Capítulo XI: "Sentimientos"

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Layna.

Al día siguiente de la desastrosa fiesta, amanecí en la cama de Rami Malek. No recordaba absolutamente nada, ni tampoco sabía cómo había llegado ahí. Solo recuerdo haber besado a ese chico, y unos cuantos shots de tequila después, ya había salido el sol.

Lo que si recordaba a la perfección y aun me hervía la sangre del coraje, era que después mi mejor amigo me ignorara por una chica, y le hice saber mi odio yendo a su habitación y tirándome sobre él, despertándolo de un susto.

-Maldita sea, Layna-se quejo tratando de levantarse.

-Vaya, creo que al señor gruñón no le hicieron un buen trabajo anoche-me burle y me agarró de las piernas y me tiró de la cama. Fingí haberme golpeado y me quejé.

-¿Estas bien?-me miró preocupado, luego estalle en carcajadas.

-Vamos a desayunar.

-Primero necesitamos una ducha, y yo una aspirina-me incorporé.

-Tendrás que prestarme una camisa-dije yendo al baño.

-Claro-contesto buscando en sus cajones alguna pastilla.

Volví a la habitación con el frasco de aspirina que guardaba en el botiquín y se la lance.

-Ayúdame-pedí y me giré. Con rapidez bajo mi cierre y ahí mismo, me saque el vestido y lo colgué sobre el respaldo de la silla de su escritorio. Volví a la ducha y saque una toalla de un cajón. Luego me quite mi demás ropa y me dispuse a ducharme.

Cuando yo ya tenia puestos mis pantalones, buscaba una playera en su closet que fuera casi de mi talla. Seb era alto y musculoso, algo así como una copia de Shawn Mendes pero no tan atractivo.

-¿Cómo volviste a casa?-pregunta sorprendiéndome parado en la puerta del baño, mojado y con la toalla a su cintura.

-La verdad no lo sé.

-¿Y dónde dormiste?

-En la habitación de alado.

-Esa es la de mi tío.

-Ahora lo sé.

-¿Èl te recogió?

-Eso creo-me giré y justo encontré una playera de los Rolling Stone que yo le había regalado hace unos años, cuando era más flacucho.

-¿Lo besaste?-pregunto mientras me ponía la playera. Me paralice un momento. ¿lo había hecho?

-No lo sé. No creo-la idea me dejo pensativa y aturdida. ¿yo había dicho algo comprometedor? ¿Algo sobre la apuesta? El no lo menciono esta mañana, ciertamente estaba muy molesto porque no asistí ayer al teatro como había quedado, y no mencionó nada más de anoche.

No hablamos más. Yo me puse mis zapatos mientras él se cambiaba y luego bajamos a desayunar.

-No iré a clases-mencioné una vez sentados en los taburetes de la cocina terminando de comer.

-¿Por qué no? Tenía otra víctima a la vista.

-¿Tan pronto?

-Sí, ansío ver que pierdas por lo menos una vez, no seré piadoso esta vez, te elegí puros chicos atractivos, y mi tío-me reí.

-¿Era en serio lo de tu tío?

-Por su puesto. Ese define si ganas o no. Y el último chico, será sorpresa.

-¿Y esta vez querrás ver? ¿Acaso mi beso con ese chico de anoche te excitó?-bromee y el pareció ruborizarse un poco. Me sorprendí al ver esa extraña reacción, no me lo esperaba.

Vestida de azúcar 《Rami Malek》Donde viven las historias. Descúbrelo ahora