Capítulo 17

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—Hasta que las vi besándose -volvió a decir —Que feo que hayas probado mis babas -río.

—Natalia ¿dónde viste eso? -no me causaba risa lo que había dicho.

—En un bar, hace algunos días -me volteó  a ver.

—¿Alguien más lo sabe? -sentí que me ponía pálida.

—No... Bueno -dijo y me puse más nerviosa —No, no es cierto, nadie más lo sabe, al menos no de mi boca -se encogió de hombros.

—Natalia, harás que me de un infarto -me reincorporé en el asiento.

—Hey, tranquila yo no le veo lo malo, a excepción de la posibilidad de que la directora se entere -se encogió en hombros.

—Exactamente por ella es por quien temo o me preocupo, no es como si me importara lo que digan los demás, igual, ya tengo 20 años -rodee los ojos —Ahorita lo que menos importa es eso, ¿No te has dado cuenta que es como si a Katherine se la hubiera tragado la tierra? -quise no sonar exaltada

—No, tranquila, piensa que a lo mejor pidió sus vacaciones y no ha tenido tiempo para hablarte o algo o quizás también perdió el celular -su voz era pacifica, como si tratara de calmarme 

—Quizás, pero no siento que sea forma para alejarse de tu pareja, no sin siquiera avisar o buscar la forma de encontrarte, Katherine sabe donde vivo -agache la mirada para jugar con mis dedos, quería llorar, por dentro sentía como si Katherine ya no quisiera nada conmigo y por eso había desaparecido.

—¿Quieres buscarla? -preguntó.

—Si... -dije y las lágrimas amenazaban con salir.

—¿Te parece si mañana busco su expediente y te ayudo a buscarla? -pregunto y asentí, ya habíamos llegado a mi casa estaba por bajarme y por un momento sentí que Katherine abriría mi puerta para yo poder salir y despedirme de ella con un beso tierno y un abrazo, cosa que me causo más sentimiento y un nudo estaba ya en mi garganta, voltee para ver a Natalia.

—Te llevare hasta adentro para asegurarme que sigas bien -dijo, ella bajo y yo también.

—Te quiero mucho -dije y la abrace, ella sabia que cuando yo abrasaba a alguien lo necesitaba de verdad pues estaba al borde de las lágrimas, ella dejo que la abrasara y que mis lágrimas cayeran sobre su hombro, sentí que nunca pararía, era como si hubiera guardado mucho aunque solo sean 2 días, pero en esos días me sentí mas insegura que en toda mi vida junta, me separe de ella y limpie mis ojos —Vamos adentro -dije y ella asintió con la cabeza.

No hable más, si lo hacia no dejaría de llorar frente a Natalia y no quería que perdiera su tiempo conmigo, al menos no con lo que sentía, me recosté y Natalia se encargo de arroparme con una sabana que tenia ahí.

—Regresare a la escuela ¿te parece si cenamos juntas? -asentí —Y no te preocupes, descansa, yo traigo la cena -me dio un beso en la mejilla y salio de mi habitación, me quede completamente sola y solo me sentía peor, volví a llorar, no supe cuanto exactamente, pero me dormí, desperté cuando sonó mi celular, al instante que abrí los ojos pensé en Katherine y me levante lo mas rápido posible ganando marearme, tome el celular y el nombre de Adrián estaba en mi celular, suspire pesadamente y conteste.

—Hola... -dije sin ánimos.

—Mi niña ¿cómo estas? -preguntó.

—Bien...Bien ¿y tú? -conteste.

—¿Sabes que te conozco muy bien, cierto? -preguntó.

—Lo sé ¿por? -me puse las botas que llevaba hace un rato y salí de la cama

—Ese "Bien" sonó a un "ayúdame, estoy de la verga" ah y perdón por despertarte, pensé que estabas en clase -dijo.

—Katherine... -dije con dificultad, no quería hablar sobre ella, pero tenia que hacerlo.

—Tranquila, sé que se la trago la tierra, y por eso mismo te llame -hizo un silencio

—...¿Sabes algo más? ¿mínimo, el por qué? -tenia sentimientos encontrados.

—No, no contesta llamadas, mensajes, ni el de su casa, te digo, es como si se la hubiera tragado la tierra.

—Parece que eso fue lo que paso, ni sus luces en la escuela... Nada... -se formo un nudo en mi garganta por lo que iba a decir —Creo que no fui suficiente para ella, creo que mi prepotencia hizo que ella se fuera, yo fui la culpable de que ella desapareciera -dije y salio la voz cortada.

—Yoselin ¿qué carajos dices? Siempre te lo he dicho, eres suficiente para quienes te queremos realmente -eso me puso peor aún —¿peleaste con ella antes de esto? -preguntó.

—No, ¿cómo vamos a pelear? Nunca lo hacíamos, eramos una relación muy buena... Quizás tanta perfección no es suficiente nunca, quizás necesitábamos las típicas peleas de una relación toxica -dije.

—No, nunca fue necesario que lo hicieran, no siempre se tienen que cumplir los estándares de las cosas y mucho menos de algo toxico, sabia que ella era perfecta para ti y tu para ella... Es imposible que haya desaparecido así -dijo  —Ahora dime ¿qué haces en tu casa? -preguntó preocupado.

—Si había ido a clases, solo que me puse mala de los nervios y la presión... Me desmaye y Natalia me trajo a casa, pero ya me siento bien... -ya estaba en la cocina tomando un vaso con agua.

—¿Mala de los nervios y presión? A ver Yoselin, déjame adivinar, te pusiste así por ella ¿cierto? -no conteste —Ay Yoselin, date cuenta maldita sea ella te esta haciendo daño, no puedes dejar que sobrepase esos limites a tal grado de enfermarte por su culpa ¿lo entiendes? —Si... -conteste levemente.

—¿Qué vas a comer? -se notaba preocupado y molesto.

—Natalia quedo de traer la cena, de comer no tengo hambre, mejor la espero -dije

—-Al rato paso, avísale que yo llevo para tomar -colgó, entendía que estaba molesto, pero no conmigo, con Katherine, porque me estaba haciendo daño de manera inconsciente y peor aun, yo lo permitía.

Cenamos juntos y Natalia me comentó que no había ni rastro sobre Katherine en la escuela, ya ni siquiera estaba su base de datos, ni información, y nadie hablaba de ella, como si nunca hubiera existido. 

Pasaron los días, yo salí de vacaciones por fin, no me había vuelto a descuidar por su culpa, entendí que quien quiere estar, está, después de varias semanas procesando aun lo que sentía, llegue a la conclusión que todo había acabado con ella, hasta me hice a la idea de no volver a verla, pensé que se había mudado de ciudad, de país y jamas volvería a saber de ella. 



Prohibido enamorarseDonde viven las historias. Descúbrelo ahora