.
-¿Quieres que siga?
-Si-respondí-quiero que lo hagas.
Depositó un beso casto sobre mis labios, una mano fue descendiendo lentamente por mi cuerpo.
-Eres hermosa-dijo a la vez que me contemplaba-¿Recuerdas aquella vez que te pregunte si creías en el amor a primera vista?
Recordé ese momento que me hizo esa pregunta, su atención en mi lo hacia ver tan tierno.
-Si, lo recuerdo.
-¿Sabes por qué dije que si creo? Porque lo sentí contigo.

Bum bum bum

Latía mi corazón con ferocidad.
-Te amo ___.
Sonreí dulcemente pasando las manos por su nuca.
-También te amo Dante.
Sellamos nuestros labios en un dulce beso y lo sentí entrar en mi, gemí aferrándome a él.
-¿Te hice mal?-preguntó deteniéndose.
-S-Sigue por favor-pedí escondiendo el rostro en su cuello.
Siguió entrando en mi, dolía pero a la vez era placentero porque era algo nuevo en mi.
-Te amo, te amo-susurraba a la vez que me depositaba besos en el hombro-te amo-llegó a mi rostro y depositó un beso en mis labios el cual seguí.
Cuando estuvo completamente dentro de mi espero para que me acostumbrara.
-Lo hice-susurró sonriente, lo observé confusa por las palabras-tu virginidad es mía.
No pude evitar sonreír, moví apenas las caderas en señal de que comenzara a moverse.
-¿Segura?-daba ternura que se preocupara tanto.
-Si mi amor-respondí sonriendo, se movió un poco hacia atrás y se profundizo nuevamente, no pude evitar soltarle un gemido en el rostro.
-Niña traviesa-dijo divertido, no pude evitar reír apenas.
-Tonto-y le di un golpecito en la espalda.
Comenzó a moverse lentamente y así poco a poco aumentó la velocidad haciendo desaparecer el dolor por completo dejando pasar al puro placer. Me sentía en una montaña rusa de la cual no quería bajar nunca más.
-Tan...-se incorporó entre mis piernas-excitante-y empujó profundizándose por completo.
Me tomó una pierna que la puso a un costado suyo y siguió sus movimientos de vaivén viéndome desde esa postura la cual dejaba todo a vista.
-Mierda... te ves perfecta así-gimió, con una mano tomó un pecho el cual apretó con fuerza.
-D-Dante-gemí.
-Vamos, di mi nombre mi amor-dijo jadeante, aumentó las envestidas y sonreía pícaramente al ver mis pechos que rebotaban con velocidad.
Esa sensación volvía a aparecer en mi, otra vez iba a sentir que algo salía de mi.
-D-Dante-gemí tomándolo por la muñeca.
-¿Estás por acabar? Yo también mi amor-jadeó sonriendo de lado y el vaivén fue más fuerte, no podía dejar de gemir al igual que él. Cayó sobre mi con los brazos a los lados y se apretó dentro de mi.
-Tan... estrecha-gimió cerrando los ojos con fuerza.
-¡Dante!-gemí su nombre con fuerza y acabé. Sentía como palpitaba aquella zona apretando su virilidad y como algo caliente se corría dentro de mi tras un gemido feroz de Dante.
Cayó sobre mi, ambos tratando de estabilizar el respirar. Aprovechando el momento lo envolví en mis brazos y disfruté el momento.
-Vuelvo a repetirlo, eres perfecta cariño.
Sonreí cerrando los ojos, me sentía cansada y lo único que quería hacer era dormir un poco.
-Espera un segundo-habló Dante, se quitó sobre mi y me cargó como princesa.
-¿Qué haces?-pregunté entre risas.
Se acostó, me acomodó sobre él como si fuera un oso de peluche el cual podría dormir abrazado y nos cubrió con las sábanas.
-Mejor-sonrió envolviéndome en sus brazos-se te va a ser difícil escaparte de mi de esta manera.
-¿Y quién dice que me quiero escapar?-pregunté sonriéndole.
-No lo sé pero por las dudas. Ahora que eres mía no pienso dejarte nunca-me aferró a él y besó mis labios.
-Jamás me iré mi amor, voy a estar a tu lado por siempre como lo prometí-apoyé la cabeza sobre su pecho y suspiré feliz por lo que había sucedido.
-Que descanses mi amor-susurró Dante y depositó un beso sobre mi frente.
-Que descanses-susurré, apenas me podía mantener despierta y hablar.
-Una cosa más-dijo al momento-tu virginidad me pertenece.
Reí apenas.
-Tonto-apenas module antes de quedarme dormida.
-Te amo nena...
Fue lo último que oí antes de caer en un sueño profundo.

Hҽყ ɳҽɳα.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora