Capítulo 24

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Salí a la puerta y la ví a ella afuera de su auto y me sonrió, caminé hacia ella.

—Hola -no sabía cómo saludarla.

—Hola -se acercó a darme un beso en la mejilla —Vamos -me dijo y abrió la puerta del copiloto para que yo subiera.

La ví darle la vuelta al carro, observe que hoy se veía más bonita, quizás solo era mi enamoramiento, subió, se abrocho el cinturón y puso en marcha el carro.

—Te ves muy bonita -dijo viendo hacia enfrente.

—Gracias -sentí que me sonroje —Tú siempre te ves bonita -no sabía cómo es que había salido eso de mi boca, no lo pude controlar.

—Gracias -ví como ella se sonrojo y sonrió levemente —¿A dónde te gustaría ir? -preguntó.

—A cualquier lugar, a donde quieras llevarme -hablé.

—Si supieras a donde quiero llevarte -sonrió.

—jajaja no, tú cama no cuenta -sonreí también.

—Ay -hizo cara triste -En ese caso, tú dime, ¿a donde te llevó? -me volteó a ver rápidamente.

—No lo sé, sorprendeme -la miré.

—Bueno, quiero hablar contigo así que será a un lugar tranquilo ¿esta bien? -preguntó.

—Claro, a donde quieras, menos a tu cama -sonreí, pero si quería ir a su cama también.

—Bien -el carro seguía en marcha, estábamos en silencio, ella suspiro —¿Quieres poner algo de música? -señalo el radio.

—No por ahora, gracias -lo cierto es que me gustaba mucho estar en silencio con ella, no era incómodo, al contrario, me daba mucha paz estar con ella así.

—Bueno, yo si pondré algo de música porque estoy nerviosa y eso me calma -saco su celular y lo conectó al radio.

—¿Por qué estas nerviosa? -pregunté.

—Porque tú me pones nerviosa -sonrió sin verme.

—¿Yo? Yo no te he hecho nada para ponerte nerviosa -rei.

—No hace falta que hagas algo en específico para ponerme nerviosa, con solo existir lo haces -rodo los ojos.

—¿Eso te molesta? -pregunté.

—Si y no -sonrió hacia enfrente.

—Explicate -la miré curiosa.

—Vamos Yoselin... No sé cómo explicarlo, no me molesta de odiarlo, me molesta porque no puedo controlar mis emociones y sentimientos hacia ti -me miro rápidamente como diciendo ¿estas feliz con la respuesta? Y siguió manejando.

—Ok, eso me dejó sin palabras -y era la verdad, no sabía que ella siguiera sintiéndose así por mí.

—Lo sé, es muy fácil dejarte sin palabras con cosas así ¿no?

—Quizás -me encogí en hombros.

—¿Quizás? -arqueo la ceja y me seguía pareciendo encantador ese gesto.

—Si, no cualquiera me deja sin palabras, creo que eres la única que ha logrado eso -la miré y mordí mi labio inferior porque esa mujer me encantaba.

—¿Ni tú ex novio? -preguntó curiosa.

—Ni siquiera él -dije.

—Wow pensé que te quería -dijo.

—¿Qué tiene que ver con eso? -pregunté.

—Pues que cuando quieres a alguien siempre le dices cosas bonitas, la conquistas y así -dijo.

—Me las decía, pero no lograba dejarme sin palabras como tú, yo siempre supe que no podría quererlo como a tí y cuando él me hablaba bonito no me imaginaba a alguien más que no fueras tú y mejor le pedía que se fuera o no contestaba sus mensajes -recordé a Daniel y quizás si fui mala novia con él.

—No es bueno andar con alguien cuando tienes a otra persona en la mente -arqueo su ceja nuevamente.

—¿Cuando estabas con ella me tenías en la mente? -pregunté.

—Yoselin, eso no se pregunta, es más que obvio, sino hubiera sido así, no estaría buscándote otra vez -me miro.

Entramos a un estacionamiento de un restaurante bar, dejó el auto con el ballet parking y nos fuimos a una mesa.

—¿Qué vas a ordenar? -preguntó después de sentarnos.

—No lo sé, no tiene mucho que comí ¿y tú? -revisé la carta para ver si algo me apetecía.

—Yo no he comido, así que yo si voy a pedir algo, si quieres pide un postre o un trago, no sé, lo que quieras -sonrió.

—Si, ahorita veo que se me antoja, quizás un jugó -dije

—Claro -cerro su carta y le habló al mesero para que nos tomará la orden, el mesero se fue y nos quedamos viendonos.

—¿Qué me miras? -pregunté sonrojada un poco, pero retandola al mismo tiempo.

—Tú empezaste a verme, así que solo te quise ver -dijo.

—O sea, ya sé que soy perfecta, pero tienes que entender que de tanto verme puedo desgastarme -sonreí.

—Ay Yoselin -rio —Nunca cambias -tomó una servilleta de la mesa para jugar con ella.

—No tengo porqué -sonreí.

—En eso tienes razón -dijo y bajo la cabeza un poco —¿Te lastime mucho? -su pregunta me tomó por sorpresa, hasta después le pude entender, se refería a cuando me dejó ahí sola y abandonada jaja.

—Ammm no sé si decirte, no quiero que tengas armas para después volverlo a hacer -dije.

—Solo quiero saber para poder enmendar mis errores -me tomó de la mano.

—Si Katherine, la verdad es que sufrí demasiado, pensé que nunca acabaría mi dolor, fue horrible, pensé que te había pasado un accidente o que yo había hecho algo mal -hablé sinceramente.

—Yoselin, lamentó haber desaparecido así... Ese día yo estaba llegando a mi casa, llegaron dos hombres a "secuestrarme" Tuve mucho miedo y te juro que solo pensé en ti, en que estuvieras bien porque estabas sola en tú casa, me llevaron a un lugar que no sé ni que era, me amenazaron de perder todo, absolutamente todo si yo no desaparecía de tú vida, me dieron todos mis papeles que tenía en la escuela, me dijeron que no nos convenía a ninguna de las dos seguir en esa relación, pedí despedirme de ti y destruyeron mi celular, me volvieron a dejar en mi departamento y solo saque unas cosas para irme ¿sabes? Aceptó que fui muy cobarde porque pude haber ido a verte, explicarte, o simplemente haberte pedido desaparecer conmigo, pero no lo hice, el miedo me invadió y no sabía si esas personas te podrían hacer daño si yo me acercaba a ti, así que decidí irme así, sin más -me lo contaba y se le cristalizaban sus ojos.

—¿No pudiste reconocer quién era? -pregunté.

—Podría decirte que si, pero no estoy segura -habló

—¿De quién se trata? -la curiosidad me mataba.

Prohibido enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora