Capítulo 10

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¿Habra un día en que la paz llegue a mi vida?

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¿Habra un día en que la paz llegue a mi vida?

¿Un día en que no me sienta como una maldita basura?

Soy escoria, lo se y no pasa un minuto del día en que ese pensamiento no sea parte de quienes me rodean, incluso los hermanos Uchiha lo dijeron una vez y trato de ser fuerte, o por lo menos aparentarlo.

El mesero deja sobre la mesa un vaso con agua y es inevitable que la imagen no sea sustituida por una botella de alcohol. La adicción que me llevó al precipicio y que en un tiempo después se transformó en mi coraza y fuerte, es frágil como una delgada linea llamada embarazo.

—¡Sakura aquí!— la voz animosa de mi mejor amiga me saca del transe.

Esta de pie con un bolso rojo colgando sobre su hombro, agitando su mano en saludo, luciendo deslumbrante y feliz.

Feliz...

De inmediato ella se acerca a mi y besa mi mejilla para después tomar asiento.

—Konan— sonrió con sinceridad y supongo por su reacción, una mueca mal formada.

—No se que estés pasando ahora mismo Sakura— dice en un tono suave, tratando de buscar las palabras correctas para iniciar la conversación —Lamento que tengas que cargar con todo esto.

Desvío la mirada en uno de los ventanales del restaurante. Las personas caminan en direcciones distintas e imaginas que cada una debe tener algún problema, mayor o menor, son torturas mentales y personales. Miro a Konan y por un instante me pierdo en sus hermosos ojos miel, tan deslumbrantes y llenos de vida, siento envidia.

Ella es una persona normal lejos de las minuciaosas joyas y rumores amarillistas de los medios. Es una mujer que consiguió a un hombre que la amara y no la dejara ir.

—Cargare con lo que tenga que cargar— y es lamentable que me conforme con aceptar los sentimientos negativos de los que me rodean— Ya nada puedo hacer.

La mirada de Konan se torna dura.

—No tiene porque ser así.

Tomo un sorbo del agua y vuelvo mi vista al ventanal.

—Lo tenías todo con Itachi hasta que Mikoto se interpuso —escupe con coraje contenido la de cabellos azules— Si ella no hubiera aparecido sus hijos no serían un par de animales atacándose una y otra vez.

Mikoto.

El simple nombre me trae un agrio sabor de boca.

Recuerdo la primera vez que la conocí, tan dulce, mentira, era una máscara para disfrazar su desprecio hacia mi.

"—Mi hijo ya tiene un compromiso con la hija del presidente de Kamui Industries."

Apariencias【SASUSAKU】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora