Capítulo 24-. Insomnia.

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«No me conozco ni a mí mismo, siento como si estuviera esperando en un lugar extraño, pero tú ya no vuelves a pasar ni una vez más.»

Octubre estaba comenzando y por alguna razón Dongpyo sentía los días más tristes, más nublados.
No le gustaba la sensación.
A veces tenía que convencerse de levantarse de la cama, porque no tenía muchos ánimos. Se sentía más cansado, física y mentalmente. Aunque no sabía por qué.

Continuó lavándose los dientes, estaba dándole la espalda al espejo sobre el lavabo, quería quitarlo de la pared y arrojarlo lejos, pero no podía. Cuando se lavó, cerró los ojos, haciéndolo lo más rápido posible y salió del baño.
Bajó a la cocina, estaba vacía, como lo ha estado todas las mañanas de las últimas dos semanas.
No tenía hambre, así que volvió a la sala, se colgó la mochila al hombro y salió de la casa.

Había algunos charcos cubriendo la acera, se preguntó si algún vecino inconsciente había regado agua o había llovido y él no se había dado cuenta.
Por primera vez, cuando subió al bus, le prestó atención a los rostros de los demás pasajeros; rostros cansados y vacíos, sin emoción de ir al deber.
Se preguntó si terminaría así, sólo moviéndose por costumbre.

Pasó las primeras clases prestando atención a los profesores, ignorando el parloteo de Eunsang.
Pero no pudo ignorarlo en el almuerzo.

—Dongpyo, ¿estás bien? No puedes decir que estás bien si no es verdad.

Eso lo hizo reír, ¿qué tan acostumbrado puede estar una persona a decir que está bien, incluso cuando no lo está?

—Estoy cansado.

Eunsang le dio una mirada, una como si quisiera descifrar cada pensamiento en su mente. Antes de que pudiera decir algo, Bora llegó corriendo.

—Miren, mamá me envió estos chocolates de Alemania. —dijo dejando una caja plateada sobre la mesa.

—¿Alemania? —dijo sorprendido Eunsang.

—Ajá, vamos, prueben uno.

Eunsang no tuvo que escuchar más, rápidamente ya tenía un chocolate en la boca.

—¿Cómo está tu mamá? —preguntó Dongpyo tomando un chocolate.

—Está bien, parece que está muy feliz.

Almorzaron mientras hablaban sobre las clases y comían los chocolates, Bora parecía más contenta que nunca.

El resto de las clases, Dongpyo no prestó mucha atención, incluso se durmió en una y Eunsang tuvo que despertarlo antes de que lo descubrieran.
Cuando fueron al club, se sentó en las butacas del fondo, realmente por ahora no estaban haciendo nada, practicaban la última obra que presentaron porque irían a un concurso, pero no era de urgencia, ni siquiera el profesor parecía estar concentrado.
En algún punto, se quedó dormido, porque despertó con Seungwoo sentado a su lado acariciándole el cabello, echó un vistazo alrededor y se dio cuenta que el teatro estaba vacío.
El mayor pareció darse cuenta de su mirada.

—Parecías cansado, Eunsang me dijo que lo estabas, así que te dejé dormir, a nadie le importó realmente, te tienen cariño. —explicó.

—¿Qué tan tarde es? —preguntó.

—No es tarde, a penas han pasado veinte minutos que todos se fueron.

Dongpyo recargó la cabeza en el hombro de Seungwoo y cerró los ojos.

—¿Estás bien? —le preguntó el mayor mientras le tomaba la mano.

—Sólo tengo sueño.

—Entonces te llevaré a casa, para que puedas descansar.

Be Positive. [SeungPyo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora