Valeska puso ambas manos en su cara, y se dedico a llorar.
Camino en dirección al cuarto de Khea, el cual se encontraba a puerta abierta y entro, bajo las intensas miradas de los hermanos de Khea y sus líderes.
Aún así, la dejaron pasar.
Valeska se sentó en la silla a un lado de la camilla y coloco su cabeza en las piernas de la menor, ma cuales se encontraban tapadas por una manta.
Pero alguien toco su hombro.
Y alzó su mirada rápidamente en busca de aquella persona que buscaba darle consuelo.
- Estoy aquí. -Susurro aquella con voz calida.-
Y se sintió aún peor.
- No permitiré que sigas llorando, no te hagas esto. -Pronunció esta con un deje de tristeza.- Las personas cometemos errores...
Valeska no podía dejar de llorar.
- Quiero verte ser feliz. -Pronuncio la menor sonriendo de oreja a oreja.- Puedo dejar lo que quiero a cambio de tu felicidad. -Pronuncio con seguridad.-
Valeska se alejo de ella, y la miro con cautela.
- Jamás había tenido a alguien en quien confiar, pero llegaste tú. -Comento la menor sosteniendo la mano de Valeska.- Desde la primera vez te dije que cuidaria de ti, y lo haré.
Valeska comenzó a negar con su cabeza.
¿Como aquella chica menor que ella podía pensar en Valeska antes que en ella misma?
- ¡Es absurdo! -Comentó Valeska poniendose de pie.-
- ¿Puedo preguntar algo?
Valeska asintio.
- ¿Lo amas? -Cuestiono.-
Valeska la miro sin entender, pero volteo a la dirección a donde la menor miraba.
Reggie estaba sentado en la banqueta fuera del hospital.
Valeska solo asintio.
- Pues ve por lo que amas, y no seas una jodida cobarde. -Gruño.- Recuerda, sea la desición que tomes, estoy para ti.
Y se alejo.
¿Acaso ustedes conocen la definición de lealtad?
Porque Valeska sabia que Khea era un claro ejemplo de aquello.
Estaba obligandose a retener sus sentimientos por culpa de ella.
Tenia que dejar de ser tan idiota, y comenzar a pensar antes de actuar.
Jughead tenia razón, tenia alguien que de verdad la amaba.
Pero... ¿Que iba a hacer?
...
