Drunk In Love

574 45 1
                                    

No podía dejar de pensar en todas las cosas que me había dicho, me dolieron, se sentían como puñaladas directo al corazón.

Cuando llegué a casa con Bella el sentimiento de culpa me invadió  más aún, fue mala idea querer volver con ella, fue mala idea buscarla, lo único que había conseguido fue revolver todos esos sentimientos que creí habían desparecido.

Había conseguido su odio rotundo.

Era un idiota, no debí haberle dicho nada acerca de ese chico, pero los celos me estaban comiendo vivo no tenía derecho de reprocharle nada cuando fui yo quien arruinó todo y ella sólo estaba intentando componer su vida, sólo quería arreglar lo que yo había roto sin querer.

Porque yo nunca quise hacerle daño, cada decisión que he tomado, incluso la de alejarme, ha sido porque creía que era lo correcto, que era lo mejor para ella.

–¿Cómo te fue?. –preguntó Calum animado al contestar el teléfono.

–Mal, creo que empeoré todo...

–Lo sabía, sabía que era una mala idea Luke. –asentí cerrando los ojos y me dejé caer en el sofá. –¿Qué tan mal te fue?.

–Lo arruiné. –dije pasando una mano por mi cara y bufé. –Ella debe odiarme incluso más que antes.

–No creo que eso sea posible. –soltó una risita. –Cálmate un poco, no es como si iba a funcionar a la primera, ustedes tienen demasiadas cosas que resolver y no creí que ella cayera en tus bazos a la primera.

–Yo pensé que si, por un momento cuando la vi a los ojos, pensé que lo habíamos resuelto...pero la cagué hablando de más. –estaba demasiad frustrado.

–Eres un pendejo.

–Te doy la razón...–ambos reímos al mismo tiempo. –No sé qué hacer ahora.

–Sé que a ella lo que más le dolió fue que nunca la buscaste...no repitas el mismo error tres veces y ve por ella.

–Sí pero, ¿A dónde?.

–A su casa...te daré la dirección pero si todo vuelve a salir mal diré que me hackeaste. –reí fuertemente y me incorporé en el sofá para escuchar con atención.

.....

Cal me había dado la dirección de su casa, pero no quería llegar así como así, necesitaba un buen discurso de disculpas. Si no la iba a recuperar al menos quería que supiera que lo sentía, que sentía haberla lastimado tanto.

Me fui caminando porque no quedaba tan lejos y quería meditar, eran casi la una de la madrugada y pretendía quédarme en su puerta hasta que pudiera hablar con ella.

Una vez estuve frente a su casa respiré profundo y toqué el timbre que estaba en el portón principal.

Me sorprendió ver que a los pocos segundos las puertas comenzaron a abrirse de forma automática y ni si quiera habían preguntado quien tocaba. Caminé hasta la puerta principal pero antes de que pudiera tocar ella abrió la puerta.

–¿Qué se te quedó?... –su voz se apagó lentamente al verme de pie frente a ella, me escaneó con la mirada y sonrió. –Lucas...

La analicé mejor y me di cuenta  al instante que estaba ebria, demasiado diría yo. Intentó cerrar la puerta pero la detuve sujetándola mientras ella hacia un pobre intento por cerrarla.

–Lárgate de aquí.

–Liv...déjame entrar, quiero hablar contigo. –dije mientras sujetaba la puerta y  asomé un poco mi cara por esta para verla.

Youngblood | L. Hemmings ✦VOL. II✦Donde viven las historias. Descúbrelo ahora