Epílogo-. Always You.

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Seungwoo no podía pensar en una persona más afortunada que él. Y no se sentía afortunado porque estuviera sentado sobre la arena, con una vista del océano increíble y un cielo anaranjado-rosado sobre su cabeza.
No, todo se trataba sobre aquél chico que estaba de pie en la orilla del agua, chapoteando los pies y riendo suavemente mientras la brisa le movía el cabello como una caricia celestial.
Su novio era lo más hermoso que había visto, dulce y de gran corazón.
Síp, era sumamente afortunado.

Observó a Dongpyo volver hacía él, con pasos seguros sobre la arena, cuando estuvo enfrente extendió la mano y Seungwoo no dudó en tomarla y levantarse.

—¿Te has aburrido ya? —preguntó Seungwoo.

—Casi —respondió el menor, mientras alzaba un poco la cabeza y rozaba sus narices juntas.

En los cinco años que habían transcurrido, su pequeño novio había crecido, no de una forma descomunal, pero sí hasta el punto en que ya no tenía que pararse de puntitas para rozar sus narices.
Su rostro había perdido las redondeces y ahora era más firme y detallado. También tenía un cuerpo esbelto, precioso y de piel tan suave como la seda.
Pero seguía teniendo sus preciosos ojos que brillaban como si contuvieran todas las estrellas, sus labios esponjosos como un malvavisco y su personalidad colorida, con los matices propios de madurez.

—Bueno, pues yo estaba muy complacido contemplándote.

—¿Sí...?

—Sí... —murmuró Seungwoo, inclinándose y dejando un pequeño beso en el hombro descubierto—. Después de mis veinte no cambié tanto... ni tan bien como tú.

—¿De veras? Pero si no es gran cosa...

—Claro que es una gran cosa, pensé que no podías ser más hermoso, pero cada día lo estás un poco más.

Las mejillas de Dongpyo se tiñeron de rojo.

—¿Seguro que no crees que luzco... raro?

—¿Raro?

—Sí, como que... raro.

—Veamos —Seungwoo le pasó las manos por la cintura, recorriéndole la espalda baja y le ahuecó el trasero, simplemente porque podía. Conocía cada curva y borde en el cuerpo de su novio, sabía cuanto placer le daba contemplarlo. Le acarició la oreja con los labios y le murmuró al oído—: Eres perfecto, cariño. Encajas magníficamente entre mis brazos.

Dongpyo le rodeó el cuello con los brazos y apretó sus bocas juntas. Se movieron lentamente, con delicadeza, como muchas veces antes.

—Quiero ir al mar... —susurró el menor cuando se separaron, tomando la mano de su novio y halándolo hacia el agua.

—Espera, espera... quiero mostrarte algo antes.

Dongpyo sonrió cálidamente y se dejó guiar.

—¿Sí, qué es?

—Ya verás —Seungwoo lo tomó de los hombros y le hizo sentarse sobre la arena, para después hacerlo él—. Aquí.

El menor miró hacía la arena, donde su novio señalaba, había una concha de mar. Volvió la mirada hacía arriba, confundido.

—No entiendo.

—Debes levantar la concha.

—Esto es una trampa, seguro.

Be Positive. [SeungPyo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora