Confusión... .- EMILIACO

21. Encuentro

Narrador omnisciente

Al día siguiente, a las siete de la mañana, la vieja rutina de hace unos meses se hacía presente en la vida de los chicos...de nuevo.
Y no es que les disgustara ir hacer su trabajo, sino todo lo contrario, amaban lo que hacían y más porqué era hecho con todo el cariño hacia su fandom. Sin contar que ambos estaban viviendo un sueño, trabajar en teatro y en planes para su primera serie como protagonistas. Así que no, el problema no era ese.

Lo que tenía en constante ansiedad a ambos chicos era verse, verse después de todo... después de aquéllos besos, aquéllas caricias, risas, abrazos, promesas, enojos, decepciones...después de todo, ellos estaban a punto de verse. De tenerse cara a cara.
El nervio era notorio en el pequeño castaño, sus manos temblaban constantemente cuando recordaba su rostro, no sabía si era por la ansiedad de no querer verlo, o por querer encararlo y enfrentarse a este problema que en las últimas semanas lo había consumió.

En cambio, el mayor seguía con esa tensión en el estómago, aquella intranquilidad de lo que iba hacer cuando viera su rostro de nuevo, no estaba preparado, pero tenía que hacerlo, no podía estar evitándolo todo el tiempo.

Joaquín

Tendría que decir que no he dormido en toda la noche, que no he parado de pensar en lo que va ocurrir este día. Pero no, irónicamente fue una de las en las que pude conciliar el sueño rápidamente. Eso no significa que para mí no significa nada Emilio, no.
No les voy a mentir, lo extraño. Es imposible de un día para otro, simplemente abandone todo lo bonito que vivimos, y sé que lo nuestro no permaneció mucho tiempo, pero había algo antes de todo esto, una amistad muy hermosa y muy sólida, una amistad que para mí ya no existe más.
Estoy consciente de lo difícil que será trabajar con él, que volveremos a las rutinas de estar conviviendo veinticuatro siete, pero me siento listo, no tengo miedo de verle, no me voy a romper como el espera, no seré una persona más de su lista de conquistas, me prometí ser feliz y eso implica no quebrarme por él, ni por nadie.

Elizabeth
¿Estás listo?.- toco mi hombro

Joaquín
¿Mande?.- dije un poco confundido

Elizabeth
Que si estás listo, ya es hora.

Joaquín
Ah...si, vamos.- me pare enseguida de la mesa para dirigirnos al lugar de la reunión.

Emilio

La noche de ayer no fue como otras noches en las podía por lo menos dormir una o dos horas. Esta noche no había logrado conciliar el sueño para nada, no podía parar de pensar en él y sé que lo he dicho muchas veces, pero es que mi vida ahora se resume en él. Hoy volvería a verlo, a tenerlo cerca, realmente no sé qué siento, en este momento soy un completo manojo de emociones. Tengo tantas ganas de verle y por otro lado no quisiera topármelo nunca. Aunque sé que eso es inevitable, tendría que verlo y convivir como antes solíamos hacerlo, pero ahora las cosas son más complejas, ahora tenemos una historia que nos ha dejado una marca a los dos. Lo extraño, ¿Y quién no lo haría? Me resulta imposible que de un momento a otro ya no pueda ver esa sonrisa tan tierna y hermosa, escuchar esa risa tan contagiosa, que de un día para otro haya dejado ir la oportunidad de volver a sentir mi piel junto a la suya, sentir sus labios sobre los míos, mientras el me acariciaba mi cabello y yo su cintura. Me parecencia imposible dejarlo ir, tener que dejarlo ir.

Niurka
Bebe ¿Estás listo? . - abrió la puerta de mi habitación. - Estas a nada de que llegue tu papá, y sabes cómo es Don Osorio. - yo solo asentí

Ella salió del cuarto dejando un gran silencio, de nuevo solo yo y mis jodidos pensamientos. Recargue mis codos en mis rodillas, posicionado mis manos en mi cara.