🌵 𝓓𝓲𝓪 𝓭𝓮 𝓶𝓾𝓮𝓻𝓽𝓸𝓼 🌵

5.5K 826 383
                                    

Día de Muertos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Día de Muertos. Que rápido había llegado. Era tarde y la gente salia a las calles con representaciones de la muerte o flores de Cempasuchil. México tenía su cara pintada de catrin mientras que Rusia lo acompañaba tomándolo de la mano. Le entregó un ramo de aquellas flores características de esa fecha.

Gracias, Rusia —aceptó las flores—. Pero estas flores usualmente se le dan a los muertos.

—¿Q-Qué?

—No importa, igual es lindo tu detalle —se paró de puntitas intentando alcanzar al Ruso.

Este solo se agachó besándolo. Pintó sus labios con el maquillaje de México. Tequila y Vodka se mezclaban, habían estado bebiendo un poco aquella noche. También se podía probar el pan de muertos que México había estado comiendo anteriormente. Al separarse, México lo guió a un lugar oculto. Caminaron en la oscuridad más o menos una hora. Los pies les dolían.

¿A dónde me llevas?

—Tranquilo, Tripalosky. Es una sorpresa.

Habían llegado a un campo. Estaban escondidos detrás de unos arbustos. México se asomó y salió de ese escondite seguido de Rusia. Las pirámides de Teotihuacan, México alguna vez vivió ahí, cuando aún era Tenochtitlan. Rusia observó fascinado mientras el pequeño tricolor le contaba como era la vida ahí. Subieron la más alta de las pirámides, la del sol. México derramaba pétalos de Cempasuchil en los escalones, el de Ushanka notó esto.

Llegaron a la cima. México hizo un circulo con los pétalos alrededor de ambos. Rusia miraba algo confundido y curioso. México terminó y encendió unas velas que ya se encontraban ahí.

Rusia, quiero pedirte de favor que no salgas del círculo para nada, ¿está bien? —su novio asintió—. Eliutilistli itta tetajnantli (Deseo ver a nuestros padres)

Una pequeña luz empezó a brillar dentro de México. Rusia se asustó y vio salir las alas del Mexicano con un brillo de color naranja. Frente a el, apareció su padre, URSS. No podía creer lo que sus ojos veían. Parpadeó varias veces.

Россия, хватит, это я (Rusia, basta, soy yo) —se acercó a su hijo.

папа (Papá)

Sus ojos se cristalizaron y lo abrazó. URSS no hizo más que corresponder. Se separaron mirándose a los ojos.

скажи своим братьям, что я так по ним скучаю (Diles a tus hermanos que los extraño mucho) —le sonrió—. Я горжусь тобой, сын мой. Вам удалось остаться с мексиканцем (Estoy orgulloso de ti, hijo mio. Lograste quedarte con el Mexicano)

ожидание (Espera) —ve que su padre empieza a desaparecer—. почему ты спрятал письма из Мексики? (¿Por qué escondiste las cartas de México?)

—Ох, Россия... (Oh, Rusia...) —rió un poco—. Я был не тот, кто их спрятал, если нл кто emcontro (Yo no fui quien las escondió, si no quien las encontró)

—что? (¿Qué?) —Rusia quedó en shock—. тогда кто их спрятал? (Entonces, ¿quién las escondió?)

—что вы должны открыть это (Eso tienes que descubrirlo tu)

URSS desapareció. Rusia se quedó con una duda, ¿quién había escondido sus cartas? ¿Por qué su padre las había encontrado? Observó a México, este estaba llorando mientras abrazaba a dos personas. Sus bellas alas lo hacían parecer un ángel. Notó como la pareja a la que abrazaba México lo vio con una sonrisa. La mujer se le acercó y le dijo lo siguiente con dificultad al hablar español.

Cuida mucho de Tenochtitlan. Amalo siempre y jamás lo hagas sentir mal —le sonrió y depositó un beso en su frente.

Los padres de México desaparecieron dejándolo sólo de nuevo en ese mundo. Rusia se le acercó y lo abrazó por la espalda. El Mexicano lloró entre los brazos de su amado. El de Ushanka sabía que aquellos eran sus padres por la forma en que se habían portado con ambos. Cuando México se calmó, ambos salieron del circulo de pétalos de Cempasuchil. El de sangre Azteca se acercó a la orilla y emprendió vuelo. Rusia lo veía desde abajo, le fascinaban sus alas y como volaba haciendo figuras imaginarias en el cielo.

De pronto, México empezó a descender en picada. Rusia se asustó hasta que sintió los brazos de su amado tomarlo de la cintura y elevarlo por los aires junto a el. México abrazaba a su pareja fuertemente para que no cayera. Rusia amaba estar tan cerca de México.

Sólo estaban ellos dos juntos volando en la oscuridad de la noche. Eran dueños de su tiempo y del momento. El cielo y la tierra eran sus límites. La luna los seguía mientras ellos se alejaban de las pirámides. ¿A dónde iban? Quién sabe, tal vez a su último viaje por México.

𝕰𝖘𝖕𝖎𝖗𝖎𝖙𝖚 𝕷𝖎𝖇𝖗𝖊 [ʀᴜsᴍᴇx] {𝕋𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕕𝕒}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora