No le encuentro título a este fragmento y a mi vida tampoco, una vida de naufragios y martirios casi que a la misma intensidad de las manecillas de un reloj.
Eran 05:45 de la tarde y me encontraba divagando en donde coincidimos por primera vez en la vida, pero mientras eso pasaba, en mi mente ocurría una distorsión casi que enferma.
En mi mente estaba en mi habitación con el teléfono en la mano apunto de llamarte y decirte que te quedaras una vez más, incluso cuando solo tenías afán de irte, pero también tenía mi cuerpo en el lugar del hecho, que obvio, lo hace un poco curioso.
Estaba sentada en unas bancas, esperando encontrarte una vez más, coincidir una vez y empezar lo que es o era nuestra historia.
Hola, tu.. Cómo te llamas?
Oh, dulce voz, dulce mirada, dulce alma, dulce tú.
Mira, fui en desastre en la otra vida, pero en esta casi que te imploro que seas mía por lo que resta de vida, es que desde que me fui no veo a alguien más en el altar contigo, quiero que seas tú, porque estoy loco por ti. Mira no quiero que te asustes, pero solo no sales de mi cabeza, y tampoco quiero que te salgas, porque eres dolor, pero es un dolor casi que excitante.
Espera, no, no te vayas. Solo, no te vayas. Discúlpame, podemos iniciar de 0?
Soy Luis, soy un desastre, pero te quiero conocer y quiero que me conozcas, ¿podemos por favor encontrarnos una vez más? ¿Siempre eres así de nerviosa? El rojo en tus mejillas, son fascinantes, ¿te quedas? ¿Café o un refresco? ¿A mí o la muerte? ¿Mis besos o el limbo?
Preciosa, me tienes, y te extraño una vez más también.