Tsuki no Ōki-sa (El tamaño de la Luna)

Traición

La luz del sol comenzaba a fastidiarle en los ojos, mientras un dolor de cabeza se hacía presente al momento en que sus párpados se despegaban para permitirle una visión de su nuevo día.

Con un leve mareo aún presente y con  lo que parecía ser una gran resaca, comenzó a observar su alrededor y noto que no se encontraba en su casa, mucho menos en su habitación e incluso noto que no se encontraba en un lugar de la aldea, estaba en medio del bosque rodeado del canto de las aves ¿Como rayos es que se dejó convencer de ir a aquel sitio? ¿Como es que había aceptado sus deseos de la noche y se había dejado tentar? No lo sabía, pero entendía lo que había echo, pues si bien los tragos estuvieron presente dándole rienda suelta a su cuerpo, su mente recordaba cada parte de lo que sucedió.

Giró un poco su rostro y noto otro cuerpo desnudo ¿Porque? Su cabeza parecía no procesarlo ¿Porque? Aquella mujer a su lado era realmente hermosa, pero estaba casada con su mejor amigo, al igual que él quien también se encontraba casado ¿Que pasaría ahora? La observó fijamente, era hermosa no había duda, pero eso no era excusa para su tración, aquella que cometieron con lujuria horas atrás y que al recordar solo podía confirmar una cosa. Le había gustado y mucho.

La mujer comenzó a despertar, su cuerpo se movía con lentitud como recuperando fuerzas, abrió sus ojos lentamente y al igual que él su mirada cambio a una de asombro al notar el lugar en el que estaba y más aún al notar con quien estaba.

Tomando aire sin exalar, la mujer lo observó en silencio y jalo aquello que cubría sus cuerpos exponiendo el de él mientras cubría sus senos con vergüenza.

—¿Recuerdas algo de lo que sucedió?— pregunto el hombre observándola fijamente.

Los ojos de la chica demostraron su sentir y al parecer ella también recordó todo pues sus ojos se entornaron y nuevamente lo observaron en busca de respuesta.

—Yo lo recuerdo todo— expreso él seriamente — cada momento.

—Yo, yo también— respondió ella con algo de temblor en su voz —pero...no se supone que debía pasar.

—No, pero ninguno de los dos quiso detenerse.

—Yo...

—Ya no podemos cambiar lo que sucedió, solo nos queda seguir con nuestras vidas ignorando esto.

—Claro— la mirada de la chica cambio mientras sus ojos se oscurecian observando el suelo.

—Olvidemos que esto sucedió y volvamos a la aldea.

—En verdad lamento que esto haya pasado—

su voz de escuchó casi apagada, como si quisiera desaparecer de allí y llorar en silencio y eso fue algo que molesto un poco al chico por lo que levantando el rostro de su compañera con su mano, le hablo con su típico rostros inespresivo.

—Yo no, Hinata. 

                  
                Tres días antes

Gaara los recibió alegremente en lo que se puede decir sobre el pelirrojo, una pequeña sonrisa se mostró en el Kazekage en cuanto vio llegar a su amigo y a la ninja médico que más necesitaba en ese momento.

—Bienvenidos— dijo el pelirrojo a sus invitados, sin embargo estos parecían algo diferentes.

—Gracias Gaara— respondió Naruto por los dos —por recibirnos en tu casa, además de que se que mi visita no estaba programada, pero aún así aceptas una audiencia conmigo.

—No solo eres el Hokage de Konoha, nuestra aldea aliada, sino que también eres mi amigo. Siempre serás bien recibido.

—Bueno ya, dejemos de tanta formalidad— intervino Kankuro —mejor hablemos de lo importante. Dime Sakura ¿Te quedarás unos días verdad? Porque honestamente este veneno ha sido realmente algo difícil y llevamos bastante tiempo en busca de la cura, así que...