🌵 𝓛𝓪 𝓫𝓸𝓭𝓪 🌵

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El templo estaba sumido en un profundo silencio

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El templo estaba sumido en un profundo silencio. Rusia jugaba nervioso con sus dedos, México debió haber llegado hace media hora y ya se estaba preocupando por el. Sus hermanos lo notaban nervioso, Kazajistán se le acercó.

бәрі жақсы ма? (¿Todo bien?)

—все идет отлично (Todo va excelente)

Kazajistán volvió a su asiento. España estaba algo molesto por el retraso de su hijo, llevaba esperándolo bastante tiempo en la puerta del templo. Alemania estaba preocupado por Chile y su pequeño, no habían llegado tampoco. ¿Por qué no llegarían? Las madrinas (todas las lectoras ;D) también esperaban pacientemente al igual que los padrinos (todos los lectores ;D). Se escucharon pasos apresurados fuera del templo.

Verga, wey. Por poquito y no llegaba —México, el corazón de Rusia empezó a latir fuertemente.

Chaval, ¿pero qué coño te pasó en la barriga?

—Tranquilo, jefe. Se lo explicó luego.

—¿Y Chile tiene una bendición? Hostia... ¿Por qué no me lo habíais dicho? Creía que teníamos confianza.

—Weon, puedes concentrarte en el momento.

—Oh, claro, cuando tu y Nueva España me lo cuenten todo.

—Jefe...

—Gilipolleces. Los dos, hablen ahora.

Todos en el templo se quedaron en sumo silencio escuchando como padre e hijos peleaban. Alemania salio para calmar la situación. Los ruidos afuera cesaron causando algo de confusión. Chile, Alemania y AleChi entraron y se sentaron.

La música empezó a sonar y las puertas se abrieron dejando ver a México tan radiante como siempre. Lucía un bello vestido y España caminaba a su lado entregándolo frente al altar. Rusia amaba lo que veía, su amado lucía tan hermoso. Finalmente llegó posicionándose a su lado. Puso una mano en el vientre del más pequeño y este la atesoró entre las suyas.

El padre comenzó el discurso. Si, “la novia” había llegado tarde, pero por favor... Es México, es costumbre. Rusia no podía apartar la mirada del rostro de su amado. Y tampoco quería hacerlo. Lo había extrañado tanto que llegó a quedarse despierto noches enteras. Extrañaba abrazarlo y acunarlo entre sus brazos. Ahí estaba, a su lado, nervioso y atento a lo que decía el padre. Quería besarlo, extrañaba sus labios y el sabor de estos. Debía ser paciente, debía esperar un poco más.

𝕰𝖘𝖕𝖎𝖗𝖎𝖙𝖚 𝕷𝖎𝖇𝖗𝖊 [ʀᴜsᴍᴇx] {𝕋𝕖𝕣𝕞𝕚𝕟𝕒𝕕𝕒}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora