Querétaro, Colima, Coahuila, Michoacán, Sonora, Durango, Puebla, Yucatan y Chiapas eran unos de los estados que habían ido a visitar nuestra pareja de países favorita. Rusia se enamoraba de todos los lugares a los que habían ido. Claro que aún les faltaba conocer algunos más, pero ahora su destino era hacia l Océano Atlántico.
—Rusky, ya casi llegamos —dijo México con una sonrisa.
Rusia iba muy serio, venia pensando en ciertas cosas que quería aclararle a su amado Mexicano. México notó esto y se recargó en su hombro. Venían en un camión que iba para Veracruz. El Ruso lo abrazó por la espalda.
—Oye, Rusia, ¿qué tienes?
—Estoy pensando... ¿Por qué mi padre escondió tus cartas?
—Rusia, no te preocupes por eso. Estamos de viaje, sólo disfrutalo —tosió un poco.
—¿Estás enfermo?
—No, Tripalosky. Estoy bien. ¿Cómo fue que el te las entregó?
—Sólo me dijo que tenía algo que mostrarme. Sacó una caja y sonrió. Falleció sin darme explicaciones. Esa sonrisa en su cara me hace enfurecer.
—Ya, tranquilo, seguramente tenía una buena razón.
—¿Cómo saberlo? Está muerto —volteó a otro lado—. Y no se puede hablar con los muertos.
México se quedó callado. Respiró con dificultad para volver a toser. Empezó a pensar en lo que dijo Rusia, si había una manera de hablar con un Country fallecido, pero sólo el sabia como hacerlo. Los párpados empezaron a pesarle quedando dormido.
—México... Despierta, cariño.
Sentía una mano en su hombro al tiempo que sus ojos se abrían. Se incorporó y se estiró. Bajaron del camión con sus maletas. Caminaron por las calles de ese bello lugar. Estaba atardeciendo y ambos disfrutaban de ese bello panorama. Encontraron un hotel y se hospedaron dos noches. Xalapa es un lugar muy bonito, sus pintorescas casas y su arquitectura, un paisaje perfecto para cualquier extranjero.
México caminaba sólo en la calle, quería encontrar un lugar perfecto solo para el y Rusia. Lo dejó en el hotel, pues no quería despertarlo, era muy temprano. Iba revisando su teléfono y llevaba un billete de quinientos en su bolsillo. Se metió en un callejón, pues si seguía recto se toparía con el Tianguis y no quería atascarse ahí.
Sólo se escuchaban los pasos de México en ese oscuro callejón. Tal vez el maullido de un gato o algo así. Guardó su teléfono para toser un par de veces. No estaba enfermo, claro que no, lo que hacia era esconder el daño que le causaba tanta contaminación. Cuando dejo de toser, sintió que le ponían algo en la cabeza, un arma.
—Ya te la sabes, dame todo lo que tengas. A menos que quieras vivir las consecuencias.
México se asustó. Estaba paralizado, el asaltante quitó el seguro a su arma, listo para disparar. Sus alas empezaron a salir, respiró profundo tratando de calmarse. Sacó su dinero y su teléfono entregándoselos. El asaltante comenzó a toquetearlo en busca de algo más, pero se estaba pasando tocándole en ciertos lugares.
—H-Hey... Basta.
—Quitate la camisa.
—No.
—Que lo hagas —aplicó presión con el arma.
México respiró y trató de calmarse. Sus manos temblaban y sudaban. Se retiró la camisa dejando a la vista sus bellas alas. El sujeto las observó, le parecía extraño aquello, acarició sus plumas. México recibió una patada en la espalda que lo derribo al suelo. El hombre lo puso boca abajo y continuó apuntando a la cabeza del pequeño país. Saco una navaja y se dispuso a cortarle las alas, solo para hacerlo sufrir. México no se dejó y lo pateó.
Una lluvia de golpes les llegó a ambos. México luchaba con todas sus fuerzas. Se escuchó el sonido de un balazo seguido de un grito. El Mexicano le dio un puñetazo a su asaltante y salió corriendo de ahí como pudo. Se derribó detrás de un contenedor de basura respirando agitado sintiendo un dolor punzante en su abdomen. Presionó fuerte con sus manos.
—¡México! —este trato de esconder sus alas para que no las vieran—. Cariño, ¿dónde estás?
—¡R-Rusia!
Escuchó pasos dirigirse hacia donde el se encontraba. Vio a su novio pararse frente a el dirigiendo su mirada a sus alas cafés.
—¿Tienes alas?
—Rusia...
—¿Por qué no me dijiste nada?
—Te lo iba a decir, te lo juro —retiró sus manos viendo un líquido rojo en ellas. La bala le había dado a el.
—No creo que sea el mejor momento para hablar de eso —Rusia cargó a México y corrió al hospital.
El Mexicano empezó a sentir sus párpados pesados. Su cuerpo pesaba demasiado y no sentía fuerzas. Siguió presionando su herida, pero no pudo más y perdió la consciencia. Sus alas desaparecieron al salir del callejón, escondiéndose.
—No, por favor, no mueras. Buscaré ayuda, amor...
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𝕰𝖘𝖕𝖎𝖗𝖎𝖙𝖚 𝕷𝖎𝖇𝖗𝖊 [ʀᴜsᴍᴇx] {𝕋𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕕𝕒}
Romance𝔼𝕤𝕥𝕒 𝕖𝕤 𝕝𝕒 𝕤𝕖𝕘𝕦𝕟𝕕𝕒 𝕥𝕖𝕞𝕡𝕠𝕣𝕒𝕕𝕒 𝕕𝕖 𝕃𝕒 𝕄𝕦𝕔𝕒𝕞𝕒 ━━━━━━━━━━━ •♬• ━━━━━━━━━━━ 𝓟𝓵𝓪𝔂𝓲𝓷𝓰 - 𝓲 𝓵𝓸𝓿𝓮 𝔂𝓸𝓾 ↻ ⊲ Ⅱ ⊳ ↺ ━━━━━━━━━━━ •♬• ━━━━━━━━━━━ *╔════════❖•ೋ° °ೋ•❖════════╗* URSS se encontraba en su lecho de muer...