Ya había pasado un mes en el que estuve de vacaciones, Adrian salia mucho conmigo al igual que Natalia, hoy volveríamos a salir juntos, me arregle bien y salí camino al bar donde habíamos quedado Adrian quedo de llevar a unos amigos, Natalia también.
Y por supuesto tampoco había señales de Katherine.
Llegue y ya todos estaban sentados, algunos tomando y otros bailando, me acerque a saludar a cada uno de los que estaban ahí, un chico en especial se me hizo muy atractivo, él me saludo de una forma mas cercana que cualquier otro, es decir, me abrazo y me dio un beso en la mejilla. La noche paso rápido, como siempre, mis amigos casi no tomaron alcohol por ser conductores responsables.
Al otro día me despertó una llamada de un numero desconocido y por un momento todo lo que había guardado despertó, un cosquilleo recorrió mi estomago pensando en que hoy recibiría una noticia de Katherine, pero no fue así.
—¿Si? -respondí el teléfono.
—Lamento despertarte, se me ocurrió, si tú quieres, salir hoy a algún lugar -hablo una voz masculina del otro lado de la linea.
—Lo siento ¿Quién eres? -bostece.
—Daniel, amigo de Adrian, nos conocimos anoche -habló como si fuera obvio, para mi no lo era, no recordaba haberle dado mi numero a alguien.
—Ah si, ya sé quien eres -dije.
—¿Entonces que dices? -preguntó entusiasmado.
—Si, esta bien ¿donde te veo? -pregunté, la verdad es que lo que más quiero ahorita es despejarme de esto que creí haber olvidado.
—Si me lo permites, paso por ti a tu casa -dijo ¿Cómo sabia donde era mi casa?
—Si esta bien -me limite a decir, quizás Adrian le había dicho.
Pase toda la tarde con él, es muy agradable, tiene carisma y todo un caballero.
Pasaron algunas otras salidas y él me pidió ser su novia, muy romántico todo, en un restaurante, con mariachis, con rosas y no podía resistirme a decirle que si, en este tiempo se había ganado mi cariño.
Faltaba un mes para regresar a clases, yo quería mucho a Daniel, era como el chico perfecto de toda chica, pero desafortunadamente para mi no lo era y no quiero decir que él era malo, solo que le faltaba mucho para que lo amara... como a Katherine.
Estaba en el trabajo, estaba entregando unas fotos a una chica que había venido.
—Estas son las fotos, muchas gracias -dijo la chica tomando un sobre con fotos.
—Espero que le gusten -dije amablemente.
—Claro, disculpa, no traigo dinero, mi pareja lo trae ¿Puedo hacer una llamada? -dijo.
—Si, no te preocupes -conteste, escuche que en un momento le traían el dinero, vi entrar esa silueta tan perfecta, esos risos perfectos, ese vestir tan elegante de Katherine...
—Aquí tienes el diner...o -dijo Katherine tartamudeando al verme, la chica agarro el dinero y la beso, pude ver que Katherine estaba muy distraída para devolverle el beso.
—Toma, muchas gracias -me dio el dinero e hice mucho esfuerzo por reaccionar, lo tomé, trague saliba y devolví el cambio, trate ser tan neutral como pude, sonreí a la pareja y guarde el dinero.
No sabia exactamente que hacer ante eso, a Katherine ya la había dado por muerta y verla frente a mi, besando a su ahora pareja me había roto por completo, la estabilidad que había logrado durante este tiempo ya no estaba, se había esfumado, llame a Adrian para contarle lo sucedido esa tarde y quedamos de salir, pero no salimos, por milésima vez ahí estábamos en mi casa, en el sofá, yo recostada en su hombro llorando y el acariciando mi cabello sin decir palabra.
Al otro día llame a Daniel, quería terminar con él, sentía que él merecía a alguien que realmente lo amará, no a alguien como yo, que aun le afecta ver a su ex pareja, pero sobre todo, que de alguna forma yo quisiera llenar el vació que Katherine me dejo. No pude, estar con él había hecho que me olvidará de ella, me hizo reír tanto, me consintió tanto que por unas horas olvide a Katherine.
Y otra vez, quise evadir la realidad, quise hacerme la fuerte y demostrar que Katherine ya no era nada en mi vida, durante ese mes, no volví a saber de Katherine, al mismo tiempo el cariño por Daniel era cada vez mas fuerte, se podría decir que me estaba enamorando, él habia quedado de llevarme a clases en su moto y así fue, llegue a la escuela, me despedí de él.
—Amor, quédate el casco, al rato vengo por ti a la salida -dijo después de darme un beso.
—Si amor, con cuidado, aquí te espero -dije volviendo a besarlo, él se puso su casco y yo camine hacia dentro de la escuela, sentí que jalaron el casco que llevaba en la mano y voltee.
—Hola... -dijo con ese color que demostraba su pena al hablarme, me quede en silencio esperando a que saliera alguna palabra.
—Katherine... -susurre.
—Vaya, recuerdas mi nombre -rio ¿Cómo no lo voy a recordar? Me hice pedazos por tu culpa, seria tonto no recordarte, hable internamente.
—Hola -quise no sonar tan asombrada.
—Yo quería... ¿Quieres hablar? -preguntó.
—¿Hablar?¿Sobre qué? -rodee los ojos de forma molesta.
—Yoselin, sabes de que hablo -dijo sin soltar el casco.
—No, realmente no lo sé, no sé si quieras hablar de como desapareciste, de como estuve este tiempo o de como te vi con tu nueva pareja -se formo un nudo en mi garganta.
—De todo Yoselin, de todo -su color rosado apareció acompañado de su vena saltada en su frente, sus ojos también se volvieron cristalinos.
—No Katherine, cuando yo quise saber de ti, ya no estabas, cuando me estaba llevando la chingada por ti, ni tus luces, cuando te vi con tu chica parecía no importarte lo que tuvimos -dije enojada tratando de contener las lagrimas.
—Lo siento, te juro que lamento cada mal momento que pasaste por mi culpa -dijo soltando por fin el casco.
—No Katherine, eso ya no es suficiente -hable, note como la directora del plantel se acercaba —Buena tarde maestra -hable, me di la media vuelta y me fui. Corrí al baño, ni siquiera fui a revisar mi horario, las lagrimas estaban rodando de mis ojos y no podía contenerlas, deje que salieran sin detenerlas o limpiarlas, hasta que al fin ya no salían más.
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Prohibido enamorarse
RomanceEsta muy claro que todos en algún momento de nuestra vida, nos hemos enamorado. A algunos nos ha pasado que nos enamoramos de algún profesor/ra, y quisieramos tener algo que ver con ellos, pero ¿cuantos realmente llegamos formalizar algo?. Esta es m...