Hey nena - Capítulo 11.

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Atención, este capitulo será a la perspectiva de Dante

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Atención, este capitulo será a la perspectiva de Dante. Espero que les guste. ☺️❤

Dante.

Me dejó la mejilla un poco irritada, apenas la vi, pude notar sus ojos cubierto en lágrimas y su expresión de enfado o... ¿Herida? No lo sé pero me hizo sentir un disgusto en el estómago y un sacudón en el pecho.
-Cariño~-canturreó, suspiré volteando, dejé el sobre de dinero en el escritorio y me fui arriba a despejar la cabeza.
Entré al cuarto y allí estaba aquella mujer que ni siquiera recuerdo su nombre, desnuda sobre la cama con una mirada felina.
-¿Por qué tardaste tanto?-preguntó extendiendo los brazos hacia mi.
-Por nada-respondí negando levemente a la vez que me quitaba la parte superior de mi traje. La mujer se levantó, me tomó del brazo y de un tirón me hizo caer sentado sobre la cama.
-Te ves un poco distraido ¿Sucede algo cariño?
-No-respondí observando detenidamente su cuerpo ¿Cuantos hombres ya habrán pasado por ella? Miles de seguro, me hace sentir extraño porque se que si no tuviera oportunidad conmigo detrás suya hay miles más con deseos de hacer esto.
-¿Te gusta lo que ves?-ronreó.
Observé sus ojos ¿Qué podía decir? Si, es hermosa de cuerpo pero perdí mi interés por este tipo de mujeres desde que...

Maldición.

Maldije mentalmente.
-Si, me gusta-mentí sonriendo apenas, depositó un casto beso sobre mis labios y comenzó a desprenderme el pantalón. Me quito todas las prendas y ambos ya estabamos desnudos.
-Hoy quiero estar arriba-dijo sobre mi regazo, apoyó una mano sobre mi hombro y con la otra acomodo el miembro en su cavidad.
Le tomé las caderas e hice que cayera sentada con mi virilidad dentro suyo. Gimió con fuerza clavando las manos como garras sobre mis hombros y comenzó a moverse rápidamente, me recosté observando a aquella mujer que trataba de mostrarse sexy, para otros hombres lo sería pero para mi la veía tan normal.
Tomó mis manos y guió hasta sus dos grandes pechos que no dejaban de rebotar, creo que si seguían así iban a explotar.
-D-Dante-gimió, entrecerré los ojos y la recordé allí tan sonriente ante mi, tan dulce y a la vez con su lado sarcástico tan único.

Dante...

Su voz dulce sonó en mi cabeza.
-____-nombré, sentí que se detenía.

Mierda...

Pensé abriendo los ojos y la vi con los ojos abiertos de par en par.
-¿Q-Qué dijiste?
¿Cómo salvarme de algo como esto?
-¡¿Estás conmigo mientras piensas en otra?!-inquirió saliendo de encima mio.
Me incorporé observándola ¿Qué podía decir? La había cagado.
-¿Acaso te gusta esa... mujer? Es un asco.
Claro que no voy a dejar que diga algo malo de ___.
-Ni se te ocurra hablar mal de ___-hablé fulminándola con la mirada, quedó de piedra y tragó fuerte.
-P-Pero mírame ¿Qué tiene ella que no tenga yo?
Todo lo tiene, es tan dulce que ni siquiera necesita tener un cuerpo perfecto hecho de plástico para ser llamativa en la mirada de los hombres.
-Lo siento.
Indignada comenzó a vestirse.
-¡Eres un idiota!-chilló con los ojos cubiertos en lágrimas, salió de la habitación corriendo.
Suspiré levantándome de la cama y cuando me acerqué al pasillo ya esta se había ido dando un puertazo. Bajé a la sala y me dejé caer sobre mi asiento de cuero.
-La ha cagado jefecito-habló Agni.
-Y mucho-agregó Rudra.
-Se callan o los mando al sótano para juntar polvo-advertí cruzado de brazos.
-S-Si señor-dijeron al unisono.
Suspiré pesadamente de nuevo.
Al otro día como era de esperarse ___ no vino y creo que tampoco va a hacerlo en el que sigue, ni nunca.
-Jefecito ¿Qué paso con ___?-habló Agni.
-Si, la extrañamos-dijo Rudra.
-Yo que se-respondí frustrado.
-Es que... ella nos mantenía cuidaditos, siempre nos limpiaba-comentó Agni.
-Ya la extraño-bufó Rudra.
-¡Que se callen!

Hҽყ ɳҽɳα.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora