Unafortunate Events

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Los minutos pasaban en la sala de espera y yo sólo podía pensar en Olive, le escribí para decirle en donde estaba pero no recibí respuesta alguna y cuando intenté llamarla su número me salía desconectado, ya se estaba haciendo tarde y me moría por pasar este rato con ella pero no podía dejar a Amber sola.

Estaba en un dilema, un horrible dilema, sólo esperaba que todo saliera bien con Amber para dejarla en su casa e ir por Olive.

–Luke.–la voz del profesor llamó mi atención y aparté la vista de mi teléfono para verlo.–Acompáñame.–me levanté de la silla para seguirlo hasta la sala de urgencias donde estaban atendiendo a Amber y antes de pasar a su cubículo se detuvo para mirarme de nuevo.–Tiene una terrible intoxicación por alimento, acabo de recibir los exámenes y me confirmó que tiene listeriosis.–Suspiré pasando una mano por mi cara.

–¿Va a perder al bebé?.–pregunté mirando a otra parte.

–La trajiste a tiempo y haré todo lo posible para que eso no suceda, pero quiero que estés abierto a la posibilidad de que tal vez el bebé no sobreviva...–asentí sabiendo que sería un milagro si el bebé salía de esta y él palmeó mi espalda unas cuantas veces mirándome preocupado.–Quédate con ella, aun no le he dicho nada pero quiero que esté a tu lado cuando le dé la noticia.

–Se la diré yo, profesor.–asintió comprensivo y suspiró dándome una última palmada antes de irse.

Entré al cubículo y ella me recibió con una sonrisa, le sonreí también y me acerqué a su lado para acariciar su mano.

–¿Cómo te sientes?.

–Mejor, ya se me pasaron las náuseas.–unió nuestras manos y está vez las dejé así.–Pensé que te habías ido.

–No te iba a dejar sola con todo esto.–acaricié su mano con mi pulgar y con la otra mano toqué su vientre, siendo esta la primera vez que lo hacía de manera espontánea.

No estaba feliz, era cierto que no me terminaba de agradar la idea de ser papá y lo tenía bloqueado en mi cabeza, pero era un bebé inocente, era una vida y jamás me alegraría por algo como esto. Acaricié su vientre lentamente, frotándolo con suavidad tratando de sentir al bebé.

–Jamás me habías acariciado así.–comentó con una sonrisa en sus labios.

–Perdón por mortificarte tanto y por no corresponderte de la forma que quieres.–ella suspiró cerrando los ojos.–Debí prestarte más atención.

–¿Por qué me dices todas estas cosas ahorita?.

–Escucha Amber...–comencé tratando de ordenar en mi cabeza las palabras correctas para decirle una noticia como esa.–Tienes una bacteria llamada listeria, la forma de contagio es a través de los alimentos, es muy peligrosa y es un milagro que el bebé aun esté con vida.–gimió apretando mi mano.– sólo en el veinte por ciento de los casos, el bebé sobrevive...

–¿Que me estás diciendo?.–murmuró en un hilo de voz y sus ojos se cristalizaron.

–Que el bebé se está muriendo.–respondí con un nudo en la garganta y ella rompió a llorar soltando mi mano para llevarla a su cara.

A pesar de todo los esfuerzos que el doctor había hecho y las alternativas que nos había conseguido, Amber perdió al bebé esa madrugada, producto de un aborto espontaneo que tuvo mientras dormía.

Jamás me aparté de su lado, me quedé junto a ella toda esa noche, consolándola, estaba completamente devastada y no paraba de llorar, yo también me sentía terrible, eran demasiadas emociones negativas.

No pude volver a encontrarme con Olive esa noche, por más que quisiera ir por ella, no dejaría a Amber sola con todo esto; Sólo podía pensar en la forma tan fría en la que me había despedido de ella, eso me estaba atormentando

Youngblood | L. Hemmings ✦VOL. II✦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora