la cereza del pastel

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100g de galletas

50g de mantequilla

6 manzanas medianas

1 vaso de 200ml de leche

1 vaso de 200ml de harina

1/2 vaso de 200ml de azúcar

150g de mermelada de melocotón o albaricoque.

¿Que tan difícil podía ser?

La cocina no era lo suyo, definitivamente no y su hijo se lo había dejado en claro varias veces incluso llegó a admitir que comía lo que él preparaba solo por decencia y evitar lastimarlo así que no pudo evitar sentir dos emociones; la primera era felicidad al ver que si le preocupaba a su hijo pese a ser quien era y la segunda fue algo de tristeza y humillación al no poder preparar algo decente ¡Jamás imagino que la cocina fuera tan difícil! Creyó que sería como un laboratorio y vaya que tenía experiencia en ellos.

Había encontrado aquella receta en un trozo de papel, la verdad parecía una página arrancada, pero no estaba completa por lo que asumió se trataba de un pastel, hablaba de hornear y la imagen de un niño feliz estaba en ella, definitivamente era un pastel por lo que el grandioso Orochimaru decidió prepararlo.

Parte de la hoja decía los pasos, pero era muy poco "no debe ser tan difícil" pensó mientras buscaba los ingredientes en la cocina "Azúcar...Azúcar" decía en su mente una y otra vez en busca de aquel ingrediente, pero por supuesto no tenía.

-Parece que debo ir a comprarla- murmuró mientras seguía revisando la lista -Galle...tas mmm, no. Creo que también debo comprar.

Uno a uno busco lo ingredientes y entonces se dió cuenta de que no tenía nada de lo que decía en la lista, en realidad no tenía nada. Solo contaba con algo de sal, pimienta, pan y queso, tal vez por eso a Mitsuki no le agradaba como cocinaba.

-Definitivamente debo ir por provisiones.

Y con su frente en alto y decidido a preparar un pastel para su hijo ya que  era su cumpleaños, Orochimaru se puso un Ahori color morado y salió de su guaridada dirigiéndose a una aldea cercana.

Orochimaru vivía a las afueras de Konoha, pero bastante cerca ya que Mitsuki debía seguir con su entrenamiento ninja, es por eso que está vez decidió ir hasta Shukuba por lo necesario, si bien seguramente lo señalarían y quizás lo verían de manera extraña, no sería tanto como en Konoha.

-Este parece un buen lugar- comento mientras entraba a una tienda con la lista en mano, para su desgracia no encontró todo allí por lo que debió recorrer un poco más la aldea.

-!Como que me calme, pedazo de imbécil!- es voz la reconocería en cualquier parte, por lo que se detuvo frente a un local muy peculiar - ¡Solo estaba calentando! ¡Te apuesto el doble a que está vez si ganaré!

Fueron unos minutos de silencio y después Orochimaru pudo ver cómo un hombre salía corriendo tras escuchar el gran grito de aquella rubia.

-¡Maldita rata! ¡Hiciste trampa!-

-Tzunade-Sama por favor tranquilícese.

-¿Como puedes pedir que me calme Shizune? ¿Acaso no vez que nos acaban de robar?

Las dueñas de aquellas voces aparecieron frente a él, una levantando su mano y la otra tratando de contenerla, finalmente las dos se sorprendieron al notar la presencia del hombre.

—¿Pero que...?—

—Es un placer verte de nuevo, Tzunade.

Su voz rastrera como siempre solo sirvió para encender nuevamente la ira de la rubia quien enseguida se deshizo del agarre de Shizune y camino hasta quedar frente a Orochimaru

Tsuki no Ōki-sa (El tamaño de la Luna) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora