Hana, era una chica tímida,
bajo perfil, no muy lista y también muy enamoradiza, pero de un solo chico. Aunque sabía que ese amor era imposible, ella no dejaba de pensar en cómo sería su vida, si Jungkook fuera su novio. Luego de años de espera, po...
—¿Por qué tanto misterio en sus palabras?— Rió, mientras caminaba hacia nosotros
—Solo platicabamos— Sonrió, Taehyung
—¿Pasó algo?— Alcé la mirada, confundida
—Oh.. Nada— Se sentó a mi lado —Jungkook dijo que quería descansar—
—En pocas palabras, te exilió de su habitación— Rió Tae
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—JA, JA— Fingió reír —Que divertido de tu parte—
—Es Broma, Jimin— Dió un golpecito en su espalda
—Chicos, iré a comprar, ¿quieren algo?— Me levanté de mi asiento
—Un agua— Hablaron al unísono
—Ok— Reí, para luego ir a la máquina de bebidas —Le compraré una a Jungkook, quizá tenga sed— Murmuré. Cuando por fin estuve lista, caminé por el extenso pasillo, hasta la sala de espera —Tengan—
—Gracias, Hana— Sonrió, Jimin
—Oh... Gracias preciosa— Pronunció Taehyung, mientras guardaba su celular
—Iré a dejarle esto a Jungkook, ya vuelvo—
—Espera, él... — Taehyung, colocó su mano en la boca de Jimin
—Ve, tranquila— Habló calmadamente, mientras Jimin intentaba respirar por los huecos que la gran mano de Taehyung, le había dejado.
—Ehh... Bien— Sonreí. Caminé hacia la habitación de Jungkook y abrí la puerta suavemente, encontrándome con los brazos de Seung rodeando el cuello de Jungkook. Ambos se abrazaban dulcemente, como si el día de hoy se acabara el mundo. Intenté salir de ahí, para evitar esa gran humillación, pero mis pies estaban incrustados en el suelo. La verdad, es que mientras mi cabeza decía que esto no dolía, podía sentir como mi corazón se rompía a pedazos. Luego de estar allí por unos largos segundos, una mano tomó mi antebrazo y me hizo girar, uniendo nuestros labios. La puerta de la habitación se abrió por completo, dejando ver a todos los del interior el enorme beso que me estaban dando
(...)
Narra Jungkook
Estar en el mismo lugar, sin poder hacer nada, era muy agobiante. Ahora siento que admiro a todas las personas, que deben pasar su vida entera en una cama. Estiré mi brazo, para así poder alcanzar mi celular, pero mi velador estaba un poco alejado de la cama, por lo cual me dificultaba tomarlo. En aquel instante, alguien abrió la puerta de la habitación
—Hana.... ¿Podrías alcanzar mi móvil?— Hablé, aún intentando tomarlo
—Ten, pero no soy Hana— Sonrió
—Oh... Seung— Me senté correctamente —Vaya sorpresa—
—Mmmm.....No fue una muy buena sorpresa cuando me enteré— Se dejó caer sobre la cama —Me diste un gran susto, pequeño—
—Lo siento, noona— Bajé la mirada
—Hey— Puso la mano en mi mentón para que pudiera mirarla a los ojos —Cuando quieras salvar a una chica, prometeme que te cuidaras—
—¿Salvar?— Reí —Solo me dió lástima— Ella sonrió, ante mi excusa
—Como digas— Apretó mi mejilla —Solo cuídate— Asentí —Ven, dale un abrazo a tu noona— Colocó sus brazos alrededor de mi cuello. Yo no suelo corresponder a los abrazos, pero cuando vi a Hana observar detrás de la puerta, posé mis brazos en la cintura de Seung. Solo quería ver su reacción, pero después de unos segundos, Jin la jaló del antebrazo, la volteó hacia él, abriendo la puerta por completo y por último, besó sus labios
