La obesa duda.

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"¡Al fin nos reunimos!... ¿Eh? ¿Qué sucede, chicas?... No, no puede ser... ¡No después de tanto tiempo!... ¡Soy yo, Alice! ¡Soy yo!... ¿Acaso no me recuerdas?... ¿No recuerdas los días incontables en esa profundidad oscura y eterna?... Ya veo... No, no se preocupen... Haré que me recuerden... Y jamás me olviden de nuevo..."

°°°

Tras escuchar al desesperado mensajero, Oz y compañía salieron presurosos a Pandora -cabe destacar que Alice había, por fin, vuelto a la normalidad-. Por otro lado, los sirvientes se quedaron con la durmiente Sharon en la casa Rainsworth. En el carruaje camino a Pandora, una preocupación creciente invadía...

— Entonces... -comenzó Break.- 

— ¿Entonces? -preguntó Gil.

— Parece que tenemos un enemigo en común con Pandora. -apuntó Oz.

—...

Alice observaba los arboles a través del cristal en silencio, apoyando su barbilla sobre su mano que se apoyaba en el borde de la ventana.

— Eso parece. -susurró Reim.

— ¿Ah? -exclamó Gil, confundido.

La castaña se asomó por la ventana, dejando a su castaño cabello volar, y vio de reojo al mensajero que fungía como conductor del coche.

— Apesta... -susurró Alice para sí misma.

— Es evidente que algo extraño está sucediendo: Lo que ha tomado lugar en Pandora, sea lo que sea, es algo que está conectado con esos expedientes ocultos... Y con Sharon. -añadió Oz.

— Pareces muy seguro de tus palabras. -comentó Break, mirándolo. 

— ¿Qué acaso no piensas lo mismo? -Replicó el rubio con desconcierto. 

—  Oh, bueno. Hay que ver para creer. 


OZ POV

Finalmente llegamos a Pandora. El regordete mensajero nos encaminó por los ajetreados pasillos donde presurosos empleados cubiertos de polvo que caminaban de aquí para allá, llevaban pesadas camillas repletas de heridos. En aquél catastrófico escenario se podía percibir la confusión y desesperación en el ambiente y, aún con aquellos, los ejemplares miembros de Pandora se mantenían con la cabeza fría: Los menos heridos ayudaban a los más perjudicados, y los portadores de fuertes cadenas utilizaban toda su energía para no solo atenderlos con primeros auxilios, sino también sacando los trozos de techo que yacían en el suelo. 

Y pronto, llegamos a las abiertas puertas de la sala central. Normalmente diría que éste escenario que se nos mostraba era terrible, desastroso, que la calamidad nos había tomado de la mano y no planeaba soltarnos en un buen tiempo, pero... Pero, de hecho, no estaba tan mal: Sí, enormes pedazos de techo se esparcían por el suelo, y sí, charcos de sangre pintaban la escena, pero las paredes que podrían haber caído también, seguían firmemente en sus lugares y, contrario a lo que se nos había dicho, no había muertos, solo heridos de gravedad. 

— Bueno, no está tan mal. -dije. 

— El positivo te llaman. -rió Break.

Olvidadas- Pandora heartsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora