CAPÍTULO 22

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G se puso de pie, sin dejar de mirarme.

-Quizás más tarde podemos continuar con nuestra conversación- Propuso.

Levanté mi vista, sonriendole.

-claro- acepté.

Me devolvió la sonrisa. Dio media vuelta dándome la espalda y salió de la biblioteca.

J,cerró la puerta en cuanto G se perdió por el laberinto de pasillos. Caminó hasta donde me encontraba y tomó asiento a mi lado, permitiéndome admirar su perfil.

Pasaron unos segundos en completo silencio. Tome la bandeja de galletas, que G, amablemente, me había traído.

-¿una galleta?- le ofrecí.

-cierra la boca- murmuro, molesto.

Mis cejas se dispararon al techo. O su día no había sido agradable. O no le gustaban las galletas recién horneadas.

Deje la bandeja en su lugar.

Lo mire. ¿por qué no decía nada?.

-ahhh....- exclame -ya entiendo,quieres hablar con la boca cerrada pero dudo que lo logres- sonreí - hasta ahora ningún ser humano puede lograrlo, así que creo que....- mire los estantes.

-lo se todo,emma- soltó.

Volví mi vista a su perfil. Apretando mi ceño. No tenía ni idea de que estaba hablando. Por lo menos habla.

-¿ah?- solté, confundída.

-me mentiste- me miró.

¡ohhh!. Al parecer el idiota no es tan idiota como imaginaba. Se dio cuenta de que le mentí con mi llamada.

-eres la amante de matew- dejó de mirarme.

<<¿ah?. ¿la amante?. ¿acaso se tomó el veneno para ratas?>>.

-fui al maldito despacho de tu novio, y me enteré de que tiene una familia- aseguró.

Se llevó las manos hacia su cara,tratando de calmarse.

<<¡ohh!. Así que fue al despacho de matew.  Y entendió todo mal>>.

Sonreí.

Era más idiota de lo que imaginaba.

-¡soy un estupido!- se puso de pie,furioso- ¡rogando por un puto beso cuando te habrías de piernas ante los viejos!- Se llevó las manos a su cabeza -primero,Yago. Luego, el idiota de matew- enumeró.

Cerré el libro.

-¿terminaste?- le pregunté.

Él me miró. Con más odio que antes.

-¡Maldición,emma!. ¿¡cómo pudiste hacerlo con esos idiotas!?- se acercó a mi -Pensé que eras diferente- se sentó a mi lado.

Soy diferente.

Soy un punto intermedio, como G me lo hizo saber.

Y no soy una maldita puta.

Y no puedo permitir que J me trate como a una.

Saqué mi collar que se encontraba debajo de mi remera,tomándolo entre mis manos.

No se porque. Pero quería aclarar las cosas con J. No quería que el piense que era una puta.

No quería que el tuviera esa imagen de mi.

Me encontraba en una maldita discusión conmigo misma. Una parte de mí  quería que J piense lo que quiera de mi. Pero otra parte,quería decirle la verdad.

Cerré mis ojos, tratando de decidir a cual de mis partes escucharía.

-¿ves esto?- le mostré el collar.

J levantó la cabeza, observando el collar.

-¿un regalo de alguno de tus amantes?- se burló.

Sonreí.

Lo mire. Pero sus ojos no querían encontrase con los míos. Estaba molesto. Y se estaba controlando lo más que podía. Se que si lo enfrentaba con mis palabras subidas de tono, sacaría lo peor de él. Le haría perder la cabeza.

No quería ser igual a él.

No quería mentirle a las personas. Como él lo hizo conmigo.

Abrí el corazón, dejando observar el polvo que yacia dentro de él.

-Este es un polvo mágico, que lo use con yago y el señor morrison- confesé.

Levantó su vista, observando el polvo blanco.

-Este polvo me ayudó a mantenerme protegida de sus hormonas alocadas- sonreí  -Jamás me acosté con ellos. Preferiría pegarme un tiro antes de hacerlo- afirme.

Cerré el corazón, dejando que el collar cuelgue en mi cuello.

Tomé un suave suspiró.

- Matew, era el abogado de mi padre. Y no lo volvimos a ver desde el fallecimiento de mi padre- continúe -Jamás fue mi novio. Fue una pequeña mentira mía- confesé -Solo lo llame para decirle que preparé algunos papeles.Debido a que cuando tenga el dinero que algún día tú me devolverás, todo volvera a ser como antes- mentí.

Lo miré, encontrándome con sus ojos.

- No he tenido sexo desde hace 7 años- baje la vista - No se si me creerás o no.  Y la verdad me vale una mierda. Tan sólo te quería decir la verdad, porque no tengo nada que esconder. Me gusta ser sincera, a diferencia de algunas personas- levanté mis cejas.

Ahora me daba cuenta de que J no me conoce en lo absoluto. Sólo le importa sus necesidades. El deseo que su cuerpo siente por llevarme a la cama. Y allí acaba todo. Yo no soy así.

-Lo que pasó entre nosotros, sólo fue un trato- Baje mi vista a mis dedos nerviosos - J, yo no quiero solamente pasar un buen momento en la cama, yo deseo un amor verdadero- Lo miré -Así que te pido que si lo único que quieres es jugar conmigo, que lo piense dos veces. Porque no quiero volver a sufrir- le suplique.

Sus ojos viajaron de un lado hacia el otro, recorriendo mi rostro. Sus músculos se relajaron, su furia desapareció. Estaba más calmado. Aunque más silencioso.

Y en ese momento. Que deseaba una respuesta de su parte, por más pequeña que sea. La puerta de la biblioteca se abrió. Interrumpiendonos.

-J, tenemos un problema- entró el pálido.

J bajo la vista. Pensando si debía quedarse o ir tras el pálido.

- es sobre el plan- agregó.

J me miró.

-debo irme- me dijo.

Se puso de pié,sin dejar de mirarme.

Dio media vuelta, dándome la espalda. Camino hacia su hermano pero se detuvo y volvió hacia mi.

Sus manos acunaron mis rostro confundido.

-prometo que hablaremos más tarde- me penetró con su mirada-te lo prometo- aseguró.

Sus manos abandonaron mi rostro. Y su cuerpo abandonó la biblioteca dejándome con esas ganas de escucharlo decir algo.

Baje la vista, jugando con mis dedos.

Me maldeci por decir todo lo que le dije. Tal vez no debi hacerlo. Tal vez debería haber cerrado mi boca.

-vaya.... que caripela- soltó G,sentándose a mi lado.

Lo mire.

-¿J te hizo algo?- me preguntó. A lo que yo negué con mi cabeza.

-traeré más jugo- dije.

-¡nada de eso!. Yo iré- se puso de pie, tomando los vasos -eres la invitada- me guiño un ojo.






CAERÁS, MI MAFIOSADonde viven las historias. Descúbrelo ahora