CAPÍTULO 16

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preste mi atención a uno de los cuadros que estaban colgados en la pared. Observando detenidamente como podía parecerse a una copa y dos personas de perfil al mismo tiempo. Y discutiendo conmigo misma cual de las dos opciones eran. Aunque suponía que las dos estaban correctas.

-emma- me llamo J,sacándome de mis pensamientos

-ah?- respondí, dirigiendo mi vista hacia él.

Allí estaba, sentado cómodamente. Observandome.  Cuánto tiempo me abra observado? Cuánto tiempo observe yo el cuadro?.

-querías saber la razón por la cual te elegí sólo a ti para está... misión?- me recordó

Cruce mis piernas, elegantemente.

-así es- afirme,como toda una experta en negocios.

Tenía tantas ganas de irme, pero no lo podía hacer debido a que todo el dinero de mi padre estaba bajo su poder. Y si intentaba hackear su sistema? Tal vez,sólo tal vez.... podría aceptar sus términos mientras hackeamos su sistema. Así no sospecharia de nada.

Me comportare como una persona sumisa ante sus caprichos para que no sospeche de nada. Haré todo lo que desea mientras mi gran amiga se encarga de recuperar el dinero.

Eso es, J, te metiste con la mafiosa equivocada.

- La situación es la siguiente- inició - Unos hombres me robaron algo que me pertenecía, y quiero recuperarlo. Me infiltrare, haciéndome pasar como uno de ellos. Averiagure donde está mi tesoro y los mataré- explicó

Asenti. Entendí perfectamente todo. Sólo había una cosa que no me cerraba...

-y... yo que tengo que hacer?- pregunté

J se puso de pie.

aquí vamos de vuelta....

Rodeo el escritorio, tomando asiento sobre el, en frente de mi. Se cruzó de brazos haciendo que su figura luzca mucho más ventajosa desde donde estaba, ya que la luz de la lámpara iluminaba perfectamente su rostro, haciendolo más guapo de lo que ya era.

-tú, serás mi esposa- sonrió

Su qué?

debe de estar loco.

Pero.... no me podía oponer. Recuerda el plan, emma.

-de acuerdo- acepté - cuando comenzamos?- sonreí, falsamente.

Él, apreto su ceño confundido. Sabia perfectamente que no esperaba que accediera tan fácilmente bajo su dominio. Y eso me encantaba. Me encantaba, tener este nuevo pasatiempo de asaltar sus emociones ante mis actos inesperados. Sorprenderlo.  Confundirlo.

Volverlo loco.

Loco por mi.

-eso fue fácil- se dijo a si mismo.

Se puso recto, dirigiéndose hacia su mini bar. Destapó una botella sirviéndose un poco de alcohol en un vaso de vidrio con hielo. Cada uno de sus músculos se resaltaban con cada uno de sus movimientos, a pensar de tener ropa puesta. Pero podía advertir que su cuerpo era lo suficientemente fuerte como para que la misma imposibilite admirar semejante hombre en silencio.

-esperaba que me oponga como una niña pequeña? que patalee o incluso le ruegue que no lo haga?- pregunté, mientras él volteaba llevándose el vaso a sus labios -ya supere esa etapa- agregué.

-perfecto- se acercó, tomando la misma posición de antes -entonces dormirá en mi habitación- dejó el vaso sobre la mesa - en mi cama- se cruzó de brazos - a mi lado, así empezamos a practicar esto de estar casados- sonrió

CAERÁS, MI MAFIOSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora