Capítulo XVIII

572 80 13
                                    

—¿Quien querría visitar a Danna a está ahora, hn?— Deidara se quejó mientras se levantaba y caminaba hacia la puerta.

A alguien se le había ocurrido que las once y cuarenta y nueve de la noche era una buena hora para ir a molestar a la casa de Sasori, había estado tocando el timbre desde hace cinco minutos o más, y aún no sé iba.

Con todo su mal humor, él abrió la puerta. Y, vaya, que sorpresa trae el destino, era ella. De repente todo su horrible humor desapareció.

Sakura estaba frente a él, con una caja de regalo en sus manos y una sonrisa débil.

Ah... supuse que estarías aquí, y yo-bueno...— ella luchó con las palabras, mirando a todos lados menos a él. La pelirrosa le dio la caja cerrando fuertemente sus ojos. —Solo ábrelo, por favor.

Deidara estaba sorprendido, pero hizo lo pedido. Y se sorprendió aún más al ver el contenido.

Sakura solo esperaba no arrepentirse, Dios, no creía que jamás le gustaría, pero podría aprender a soportarlo si era por él.

El rubio agarró al hámster albino entre sus manos y lo acarició.

—¡Gracias, sí!— exclamó con entusiasmo, y mientras dejaba al hámster en la caja de nuevo, notó que ahí había una hoja también. Allí decía:

Siempre lo quisiste, así que te lo doy.❤️

¡Feliz aniversario bebé! Te amo.❤️

— Sakura.

No era mucho, pero significaba mucho. Al menos para ellos sí.

Sakura no levantó la vista del suelo, observó él. Entonces, decidido a cambiar esa cara, dejó la caja en una mesa cercana a la puerta y metió a Sakura a la casa, estirándola de su brazo.

— ¡Entra, sí! Si te quedas afuera con este frío te enfermarás, hn. Y ninguno de los dos quiere que eso pase, ¿verdad?— preguntó retóricamente causando una pequeña sonrisa en la chica.

Ambos se sentaron en el sillón de Sasori, sin decir una palabra.

Sakura aún no lo miraba, y Deidara se sentía culpable.

—Yo... lo siento, Sak. No debí haber hecho eso, sí. Pero... feliz aniversario también, sí.— él le entregó una pequeña caja, la pelirrosa la abrió curiosa y dentro había un papel doblado. Lo sacó solo para leer las palabras: "¿te casarías conmigo el 7 de agosto?".

Oh, faltaban 10 días para el 7.

Oh, su cara ahora estaba roja.

Oh, la alegría la inundó.

Oh, un grito se le escapó.

—¡Claro que sí! ¡Te amo, Dei!— Sakura saltó a sus brazos y lo besó. El de ojos azules le correspondió y rió.

—Veo que aprendiste, sí. Gracias por ser tan detallista, cuidare mucho a Bukad, hn.— Deidara prometió cuando se separaron, la respuesta que obtuvo fue otra risa.

—¿Bukad? ¿Así lo llamarás?— él asintió.— Bien, pero yo le pondré nombres a nuestros hijos, no tú.

—¡Ey!

Otra risa se escuchó, pero esta vez fue de ambos.

—Solo bromeaba, me gusta Bukad.

Deidara la abrazó con fuerza, Sakura también lo hizo.

—Vamos a casa, nos esperan unos largos diez días, sí.— ella tomó su mano.

—Claro, pero nos vamos juntos.

Los dos, juntos, se fueron tomados de las manos y muy pegados.

Los siguientes diez días necesitarían ser muy detallista. Pero por suerte, Deidara lo era desde pequeño y Sakura lo aprendió rápidamente.

Todo les iría bien.

FIN

Sé más detallista | NarutoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora