Mis padres me avisaron que estarían llegando a las 5:00 de la tarde, me apresure a hacer algo bueno de comer y a hacer mi tarea para evitar hacerla cuando ellos estén y aprovechar el tiempo que tengo con ellos.
—Mamá, papá, los extrañe -dije cuando termine de abrir la puerta, los extrañe en serio, las personas que piensan que sus padres no son necesarios o que no aprovechan el tiempo con ellos teniéndolos cerca, me dan lastima, yo todos los días ruego porque ellos regresen bien, que no les pase nada, desearía que su tiempo fuera más para mi, pero ellos buscan siempre primero mi bienestar.
—Hija -ambos me abrazaron, las lágrimas amenazaban con salir de mis ojos y pude ver que en los suyos también —Has crecido tanto, cada día estas mas hermosa -dijo mi mamá dándome un beso en la mejilla, ambos entraron a la sala y dejaron sus maletas.
—Hice de comer, espero les guste -dije.
—¿y por qué hiciste de comer? -preguntó mi padre -Siempre salimos a la calle -dijo.
—Quería que hoy fuera diferente -comencé a ponerme un poco nerviosa.
—¿Por qué debería serlo? -preguntaron al mismo tiempo.
—Porque... porque se acerca mi cumpleaños -sonreí con mucho nerviosismo.
—Si, pero en ese caso, nosotros hubiéramos cocinado algo para ti -dijo mi mamá.
—Quería hacerlo yo, quería decirles que ya me falta poco para graduarme, y quería que me acompañaran en la ceremonia -me faltaba un tiempo, pero aún así tenia que sacar una excusa.
—Te falta casi media carrera cielo, si la vida nos lo permite ahí estaremos -mi papá hablo y se metió a la cocina como siempre lo hacia cuando alguien cocinaba.
—Yoselin ¿qué sucede? Te notó nerviosa -mi mamá acarició mi pelo.
—Nada ma -traté de volver a sonar tranquila, ellos podrán viajar, pero me conocían como a la palma de su mano.
—Bueno, te creeré, vamos a comer, yo sirvo -camino hacia la cocina, los nervios comenzaban nuevamente, temía mucho a su reacción.
Comimos mientras ellos me platicaban de su viaje, me dieron algunos detalles que habían traído, yo les platicaba que mis calificaciones seguían siendo las mismas a excepción de Calculo, pero que no se preocuparan, que no reprobaría ninguna materia.
—Y bueno ¿hay algo más qué quieran contarme? -los mire ansiosa.
—No...Pero creo que tú si -mi papá me vio y río.
—Quizás... -sonreí de nerviosismo.
—Vamos, lo que sea puedes hablar ya -me miro curiosa.
—Me gusta alguien... -empece a decir y ambos me miraron esperando a que dijera algo mas —Es una mujer -tragué saliva y entre cerré los ojos.
—...
—...
—...¿Dirán algo? -ni siquiera en su cara podía definir una expresión, solo estaban serios, pensaba en que ellos pensarían muchas cosas desagradables, me quise levantar de la mesa cuando mi padre hablo.
—¿Eso era lo que te tenia tan nerviosa? -preguntó y volví a tomar mi asiento.
—Su reacción era la que me tenia tan nerviosa -me encogí en hombros.
—Ey nena, nosotros te amamos, a nosotros no nos importa a quien ames, mientras seas bien correspondida -dijo mi mamá y quise llorar, quise llorar por lo que me había guardado, porque amaba a mis padres, porque ellos me amaban, quise llorar de alegría.
—¿Quién es ella? -preguntó mi padre — ¿Ella te corresponde? -volvió a preguntar.
—Creo que ahí hay otro problema... -limpie una lágrima que estaba por salir —Ella es mi profesora, y si, me corresponde.
—Entonces no hay problema -alzo los hombros mi madre.
—Pensé que lo habría, por ella ser mi profesora -reí.
—No hija, mira quizás ella o ustedes tengan problemas en la escuela, entonces por esa razón deberían ser cuidadosas, para evitar que las vean y que, bueno, haya consecuencias fuertes con ella, sobre todo, tú como sea eres mayor de edad, me alegra que seas correspondida -mi madre tomo mi mano y la de mi padre -siempre estaremos para ti y no vuelvas a temer sobre lo que vayamos a pensar de ti, eres nuestra hija, nunca te juzgaremos -sonrio.
Genial, un paso más en mi vida logrado, por milésima vez obtuve lo que quise.
Esos dos días y 1 noche con ellos fueron los mejores, como todos los momentos que pasábamos juntos.
—Adrian, ya les dije a mis papas -dijo cuando a penas mi amigo había abierto la puerta, puse cara triste porque quería hacerle una broma.
—Por tu cara puedo decir que te fue mal ¿no? -preguntó curioso, asentí con la cabeza, pero me empecé a reír -¿Sabías que eres muy mala para mentir verdad? -golpeo mi hombro.
—Ya lo sé -rodee los ojos y entre a su casa, le conté todo lo que me habían dicho.
—¿Qué ha pasado con Katherine? -arqueo una ceja.
—Pues ya sabes... Solo cosas cursis -reí, lo cierto es que yo odiaba ser cursi, pero con ella no podía detenerme.
—Cosas cursis ay aja y luego tú -rio irónico.
—Si, aunque no lo creas... -sonreí rendida.
—Ay Yoseliiiin -hizo un chillido -Me encanta verte así, tan enamorada -me abrazo y en ese momento me di cuenta que lo estaba.
—Enamorada... Adrián, no sé si seguir con esto, no debería andar con ella ni tener ondas -me encogí en hombros.
—Yoselin, date cuenta, acabas de decirle a tus padres que te gusta una mujer, ahí es donde deberías darte cuenta que deberías seguir con esto... Harías cualquier cosa por ella ¿no es así? -ladeo la cabeza.
—Si...Quizás...Ella también es una mujer increíble... Siento que no la merezco... Ya sabes, a veces me siento insuficiente -Y era cierto, a pesar de demostrar que soy muy fuerte y demostrar que siempre era muy segura, tenia momentos de inseguridad.
—No, no eres insuficiente -me abrazo —Eres la mejor persona que hay en este mundo, digo, quitando un poco tu egocentrismo -rodo los ojos y reí por ello.
—¿Van a salir hoy? -preguntó y negué con la cabeza.
—¿Por qué? -arquee una ceja.
—Quería llevarte a celebrar tu pre cumpleaños -río -¿Aceptas?
—Claro -asentí con la cabeza -Solo necesito ir por una chamarra a mi casa y a cerrar bien.
—Deja encuentro las llaves y te llevo para tu casa y de ahí nos vamos de rumba -bailo un poco.
—Bien, te espero -me quede ahí, esperando como por 10 minutos, era muy descuidado y perdía todo muy frecuentemente.
Nos fuimos a mi lugar favorito, era de un ambiente muy agradable, Adrián invito a unos amigos con los que me llevaba bien y también había invitado a Katherine, me di cuenta hasta que llegamos allá, ella estaba sentada en la mesa que Adrián había reservado, con unas rosas en la mano y una cajita de colores pastel, en cuanto me vio entrar se levanto de su lugar, llegue hasta ella.
—Hola, niña bonita! -me dio un beso pequeño en los labios e hizo que me sonrrojara.
—Hola, perfectisima mujer -sonreí tiernamente.
Escuchamos un tierno awww por parte de Adrián y de las personas que nos acompañaban y ambas nos sonrojamos, cuando estábamos juntas se nos olvidaba que existían más personas.
—Me atreví a traerte esto, espero te guste -sonrio y me dio las rosas rojas y la cajita.
—Muchas gracias -la abrace y la volví a besar, solo que esta vez alargue unos segundos más el beso, al final nos sentamos.
Comenzamos a pedir, comimos y después seguimos con una botella de vodka.
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Prohibido enamorarse
RomanceEsta muy claro que todos en algún momento de nuestra vida, nos hemos enamorado. A algunos nos ha pasado que nos enamoramos de algún profesor/ra, y quisieramos tener algo que ver con ellos, pero ¿cuantos realmente llegamos formalizar algo?. Esta es m...