𝕰𝖘𝖕𝖎𝖗𝖎𝖙𝖚 𝕷𝖎𝖇𝖗𝖊 [ʀᴜsᴍᴇx] {𝕋𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕕𝕒}

🌵 𝓤𝓢𝓟𝓮𝓻 🌵

—Buenas noches, Perú —saludo el Ruso con sus pequeños tomándolo de cada mano.

—Hola, ¿en qué puedo ayudarte?

—Мексика está enfermo y no quiere contagiar a nuestros pequeños. ¿Crees que puedan cuidarlos una noche?

—Claro, causa —abrió más la puerta—. Adelante, pequeños, están en su casa.

—Niños, quiero que se porten bien.

—Да, папа (Si, papá) —le respondieron al unísono dándole un abrazo de despedida.

Entraron a la casa del Peruano y dejaron sus maletas en los sillones. Luis, su primo, bajó a saludar a petición de su padre. México no le permitió a Rusia dejar a los niños en la casa que el Peruano compartía con el gringo. Sin embargo, al no estar Chile ni Ucrania disponible y Turquía arreglando asuntos con Grecia, no le quedó de otra a nuestro Ruso.

—Hey, guys. ¿Quieren jugar con mis dinosaurios, causas? —les pregunto con una sonrisa y un T-Rex en sus manos—. I can share you some of my toys (Puedo compartirles algunos de mis juguetes)

—Te la rifaste, Luisito.

—¿Y yo qué? ¿Estoy pintada? —a Nicte no le parecía que su primo solo hubiera traído un dinosaurio para su hermano.

—No, pensaba que te gustaban las muñecas.

—¡Sorpresa! Las detesto, ¿no es así, Ani?

—Да (Si) —Anielka trago saliva—. Destruyó la matrioshka que le regaló папа Россия (papá Rusia)

—What the...? (¿Qué demo...?) Está bien, puedes jugar.

Fueron al cuarto del pequeño Luisito. Perú había ido con USA, su actual pareja. Aún no estaban casados, el Estadounidense no quería hacerlo hasta conseguir su tan ansiado perdón de México. Le costó trabajo superarlo, pero le costó aún más trabajo conquistar el corazón de su ahora tan amado Perú. No iba a contraer matrimonio con el hermano de su anterior amor hasta recibir su perdón.

—My love (Mi amor) —USA vio a Perú entrar en la habitación.

—¿Por qué sigues esperando el perdón de México? Sólo casemonos.

—No, I need to be accepted again by Mexico. I don't want to cause conflict between you and your brother (No, necesito ser aceptado de nuevo por México. No quiero causar problemas entre tu y tu hermano)

—No puede ser... —Perú, el sólo quería pasar el resto de sus días al lado de su amado Estadounidense, no sólo como noviazgo, quería que su relación pasara la máxima prueba de amor, que era el matrimonio.

—Darling, do you remember the day I conquered your heart? (Cariño, ¿recuerdas el día en que conquiste tu corazón?)

—Don't run, sweetheart (No huyas, dulzura)  —Estados Unidos había acorralado a su estimado Peruano.

—¡Dejame en paz! ¡No sé qué hice para merecer esto! —las lágrimas brotaban de sus ojos.

—God, you look terrible, let me give you a hug (Dios, te ves terrible, déjame darte un abrazo) —extendió sus brazos.

—S-Stop, please (P-Para, por favor)

—Why? (¿Por qué?)

—I don't want to... To... (No quiero... No...) —respiraba agitado.

—Oh, please. Don't tell me you are afraid to love me. I know you want it as much as I want (Oh, por favor. No me digas que tienes miedo a amarme. Se que me deseas tanto como yo lo hago) —una sonrisa apareció en sus labios—. Just give me one opportunity to be your secret lover. Let me conquer you, I will never fail, I promise. You're my beloved Peru (Solo dame una oportunidad de ser tu amante secreto. Déjame conquistarte, no te fallare, lo prometo. Eres mi amado Perú)

Se sentó a su lado mientras escuchaba como este sollozaba. Acarició su espalda dulcemente al tiempo que sentía su pecho subir y bajar con cada respiración que daba. Solo quería amarlo, conocerlo y probar una vez más sus labios...

—Can I kiss you? (¿Puedo besarte?) —le dijo repentinamente—. Just let me remember myself why I'm doing this (Solo dejame recordar por qué hago esto)

Perú no opuso resistencia. Estados Unidos tomó el mentón del bicolor y lo sujeto suavemente. Estaba desesperado por probar aquel sabor y sentía aquella suavidad. Por segunda vez en su vida, sentía el calor, la suavidad, la perfección de los labios de su amado Peruano. Pará él, aquella fue la oportunidad que le dio el latino para conquistarlo y amarlo.

—I won't fail you (No te fallare)

—Bien, ahora dejame en paz —un poco tsundere el Perú, pero así lo quería.

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