Nacio un domingo 15 de febrero 1998, me lleva aproximadamente 3 años de edad, su familia es amor, ternura, compresión, y todo lo bueno que me haga falta a mi, inclusive el afecto. No recuerdo bien sus colores preferidos, pero se que le gustaba el negro, y últimamente empezaba a amar el amarillo, le enseñe a amar la naturaleza, a observar las cosas pequeñas y buenas que tiene la vida. Un amanecer, un atardecer, un anochecer, la luna, una flor, una abeja de un color inusual incluso sabiendo que las odio, le enseñe cosas que no conocía. Nunca le colocaron un apodo que fuera de acuerdo a su personalidad, y si lo hacia, eran los mas humillativos del mundo, decidí colocarle uno y creo que le agrado. Ama dormir, su comida preferida es el pollo, aunque en familia prefiere una pechuga con unas papas fritas y un poco de ensalada, o una buena sopa. Nunca ha sido vanidosa, bien sabe que las cosas que ha conseguido no han sido de la mejor manera, ha sido un arduo y duro trabajo que como su madre les ha tocado vivir o mejor dicho, sobrevivir a lo que es vida.
No maneja muchas amistades, pues dice que con las pocas que tiene es suficiente, y le creo, sufrimos experiencias a causa de mi amabilidad y mi confianza hacia las personas que fueron muy decepcionantes y horrorizantes, pero necesarias para poder entender. Cuando desea un abrazo, o un beso, habla con una voz muy dulce que te penetra el alma, sus ojos hacen una clase de baile que es casi imposible no notar como mi cuerpo empieza a danzar a su ritmo, prefiere esos llamados ''mimos'' ''pechiches'' que un beso en la frente no sincero. Ama mi pecho, se aferra como el niño que nota a su padre partir y se queda con la misma esperanza de que regrese. Le gusta el sexo brusco, pero la miraba con tanto, tanto amor que mis manos nunca fueron capaz de sobrepasarse, solo hacerle el amor, y con el corazón. Amaba el plan de enrollar los piecitos cuando dormiamos, o de enrollarse en mis brazos cuando hacia mucho frió, se que le gustaba que la mirara dormir, era dulce. Tan dulce que me desviví por meses en sus cabellos desordenados y en una alma cansada de un día horroroso pero que a mi lado, dejaba de ser gris y se veía un poco de color. Nunca quería que saliera de mis cuatros paredes.
Desde su infancia fue muy buena en los deportes, correr detrás de un balón le hacia olvidar la realidad que en ese momento la atormentaba, fue feliz. No dejara de serlo si se encuentra dentro de una cancha con rivales que sabe que puede derrotar, porque solo le falta un poco de fe. Es buena, y nunca dejare de admirar su don deportivo. Cuando coje el balón veo tanta seguridad, veo a alguien que no siempre dejaba ver, cuando esta en una cancha, es lo que era conmigo, a m o r. En casa, es mi mujer. Por el contrario, yo con ella era la mujer que todos desearían tener, nunca tuve un buen sason pero cuando tenia un mal día, le hacia un masaje y luego le hacia el amor, buscaba cualquier pretexto para salir y verla 5 minutos, le escribía poemas, y la invitaba a comer helados, y le regalaba flores, como me enseñaron mis libros. Desato en mi el amor mas puro, me despojo, me descubrió, nunca fui de abrazos, ni de salidas románticas, nunca fui de demostrar, sigue siendo curioso. Ella es la única persona que me ha dejado escribiéndole poemas y fragmentos desde que se marcho.
La miraba mucho, analizaba sus gestos, sus manías, y llegue a quedarme con muchas de sus costumbres.
To be continue..