A mí la mujer
me gusta cual marihuana
de aroma afrutado,
dulce y cítrico,
de sabor especiado,
intenso, casi palpable.
Me gusta
que brille cuando le da la luz,
que caliente hasta desaparecer
mi cuestionable desgracia,
que dibuje sonrisas
hasta en lontananza,
que pinte toda escena
con la maravilla de la infancia.
La mujer me gusta,
sin duda,
igual que la marihuana,
fuerte, sabrosa, brava.
Con una salvedad,
y es que la bondad
no la cambio
por ninguna catada.-Old Soul.